CAPITULO 96

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Scott pasó dos días en el hospital, antes de volver de nuevo a la universidad. Sus padres habían insistido en que no fuera, ellos se encargarían de llevar todas sus cosas a casa, pero él quería terminar el curso, tan solo le quedaba un mes.

-¿Estás seguro? – asintió cuando su padre se detuvo en el parking. – Mi príncipe, podemos buscar la manera para que puedas terminarlo desde casa.

-Papá, voy a estar bien. Orión y Tania se han ofrecido quedarme en su piso lo que queda de curso, solo quiero que te lleves la ropa de invierno. – sonrió. – No la voy a necesita.

Aún se sentía un poco débil, le costaba mantenerse erguido, debía apoyarse en su padre para poder caminar, pero no le importaba. No iba a vivir con Oliver ese último mes, se había encargado en darle la información a través de Lily, así que esperaba que no le moleste cuando llegara. Orión lo estaría esperando en el campus hasta que terminará de preparar sus maletas, luego irían a su piso.

-No debes sobre esforzarte. Si ves que no puedes, mi vida... - apretó su mano. – No nos importa que tengas que repetir el curso, mamá y yo nos aseguraremos de que puedas conseguirlo.

-Solo me quedan unos exámenes, quiero asegurarme de pasar a segundo curso. – no quería rendirse, le costó demasiado conseguir ese lugar. – Lily me ayudará a inscribirme en su universidad, voy a estar bien.

Pensó en entrar, al tender las llaves para abrir la puerta sus dedos temblaron. Scott se imaginaba a Jax en los brazos de Oliver, podía escuchar sus gemidos, aunque sabía que no estaba. Sus compañeros lo saludaron cuando abrió la puerta, preguntándole como estaba, su padre se presentó antes de ir a la habitación donde dormía su hijo. Scott ignoro la puerta de Oliver, estaba entreabierta.

-¿Qué quieres que me lleve? – su padre observaba la habitación con curiosidad. - ¿Seguro que cabe todo en una maleta?

-No son muchas cosas, papá. – le señalo la caja que descansaba en el rincón. – Allí estás las sabanas que me regalo mamá y también mi abrigo, en la maleta tan solo pondré las sudaderas y los vaqueros. – el beta asintió. – Solo voy a necesitar estar sandalias, así que pondré también las deportivas.

-¿Dónde está la máquina? – Scott agacho la cabeza. – Mi vida ¿se rompió?

-Está en la habitación de Oliver. – respondió con tristeza. – Dormía con él, así que se debió quedar allí

-¿Quieres que vaya a buscarla? – negó con la cabeza. – Aún estoy un poco confuso, normalmente Oliver siempre está contigo ¿Cómo es posible que no sé diera cuenta?

-Él estaba estudiando, papá. – mintió, no le gustaba hacerlo, pero su relación con el beta seguía siendo un secreto.

El beta se asomó con disimulo a la habitación de Oliver, no le parecía normal la actitud de su hijo. Antes hubiera estado durante horas hablando sobre su amigo, contándoles historias que ya conocían, pero le daba igual. También pareció raro que Oliver no se presentará en el hospital, él iba aunque le dijeran que no lo hiciera, muchas veces se peleaba con sus padres porque no le dejaban ir.

-Scott ¿has discutido con Oliver? – su hijo trago saliva. - ¿Por qué no hables de él?

-Papá, no es momento de pensar en esas cosas... - el beta entrecerró los ojos. – Por favor, cierra la puerta, me molesta el ruido de fuera. No puedo concentrarme. – no había nadie en el salón, y todo estaba relativamente silencioso. – Podrías mirar si caben estos cuadros en la caja, por favor.

Todo lo que estaba pasando era extraño. Lo había hablado con su mujer, a ella también le parecía sospechosa el comportamiento de Scott, cuando les dijo que iba a mudarse durante un mes con Orión y Tania quedaron boquiabiertos, su hijo había insistido tanto en estar con Oliver. Scott estaba enfadado, podía verlo en sus ojos, lo conocía muy bien, era capaz de guardarse para el solo lo que estaba pensado, por el simple hecho de que lo regañaran.

Hasta el final del caminoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن