CAPITULO 71

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El tiempo pasaba a una velocidad bastante lenta, Nevan había aprendido a no tener miedo. Aunque había veces que hasta su propia sombra le provocaba terribles pesadillas. Se sentía celoso por las personas que lo rodeaban, parecía que ellos habían olvidado del todo lo que había ocurrido. La tranquilidad se respiraba en el aire, era algo extraño, los momentos de tensión y los gritos, fueron cambiados por paseos en el parque.

Aprender a confiar de nuevo en las personas fue una tarea difícil, le daba miedo que alguien le hiciera daño a él o a su hija. Intento alejarse durante una temporada de la ciudad, le gusto la experiencia en la playa, así que durante unos meses, con el dinero que había heredado de su padre, decidió alquilar un apartamento. Celia lo acompaño las primeras semanas, antes de que el hostal volviera abrir sus puertas.

-¿Seguro que quieres quedarte aquí solo? – Nevan sonrió con cariño, mirando a su hija. - ¿Queréis estar solos?

-Solo estaremos solos unos días. – contesto con una pequeña burla. – Scott tiene pensado venir, junto a Oliver y Lily, a pasar unos días. Pero primero debe terminar su nuevo trabajo.

-Le vas a volver a ayudar ¿no es cierto? – el omega rio. – Scott no para de hablar de su gran modelo, el pequeño ángel.

-Tan solo espero estar a la altura de sus expectativas. – Celia lo abrazo con fuerza. – Quieren tomarme algunas fotos en la playa, junto a Emily. Scott quiere llamar al proyecto el resurgir de un ángel.

Emily les sorprendió disparando su pistola de agua, Celia pellizco sus mejillas cuando se acercó a ella. La pequeña intento huir de las manos de su terrible tía cuando la capturo con las manos en la masa. Emily había llenado otra de sus pistolas de agua por si acaso, la tía Celia tomo la oportunidad para jugar con ella por última vez antes de volver a la ciudad.

-Te echaremos de menos, Celia. – la beta sonrió con ternura. – Gracias por todo lo que has hecho por nosotros.

-Solo estaremos unos días separados, pequeño ángel. – él asintió. – Recuerda que quiero a mi gran ayudante de vuelta en el hostal, no he conocido a nadie mejor para trabajar conmigo.

-¿El señor Corbin me deja volver? – Celia le dijo que si, de nuevo. - ¿Segura? Por mi culpa, la familia Corbin...

-Si vuelves a echarte la culpa por algo que no hiciste te obligare a comer limón. – el omega hizo una mueca de disgusto. – Estás avisado, gran ayudante.

Emily hizo un pequeño berrinche cuando vio marchar a Celia, la pequeña quería seguir jugando con ella, ahora que había conseguido construir un refugio para protegerse de los ataques acuáticos de su gran rival de juegos. Nevan tuvo que calmarla antes de volver a entrar en el apartamento.

-La volveremos a ver, princesita. – la pequeña se quejó. – La tía Celia tiene que volver a trabajar.

-La tía Celia ya no duerme conmigo. – Nevan la abrazo. – Me gusta dormir con la tía Celia.

-Solo serán unos días. – Emily le hizo una mueca enfadada. – En unas horas, viene el tío Scott.

La pequeña empezó a reír con cierta maldad. Scott era muy fácil de ganar, el beta no ejercía ninguna fuerza cuando ambos jugaban, Emily siempre le ganaba jugando al tres en raya, y al salto de rana. Era más rápida que su tío cuando hacían carreras y podía subir más alto que él, cuando escalaban árboles. Le gustaba mucho estar con el tío Scott.

-También viene el tío Oliver, y la tía Lily. – la pequeña aplaudió con alegría. – Pero primero debes tomar una pequeña siesta. – negó con la cabeza. – Te avisaré cuando lleguen los tíos.

-Papá...- lo miró con seriedad. – No puedo hacerlo. – Nevan se aguantó la risa. – El tío Scott se va perder. – cruzó sus brazos preocupada. – No jugará conmigo.

Hasta el final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora