Capítulo 139 || Lethal Simphonies

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Stephen llegó a la sala de las reliquias, en donde se encontraban las cosas amontonadas por el lugar

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Stephen llegó a la sala de las reliquias, en donde se encontraban las cosas amontonadas por el lugar. Sabía que su esposa estaría mejor fuera de esto, si es que ella murió en ese universo. De no ser por las huellas que se encontraba en el vidrio del tragaluz, diría que el universo estaba  abandonado por completo.

— ¿Hola? – llamó a su contraparte en lo que recorría en silencio por la habitación.

— No des un paso más – respondió el otro Stephen haciendo que se detuviera. El ex-neurocirujano vio a su Yo de ese universo –. ¿Cómo es que llegaste aquí?

— Por accidente – respondió con cautela.

— ¿Quién eres? ¿Qué eres?

— Soy uno de nosotros – trataba de no sonar nervioso.

— ¿Del Multiverso?

— Así es – se limitó a contestar.

— Demuéstralo – respondió el otro Otro Otro Stephen quien se mantenía a una distancia suficiente para que no pudiera ser observado.

Strange veía a su contraparte multiversal asombrado, preguntándose que era lo que había lo llevado a dejar tan descuidado a ese universo. Ya tendría tiempo de pensar en eso después de demostrar que Stephen era Stephen. Solo un recuerdo llegó a su mente. Un momento en su vida que había sido crucial para él. Un recuerdo amargo que ni si quiera se lo había contado a Kelyani.

— Teníamos una hermana. Donna – cada palabra que decía, se atoraba en su garganta –. Ella... falleció cuando éramos niños.

— ¿Cómo? – preguntó Strange en lo que bajaba las escaleras.

— Estábamos... jugando en un lago congelado y... eh... – bajo su mirada avergonzado –. Cayó a través del hielo. Y no... no pude salvarla.

— Sí, parece correcto – respondió el otro Strange en lo que empezaba a deambular por la estancia –. Pero nunca hablamos de eso, ¿verdad? Ni siquiera a Kelyani.

— No, nunca – respondió de inmediato –. Supongo que tu realidad no siempre fue así.

— Supongo que se parecía a la tuya – el otro Strange tenía sus manos en la espalda en lo que escuchaba a su contraparte con atención –. Hasta que...

— ¿Qué cosa? – preguntó Stephen preocupado.

— Hasta que perdí.

— ¿Contra quién? – preguntó interesado.

El otro Stephen se acercó al tragaluz para observar a su otro yo. Era tan parecidos y tan diferentes al mismo tiempo. Compartían una misma historia hasta cierto punto, se separaban.

— ¿A qué has venido? – preguntó malhumorado.

— Solo quiero ir a casa – se limitó a responder.

Aimsir || Doctor StrangeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant