CAPITULO 86

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Scott no despertó hasta la mañana siguiente, el beta se encontraba estable después de la operación. Según las palabras de los doctores no hubo ningún problema durante el proceso, ahora tenían que esperar a que el cuerpo de Scott no rechazará el tratamiento.

Le explicaron a Oliver, que él podría despertarse un poco confundido y adolorido, para que no sé preocupara. Como se encontraba estable decidieron llevarlo de nuevo a su habitación, no veían ningún problema en el que tuviera un acompañante. Oliver debía avisar que Scott había despertado, cuando lo hiciera.

-Has sido muy valiente, mi amor. – beso su mano con delicadeza. – Eres muy valiente, Scotty.

Oliver apenas durmió aquella tarda, ya que quería estar atento para cuando Scott despertará, no quería perderse la reacción del beta cuando lo viera. Necesitaba abrazarlo y decirle que todo había salido perfecto. Y contarle lo que le había dicho la mujer de la protectora sobre Junior, no pudo aguantarse y pidió visitarlo en unos días, con claras intenciones de adoptarlo. No estaba muy seguro de que él pudiera ir, pero debía darle las buenas noticias. Se había inscrito en la lista para adoptar a Junior, y como regalo lo había puesto a su nombre Scott Taylor, aunque estuvo a punto de equivocarse y llamarlo Scotty.

-Woody ha intentado atrapar una ardilla en el parque. – rio. – Hemos tenido que tenerlo, por poco escala el árbol, el señorito ha salido disparado tras ella. – acomodo el cabello de Scott. – Liliana le ha regañado, pero le ha dado igual, él tenía su atención en la ardilla, le he hecho una foto para que lo vieras.

Contarle las travesuras de Woody le divertía, sentía que Scott se estaba riendo al igual que él cuando lo hacía, esperaba que lo escuche. Aunque no le importaba volvérselas a contar de nuevo, escuchar la risita de Scott era como medicina para él.

-Fuimos a tomar algo a la cafetería que había cerca del parque, Woody se escondió entre mis piernas, esperando a que se cayera algo que pudiera comer. – sonrió. – Liliana le daba comida a escondidas, para ganarse su confianza, mientras le hacía prometer que no rompería sus plantas. Creo que no lo ha conseguido, Woody se comió una nada más llegar, mi hermana me envió la prueba del delito para que lo regañara.

Notaba las manos de Scott demasiado frías, así que intentaba mantenerlas en calor lo mejor posible. El beta se veía bastante cansado y pálido, a consecuencia de la operación, le habían explicado que era normal, tardaría unas horas en recuperar su color habitual. Así que no debía preocuparse, eso intentaba hacer. Pero era inevitable estar un poco asustado por su aspecto, nunca había visto a Scott tan pálido como en aquel momento, tampoco había tenido jamás las manos tan frias.

Al no poder dormir, recordó alguno de los momentos que había vivido con él. Cuando eran pequeños, Scott tenía una gran afición de escaparse de su casa, para ir a verlo. Su madre debía llamar a la de Scott para decirle que estaba con ellos. Oliver en un principio apenas le prestaba atención, aunque le gustaba ver como jugaba con Lily. La primera vez que decidió acercarse a ellos para jugar, Scott le mostro una sonrisa brillante a la cual le faltaba un diente.

Sus visitas se habían vuelto regulares, Oliver siempre lo esperaba en la entrada de su casa, cuando el reloj marcaba las cuatro de la tarde. Scott siempre llevaba algo nuevo para jugar, así que nunca se aburrían. Cuando llegaba el buen tiempo, su padre los llevaba a la piscina que se encontraba en la casa de sus abuelos, podían pasar horas allí haciendo carreras. Scott era bastante bueno nadando, siempre se picaba cuando el beta le ganaba, y le pedía la revancha.

Pero un día simplemente dejo ir a su casa, él lo seguía esperando. A veces preparaba alguna broma para sorprenderlo y vengarse por todas las travesuras que le había hecho. Lily también lo esperaba, pero no durante tanto tiempo. Una tarde, se escapó de casa para ir a buscar a Scott, quería hablarle del nuevo juego que había salido, y tan solo le dejaría jugar si iba a su casa. Pensaba que era un plan perfecto. Oliver tan solo tenía que ir al final del pasillo de su bloque de pisos para encontrarse con Scott, llamó varias veces a la puerta, pero nadie le abrió. Hizo la misma jugada dos veces más, con la esperanza de que él saliera. Nunca lo hacía.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now