Después de la muerte de sus padres, Kelyani Knowlton decide irse Asia para encontrarse con ella misma. En su viaje se encontrará con Ancestral, quien dará al inicio a sus enseñanzas por las Artes Místicas así como revelaciones de secretos familiares...
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Hemos observado como un momento, una decisión, puede repercutir en el espacio y tiempo y dar a luz nuevas historias, héroes, universos enteros. Pero, ¿qué pasaría si la decisión equivocada? ¿Qué tal si las mejores intenciones traen muy... extrañas consecuencias?
Stephen Strange estaba terminando de acomodar su traje en lo que esperaba a su pareja. La puerta del baño se abrió para dejar ver a una Kelyani arreglada con su vientre abultado, su vestido rojo hacia resaltar su adelantado embarazo.
— Cinco años conociéndote, tres de casados y sigues sin ponerte bien tu corbata – comentó la castaña divertida en lo que acomodaba el traje.
— Adoro que mi linda, bella e inteligente esposa sea quien termine de arreglar – se acercó para besarla una vez que le ajusto el nudo –. Es hora de irnos. Probablemente haya pedido papas con chocolate derretido para Arthur.
— Hablando de nombres, todavía no me decido en que nombre ponerle a mi hijo – comentó pensativa –. Y Alexander no es una opción.
— Todavía tienes tiempo hasta que nazca, querida – le dio un beso en los nudillos –. Hasta entonces, todavía puedes escoger.
Los dos sonrieron mientras el pelinegro le ofrecía su brazo, siendo aceptado por la periodista en lo que ambos salían del lujoso departamento que vivían en una de las zonas más caras de Nueva York.
— Solo espero que esas papas con chocolate derretido sepan delicioso – comentó Kelyani subiéndose al coche –. Aunque claro, no sabrán tan delicioso como los que tú preparas.
Stephen empezó andar el coche mientras ambos recordaban como es que se habían conocido. La periodista había ido al Hospital Metro-General para realizar una entrevista para una de sus tareas. El neurocirujano se había sentido cautivado por diversas razones, pidiéndole su número para seguir en contacto.
— ¿Y ya tienes tu discurso preparado? – preguntó Kelly divertida cuando ya se encontraban en la carretera –. Porque te visto en estos días demasiado tranquilo y no muy estresado en ello. ¡Por Thor! Dime que no es aburrido.
— No, no es aburrido – respondió entre risas –. Solo quiero que sea sorpresa.
— Créeme que después de tu reacción de saber que me encontraba embarazada, ya nada me sorprende.
— Todo, menos que fueras por todo el hospital gritando que ibas a ser papá – respondió divertida.
— Tenía que anunciarle al mundo que tendré el bebé más bonito con el amor de mi vida.
— Entonces, ¿si me dirás tu discurso? – volvió a preguntar Kelyani viendo a su esposo.
— Okey. Buenas noches, damas y caballeros, compañeros...
— Stephen, con solo haber escuchado tu introducción me dejaste dormida. Si quieres mantenerme despierta, intenta algo más dinámico y directo. Como el día que me propusiste matrimonio.
