CAPITULO 12

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Nevan tarareaba la canción que sonaba en la radio, mientras esperaba que Nash termine de arreglar las plaquitas de madera que estaba haciendo para los gatitos. El omega seguía el ritmo de la canción su cabeza sin pensar en nada, Travis se llevaba parte de su atención, sus manos seguían oliendo a las croquetas que le había dado para desayunar, así el gatito las lamia para conseguir más comida. Nevan estaba feliz, era un día muy tranquilo.

-¿Te gusta está canción? – el omega asintió y siguió tarareando, Travis había decidido que el hilito que sobresalía de la manga de su amigo era un juguete, así que lo estaba intentando atrapar.

La tarde anterior habían ido a comprar las pinturas para la casita, Nevan se emocionó mucho al entrar en la tienda, tuvo una pequeña batalla interna para elegir los colores, Nash había dicho que tenía un presupuesto para gastar en aquel lugar, ya que después debían ir a comprar los juguetes para ellos. Estuvieron más de una hora en la tienda, Nevan quería repesar cada centímetro del lugar para encontrar buen material, Nash lo seguía en silencio, tenía miedo, el omega ya se había perdido una vez entre los pasillos, lo encontró colocando muchos potes de pintura en la cesta y con una mirada picará en el rostro. Se había escapado en silenció para que lo descubriera, el alfa suspiro aliviado cuando lo vio.

-Voy a lijar la plaquita para que puedas escribir bien sus nombres... - Nevan asintió con una pequeña sonrisa, Travis le estaba obligando a rascarle la panza después del juego, era algo a lo que no sé podía negar - ¿Tienes frio?

-Estoy bien, está sudadera es muy calentita... - la había conseguido después de pelear con otro chico en las rebajas de una tienda, Nevan desapareció con la sudadera sin que el otro chico se diera cuenta – Fue una buena compra. – rio con un poco de maldad – Me costó un poco conseguirla.

Cuando salieron de la primera tienda, fueron a descansar a una cafetería cercana, Nevan estaba un poco cansado después de la compra, además le había avisado de que tenía algo de hambre, no sé quejó cuando Nash le invito y le llevo de sorpresa un crepe de chocolate, no podía negarse, eso estaría mal. Así que lo saboreo hasta el último mordisco, sonriendo con satisfacción al llenar su barriga. No le iba a contar a Joe ese pequeño desliz, ya que fue Nash quien lo invito, y el alfa no sabía nada de su dieta.

-Reyna, si te sientas ahí no puedo seguir... - regaño a la gata, que lo ignoro – Debo seguir haciendo las plaquitas, vamos, mueve tu trasero de ahí – Reyna maúllo resentida – El sol está ahí... - señalo donde estaba su madre, fue ignorado de nuevo – No te atrevas a ponerte panza arriba, no voy a acariciarte, estoy trabajando – su maullido sonó como una pequeña burla, Reyna lo miro desafiante, antes de hacer su último movimiento – ¿Cómo voy a trabajar así?

Nevan se rio, el alfa no sabía regañar a los gatitos y sonar amenazante ante ellos, muchas veces les decía que no les daría más pollito o croquetas, y luego se los daba a escondidas. Nash observó como el omega se burlaba de él y siguió regañando a Reyna, ella como respuesta se estiro ocupando aún más espacio. Reyna cansada de escuchar las palabras del alfa, que no la dejaba dormir tranquila, le respondió con un pequeño gas.

-¿Cómo te atreves? – el omega comenzó a llorar de risa al ver la reacción Nash – Reyna, eso apesta – parecía que la gata se estaba riendo de él – Nevan ¿te parece bien lo que ha hecho? – asintió – No voy a rascar tu panza al menos, durante dos días, como castigo.

-Sabes que no vas a cumplir con eso... - se burló Nevan, el alfa lo miro de reojo – Nunca lo cumples.

-Está vez si lo haré. – sentenció, el omega negó con la cabeza – Esto no es lo que parece, fue ella quien secuestro mi mano. – Nevan apoyaba su mano en el vientre mientras se reía – No es lo que parece, Reyna y yo tenemos una pequeña tregua, la perdonaré si se mueve de aquí.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now