CAPITULO 115

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El nacimiento de Hailey llego antes de lo esperado, Oliver se empezó a encontrar mal por la mañana, pero no quiso alterar a Scott, así que lo oculto hasta que no pudo más. Supuestamente la bebé tenía que nacer el viernes, lo tenían todo preparado para ese día, incluso habían hablado con Nevan para que fuera a recoger a Woody y Junior, no les gustaba la idea de dejarlos solos.

Todos los preparativos se vieron truncados, Scott tuvo que llamar a Lily por la tarde, para decirle que no fuera a casa ya que se estaba yendo al hospital junto a Oliver. Scott le pregunto si podía ayudar a Nevan con los niños, ya que él no sabía muy bien lo que usaban.

-Estoy bien, Scotty... - sonrió Oliver al ver la mirada de preocupación del beta. – Mira a la carretera, no te preocupes.

-¿Estás cómodo así? ¿Te molesta algo? – negó con la cabeza. – Oli ¿Por qué no me avisaste antes? Si me lo hubieras dicho.

-Pensé que era solo un poco de malestar. – se defendió. – Me acostumbre a despertarme con malestar en el estómago, así que lo ignore.

-Incluso cuando mojaste tu ropa interior... - el beta asintió. – Oli ¿Qué hubiera pasado si no me hubiera dado cuenta? Maldito beta, no vuelvas a hacer algo como estoy.

-En las primeras horas las contracciones no son tan fuertes y seguidas, así que podía aguantar. – Scott gruño. – La bebé está bien, no te preocupes.

Scott intentaba conducir con cuidado mientras vigilaba a Oliver por el rabillo del ojo, podía ver como de vez en cuando hacía alguna mueca de dolor. El vientre del beta estaba más grande de lo recordaba, era como si hubieran dos bebés.

-Solo está Hailey ¿verdad? – pregunto preocupado. - ¿No habrá otro bebé?

-No, a no ser que este escondido detrás de Hailey no lo veamos en las ecografías... - bromeo, a Scott no le hizo gracia. – Solo está Hailey, tienes todas las ecografías en el álbum.

-¿Te duele mucho? – negó con la cabeza. – Avísame cuando tengas una contracción, si ves que no puedes aguantar dímelo, no te quedes en silencio.

-Scotty, tranquilo. – sonrió. – Los dos estamos bien, no va a pasar nada malo.

Cargo con las maletas como pudo, agradecía haber decidido llevarlas al coche la noche anterior, no tuvo que ir corriendo a por ellas. Scott presentía que ese día iba a ser bastante largo, no solo para Oliver, sino para Hailey y él. Aunque se moría por conocer a la pequeña, sentía que era demasiado pronto para hacerlo, aún no le había tomado las fotos que quería a Oliver y sentía que a su habitación le faltaba algo. No estaba seguro de haberlo hecho todo.

-¿Puedes caminar? – asintió. - ¿Quieres que llame a un enfermero?

-Puedo caminar, tranquilo Scotty. – Oliver sentía que al beta se le iba a salir el corazón en cualquier momento, estaba demasiado alterado. – Hubiéramos podido esperar un poco más en casa, recuerda que es una cesaría, y todo está bien, ya escuchaste al doctor Corbin.

-Oli, leí muchos libros, pueden pasar muchas cosas. – se quejó. – Puede que hace dos días Hailey estuviera bien, pero si se da la vuelta, o se enreda con el cordón umbilical. – Oliver puso los ojos en blanco. – Puede quedarse sin oxígeno, Oli, pueden pasar muchas cosas. – lo regaño. - ¿Estás bien? ¿Te duele algo? Puedo traer una silla de ruedas, espera...

-Una vez entre en la habitación, no me dejaran caminar, deja que vaya hasta recepción caminado, al menos. – refunfuño. – No me duele, estoy bien.

Scott no acaba de creerse del todo las palabras de Oliver, así que ignorando sus peticiones le llevo una silla de ruedas, el beta se negó a sentarse hasta que una de las enfermeras se lo pidió. Entre dientes se quejó de lo persistente que podía ser Scott cuando se lo proponía.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now