Después de la muerte de sus padres, Kelyani Knowlton decide irse Asia para encontrarse con ella misma. En su viaje se encontrará con Ancestral, quien dará al inicio a sus enseñanzas por las Artes Místicas así como revelaciones de secretos familiares...
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(Maratón 2/2)
Peter se había ido para cambiarse por ropa más cómoda, ya que la ropa que llevaba había terminado mal por la batalla con el prisionero de tentáculos robóticos. También había enviado la ubicación de las personas que lo ayudarían atrapar a los otros visitantes. Strange y Kelyani habían aprovechado cambiar sus uniformes y limpiarse las heridas que habían provocado el enorme lagarto. La hechicera había llevado a Peter a una estación cercana para que pudiera ir a casa ya que le quedaba de camino para recoger a Clara a la escuela y Arthur a la guardería para dejarlos en la casa de Aruna. Arthur había empezado a dar señales de gateo y Clara estaría jugando todo el tiempo en la estancia principal, por lo que retrasaría el trabajo.
El ruido de la puerta abriéndose, seguido de dos adolescentes hizo que la atención de Kelyani fuera a los recién llegados. El amigo de Peter soltó un suspiro de admiración al entrar al lugar donde residían los guardianes de Nueva York. La chica se encontraba expectante ante Peter sin estar tan impresionada como su compañero.
— No puedo creer que este en el Sactum Sanctorum – comentó el chico impresionado por el lugar.
— Yo tampoco – respondió Stephen mientras caminaban por la estancia principal.
— Ustedes dos, no dejen de palear o le diré a Wong que aumente su castigo – señaló a los dos hechiceros castigados provocando que retomaran su trabajo.
— Oigan, señores Strange. ¿Cómo supieron que eran personas de magia? – preguntó el amigo de Peter emocionado –. Porque mi abue me dice que se da en la familia y a veces siento cosquilleo en la mano...
— Tal vez tengas un hongo – respondió el pelinegro mientras subía las escaleras principales.
— Stephen Vincent Strange, el hecho de que estés de mal humor, no te da el derecho de tratarlo mal – lo regañó su esposa para luego dirigirse a Ned –. Y respondiendo a tu pregunta, ninguno de los dos sabíamos que éramos personas de magia cuando llegamos a Kamar-Taj. Pero hay una teoría de que todos los que somos practicantes de magia, tenemos algún ancestro mágico. Así que tu abue puede que tenga razón.
La morena se acercó a Peter para agradecerle de que tuvieran otra oportunidad en el MIT. Kelyani caminó en dirección a las escaleras principales, pero se detuvo a la mitad mientras la adolescente le agradecía por haberles dado otra oportunidad de entrar a la universidad. La hechicera recordó aquellos días con muchas nostalgia haciendo que soltará un suspiro.
— Oye, ¿y cómo llegaron aquí esos malos? – preguntó el amigo de Peter.
— Arruinó un hechizo para que los aceptaran en la universidad – respondió Strange.
— ¿Cómo? ¿Qué? – preguntó la morena incrédula.
—¿No fue a la señora que salvaste?
— Está bien. Enfoquémonos en las buenas noticias...
— No, enfoquémonos en las malas – interrumpió Stephen –. Hasta ahora has detectado cero invasores multiversales. Mientras los brazaletes de Yani sigan parpadeando, significa que siguen rondando por ahí. Entonces, usen sus teléfonos, naveguen en internet y resuelven este desastre.
— Nos dice que hacer aunque fue su hechizo el que salió mal, por lo que todo esto fue su culpa. Yo me sé un par de palabras mágicas que empiezan con por favor – dijo la chica.
Stephen buscó apoyo con la mirada a su esposa. Kelyani se había quedado en silencio sin moverse de las escaleras. La castaña se dio cuenta que su marido esperaba a que dijera algo para apoyarlo, pero sabía que este desastre era culpa de los tres. Kelyani por convencer a Strange de ayudar a Peter. Stephen tenía algo de culpa por acceder a sus peticiones. Y Peter tenía la culpa por cambiar el hechizo.
— La niña tiene un punto – Kelyani subió los escalones restantes –. Todo este desastre es culpa de los tres. Ellos nos están ayudando en esto – señaló con la cabeza –. Así que pídeselos amablemente.
— Por favor, resuelvan este desastre –respondió Stephen con un tono más amable –. Pueden trabajar en el sótano.
— Yo los guío – comentó Kelyani.
La chica los encamino hasta el sótano mientras les explicaba a los adolescentes lo que debían de hacer. Luego, Peter presentó a su novia MJ y su mejor amigo a la hechicera, de manera formal. La castaña les indicó donde habían contactos para conectar sus dispositivos. Peter le pidió permiso para que usará la lavadora, ya que tenía una mancha verde debido a que un chico le había aventado slime mientras hacia su guardia como el amigable hombre araña. Kelyani les había dejado sleeping bags, cobijas y almohadas por si requerían quedarse la noche en el Santuario.
Horas más tarde bajo con dos cajas de pizza y refresco porque no había comida en el refrigerador. Kelyani siempre molestaba a Stephen con eso, diciendo que era su lado Sherlockian, cosa que no le causaba nada de gracias al ex-neurocirujano.
(Nota de la autora:
El último del día de hoy. Ya se viene lo mero bueno de este acto. Estaremos pronto de sacarles la bomba que les tengo preparada y que nadie lo vendrá venir, aunque creo que ya les deje una pista en el capítulo anterior.
Sería todo de mi parte y nos estamos leyendo eñ próximo domingo con un nuevo capítulo.
