CAPITULO 111

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El testimonio de Daniel, dejo congelados a todos los presentes. Durante varias horas el pequeño omega contó todo lo que había hecho su padre. Las últimas palabras que uso Daniel hicieron sospechar en la posibilidad de que el bebé que llevaba en su vientre, era de su propio padre. "No le digas a nadie sobre esto". Daniel relato como fue su llegada al bar rojo, no era como les había explicado al principio.

-Ellos son amigos míos, te van a cuidar muy bien, Daniel... - sus manos fueron en busca de Scott. – Si haces bien tu trabajo, papá se recuperará. Eso dijo, señor Roux. – era más fácil para él dirigirse solo al beta. – Pero cuando volví a casa mi papá no estaba, había mucha sangre, mi padre dijo que si decía algo me haría daño.

-¿Recuerdas a los hombres que había en el bar rojo? – asintió. - ¿Sabes sus nombres?

-Todos son amigos de mi padre, así que los tenía que llamar tíos, incluso a los que estaban en la misma sala que yo. – Oliver sentía nauseas. – Daniel siéntate aquí, me decían, Daniel dame un beso. Daniel... - agacho la cabeza. – Si no les hacía caso, me golpeaban.

-¿Fuiste tú quien llamó a la policía? – el pequeño sonrió. - ¿Alguien te ayudo?

-Mi papá me enseñó a llamar a la policía, así que solamente lo hice. – Scott se negaba a alejarse de su lado. – Espere a que todos estuvieran dormidos y llamé desde el móvil de uno de mis tíos.

Scott suplico que quería quedarse con él esa noche, no volvería a casa de ninguna de las maneras, incluso llamó a Lily para que fuera a por Woody y Junior. Oliver, salió de la habitación junto a algunos de sus compañeros. Daniel siguió llorando hasta quedarse dormido.

-Duerme tranquilo, pequeño Dan... - el beta miraba con rabia el vientre del omega. – Duerme, no me voy a ir. No me iré, pequeño Dan.

Encontrar al alfa fue más fácil de lo que esperaban, él se encontraba en el bar rojo, acompañado de varios omegas jóvenes. Fue interceptado cuando intentó escapar, grito para que lo soltaran, alegando que no había hecho nada. Oliver intentaba ocultar su furia, pero le era imposible. No le escucho cuando le grito, ni siquiera le prestó atención cuando dijo que se estaban equivocando.

-Lo sabemos todo, señor Walker... - el alfa se quedó callados, unos segundos procesando la información.

-Ese idiota está mintiendo, conozco a mi hijo, siempre miente, no le creías.

-¡Cállese! – le ordeno Oliver. – Será mejor que mantengas la boca cerrada.

Scott se preparó para pasar la noche junto a Daniel, le pidió a uno de los compañeros de Oliver si podía llevarle un pijama del hospital, discutió con varias personas que se negaban a que se quedarse y por último llamó a Oliver para saber cómo se encontraba, el beta no respondió a la llamada.

-Señor Taylor... - Scott sonrió al escuchar su voz. - ¿Por qué sigues aquí? No tienes que irte a casa ¿Dónde está el señor Roux?

-Pequeño Dan... - acomodo su cabello con ternura. – Me voy a quedar contigo, así que puedes dormir tranquilo. – Daniel sonrió con timidez, mientras cubría su vientre, sentía que Scott lo estaba mirando demasiado. - ¿Tienes hambre? He pensado en comprar unas hamburguesas ¿te gustan? Con muchas patatas.

-Señor Taylor ¿Estás enfadado conmigo? – negó con la cabeza. - He sido un niño malo ¿verdad?

-Has sido un niño muy bueno, pequeño Dan... - el omega se removió entre las sabanas. - ¿Te apetece algo más? Tengo que ir a comprar la cena, pensaba conseguir un poco de helado.

-¿Han encontrado a mi papá? – Scott no sabía que responder. – Mi papá está bien ¿verdad?

-El señor Roux se está encargando de eso, tendré el móvil pegado a mí para hablar con él, no tienes que preocuparte por nada.

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now