CAPITULO 57

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Cada vez, Oliver acortaba más las distancias cuando se acercaba a la cabaña más alejada. No había visto nada extraño en sus visitas. Todo estaba extrañamente tranquilo, algunas noches, cuando salía antes de la casa podía escuchar algunas conversaciones. No estaba muy seguro de que hablaban, no les podía oir bien y se había dado cuenta de que Nevan hablaba demasiado bajito en comparación de Nash. De vez en cuando se podían escuchar algunos llantos de bebé, que hacían que Nash dejase de hablar. Solo había una luz encendida durante las noches, y dedujo que era alguna de las habitaciones.

Scott lo seguía en algunas ocasiones, así que Oliver intentaba mantenerse lo más alejado posible de aquella cabaña. Conocía demasiado bien a ese beta, si escuchara o viera algo que no le gustase, era capaz de armar un gran jaleo o incluso entrar en la casa. Le preocupara que eso fuera algo malo para Nevan. Scott insistía en acercarse a la cabaña, incluso lo provocaba para que le hiciese caso, Oliver se estaba quedando sin excusas para alejarlo.

-Liliana, puedes preparar una cubeta de agua fría, por favor. – le dijo al entrar al salón, esa noche su excursión se había extendido un poco más. – Añade algunos hielos, me vendrán bien.

Oliver revisó el salón con detenimiento, normalmente sería Scott quien estaría rondando por allí, para asegurarse de que estuviera bien, era extraña que solo estuviera Lily. El beta observo la puerta de su compañero en silencio. Habían tenido una pequeña discusión antes de irse, donde Scott volvió a decirle que lo trataba como si fuera un crio y lo amenazó con ir él solo sin su ayuda, a rescatar a Nevan.

-Está dormido. – le advirtió Lily con una pequeña sonrisita maliciosa. – Ha estado echando alaridos y refunfuñando durante una hora más o menos, hasta que ha fingido estar muriéndose de sueño.

-¿Estaba muy enfadado? – no necesita una respuesta a la pregunta, tan solo le bastaba con mirar a los ojos a su hermana. – No entiende que es peligroso para él, lo he hecho para que no le hagan daño, me preocupa que alguno de los dos lo reconozca.

-Le he intentado explicar que solo quieres su protección, pero ya sabes como es. – puso los blanca. – Basta con decirle que no haga una cosa, para que lo haga.

-No me digas que ha salido a solas, Liliana... - respondió alarmado, yendo en dirección a la habitación donde estaba Scott. – Pequeño escandaloso, será mejor que no te muevas de ahí. – le advirtió aliviado.

Lily le dio la espalda a su hermana y comenzó a reírse, Oliver fingía no preocuparse por ellos. Les decía que ya eran lo suficientemente adultos para actuar por ellos mismo, pero una mínima desvaluación de sus planes lo alteraba sobremanera, sobre todo, si era algo que relacionaba a Scott.

-Lo he estado vigilando, solo ha salido una vez de la habitación, para ir a la cocina. – se burló. – Tenía algo de sed, después ha vuelto a su habitación en silencio, aunque ha estado mirando la puerta durante unos segundos.

-Liliana, no tienes que estar encima de Scott de esa manera. – le regaño molesto. – No sois niños, Scott ya es lo suficientemente adulto para saber lo que puede y no hacer.

-Mira quien habla... - le contesto en tono burlón. – El señor que le han faltado segundos para ver si seguía aquí.

-Es diferente, Liliana, y lo sabes... - murmuro para él mismo. – Yo soy un poco más mayor que vosotros, mi deber es protegeros.

-Eso será ¿verdad? – Lily se aguantaba la risa. – Oliver solo quiere actuar como una persona responsable, no se preocupa para nada de su pequeño Scotty, que va, me lo estoy imaginando todo.

Oliver asintió con firmeza, no le gustaba que su hermana viera sus intenciones tan fácilmente. Lily lo asusto sin darse cuenta, o eso le dijo, cuando metió sus pies en la cubeta. Ella comenzó a reírse tras cometer aquella pequeña travesura. Su hermano miro la puerta de Scott para asegurarse de que siguiera dormido, por suerte no salió.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now