Después de la muerte de sus padres, Kelyani Knowlton decide irse Asia para encontrarse con ella misma. En su viaje se encontrará con Ancestral, quien dará al inicio a sus enseñanzas por las Artes Místicas así como revelaciones de secretos familiares...
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Al cruzar la puerta, las dos mujeres se encontraban en el patio de entrenamiento del Kamar-Taj. Ella volteó pero ya no había rastro de la estancia principal del lugar. Ella regresó su mirada para encontrarse con Mordo preparándose para el entrenamiento. Ella sabía que había sido días después de que la habían ascendido como Maestra en las Artes Místicas y le estaba enseñando al que un día fue su mejor amigo y confidente a mejorar su combate de cuerpo a cuerpo.
- No. No puedo - replico Kelyani dando un par de pasos hacia atrás -. Pídeme lo que quieras, menos los recuerdos de Mordo.
- ¿Qué es lo que tiene de malo? - preguntó Agnes curiosa.
- Yo lleve a Mordo al Kamar-Taj - respondió triste mientras sentía como las lágrimas volvían a recorrer su rostro -. Quería usar las Artes Místicas como armas en contra de sus enemigos - Kelyani negó con la cabeza -. Creí que había cambiado, pero no fue cierto. Cuando desertó, se escuchaba de la misma manera que cuando llegó. Ahora, se dedica a robarle la magia a personas que no lo usan debido a su criterio y ha intentado matar a Stephen en diferentes ocasiones desde entonces. Aun tengo la esperanza de que pueda salvar a mi amigo.
- Yo que tú me apuraría en recorrer este recuerdo.
Kelyani volteo una última vez hacia Agnes, quien le hacia una señal para que continuaría. Ella soltó un suspiro mientras volvía a desenvolverse en aquellos recuerdos, que en ese tiempo eran felices, pero ahora, eran una combinación caóticas de sentimientos.
Ella pestañeo para encontrarse con la sonrisa socarrona de Mordo. Kelyani acomodó las muñequeras de protección mientras empezaban a caminar en círculos. La castaña se veía completamente tranquila mientras que el moreno observaba la reliquia que se encontraba colgada en la espalda de la chica.
- Vaya, no esperaba a que estuvieras aquí. Creí que enviarían a alguien más - comentó Mordo.
- ¿Qué tiene de malo que yo me encuentre aquí? - preguntó la castaña interesada en su respuesta.
- Que no quiero hacerte daño - la hechicera sonrió ante las palabras de su amigo -. Y no sería una pelea justa para ti.
- ¿Sabes la primera regla de una batalla o de un combate?
- No distraerte.
- Entonces, debes de saber que la segunda regla es que nunca debes de subestimar a tus contrincantes. No te miento cuando te digo que habrá tanto hombres como mujeres que intentarán atacarte o matarte sin importarle quien seas.
Kelyani sacó su bastón de su funda y con un rápido movimiento hizo que Mordo terminará en el suelo. El moreno parecía sorprendido por la acción de la chica mientras el se pasaba su mano por la espalda. Ella sonrió haciendo que se levantará, una vez que se retirará un par de metros.
- Ancestral te envió conmigo por una razón - Yani lo ayudó a levantarse con la ayuda de su bastón -. Ella cree que ya estás listo para intentar combatirme.
