Después de la muerte de sus padres, Kelyani Knowlton decide irse Asia para encontrarse con ella misma. En su viaje se encontrará con Ancestral, quien dará al inicio a sus enseñanzas por las Artes Místicas así como revelaciones de secretos familiares...
Kelyani y Geraldine intercambiaron miradas confundidas mientras retomaban su camino a la casa de Wanda. Kelyani volteó hacia Agnes, quien se acercaba hacia Herbert. Él se encontraba concentrado en cortar el muro entre su casa y la de los Maximoff.
- Hey, Herbert - el mencionado volteó inmediatamente -. Creo que tu corte en el muro está quedando genial.
- Muchas gracias, vecina - respondió el moreno -. Visión dice que es más que suficiente.
- Sigue con tu trabajo - respondió Geraldine.
La morena tocó el timbre en la espera de que Wanda o Visión abrieran a la puerta. No pasó mucho tiempo cuando Wanda los atendió con abrigo de color azul que le cubría todo el cuerpo.
- Wanda, ¿cómo estás? - preguntó Geraldine sorprendida al verla con el abrigo -. Estamos a 24 grados. ¿Piensas imponer alguna moda?
- Me agradan las personas que quiere imponer moda. A eso le llamó tener la iniciativa - comentó Kelyani.
- Umm... hola chicas - las dos entraron a la casa -. Lo siento. Estoy algo atareada.
- No, no. Se te ve sexy. Tendrás que prestármela después. Pero, primero, ¿tendrás por ahí una cubeta? No para ponérmela. Para usarla. De repente, todas las tuberías de mi techo explotaron juntas y es un completo desastre.
- Eso sin contar que mis aspersores se volvieron locos. Mi casa huele a humedad y la única cubeta disponible está llena de cemento por alguna extraña razón. ¿Tú crees? ¿Tendrás otra cubeta que me puedas prestar?
- Sí con gusto. Las dos quédense ahí. Creo que puse las cubetas en la cocina - Wanda empezó a correr en dirección a la cocina mientras sostenía su abrigo.
- Bien, lo que tú digas.
- ¿Soy yo o Wanda se está portando algo extraña? - Kelyani volteó hacia la cocina -. ¡Hey, Wanda! ¿Todo bien?
- Sí, todo bien - respondió la mencionada.
Geraldine y Keyani intercambiaron miradas para encoger sus hombros. Era la primera vez que se encontraba en la sala de la casa de Wanda. Le gustaba mucho la decoración y la distribución de los muebles. Todo parecía estar perfecto orden.
