CAPITULO 63

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Mudaron a Nevan y Emily, a un pequeño complejo de apartamentos, apartado de la ciudad. La noticia del omega secuestrado, estaba muy presente entre la comunidad. Todo el mundo quería ponerle cara a Nevan, muchos curiosos se habían acercado al hospital para saber cómo estaba. Joe tuvo que tomar medidas de último momento, por la seguridad de ambos, ya que muchas personas intentaron acercarse sin éxito a él.

-Es algo momentáneo. – le explico Celia, cuando llegaron. – Hay personas curiosas que quieren acercarse a ti, por eso hemos decidido que es mejor manteneros aquí, al menos por ahora.

-¿Dónde está Scott? – hacía varios días que no veía al beta. - ¿Y Lily? ¿Oliver?

-Ellos se han quedado en el apartamento de Oliver. – el omega lo miró con tristeza. – Scott vendrá a visitarte a menudo, no te preocupes por él.

Pudo escuchar del declive del hostal Corbin, al poco tiempo de llegar. Celia estaba hablando con Joe en aquel momento, pidiéndole al beta un poco más de tiempo para solucionar los problemas que habían ocasionado en aquel entonces las madres de Nash. Sabía que no podía escuchar, y que estaba mal que lo hiciese de aquella manera tan cobarde. Pero le asustaba quedarse tanto tiempo solo, Emily se había dormido en el carrito y no podía hacer nada. Temía que Nash se acercará a él por la espalda y se los volviera a llevar, por eso busco cobijo en Celia.

-Aquí no estarás solo. – señalo a los gatitos que jugueteaban alrededor del sofá. – Yo viviré contigo y os cuidaré.

-Estoy dando problemas de nuevo ¿verdad? – Celia negó con la cabeza. – La familia Corbin está en problemas por mi culpa.

-Eso no es cierto, pequeño ángel. – pico su nariz para regañarlo con cariño. – Estoy haciendo esto, porque eres importante para mí, y porque no quiero perderme como crece Emily. – sonrió. – No me estás dando ningún problema.

Travis escapo de las garras de Emily por los pelos, la pequeña diablillo, como la había llamado Lily hacía unos días atrás. Abrazaba al felino cuando menos se lo esperaba o intentaba probar el pienso de los gatos. Travis la cuidaba desde lejos, para que no se hiciera daño, siempre manteniendo una distancia prudencial del diablillo. Emily solía dormirse en el sofá, al lado de Dama o Blaki, mientras Reyna jugaba con Travis.

-En el piso de enfrente vive el señor Corbin. – le dijo con cariño. – El hermano mayor de Joe, él estará atento cuando me vaya a hacer algún recado. Si quieres puedes ir a su casa.

-Lo molestaré. – Celia negó con la cabeza. – No nos conoce, pensara que estoy siendo demasiado pesado.

-No creo que Lander piense eso. – sonrió. – Puede que dé un poco de miedo, al principio, cuando lo conoces. Lander quiere dar la imagen de ser un hombre serio, al igual que lo era su papá, pero no lo consigue. Tiene debilidad por los bebés, algo que aprendió de su mamá, seguro que estará encantado de jugar con Emily.

Nevan creía que ya estaba cruzando la fina línea de confianza entre él y la familia Corbin. Aunque Joe y Celia le dijeran que no había problemas con pedirles ayuda, él sentía que estaba llegando demasiado lejos. No quería ser una carga para nadie en aquel momento, y menos para una familia como esa. Se había agendado un trabajo con secretario al poco tiempo de llegar, había dormido en un hostal sin pagar ni una sola noche, había comido en aquel hostal sin que le pidieran nada cambio y ahora ellos estaban en problemas. Solo los molestaba.

-Si el señor Corbin no se encuentra en casa, puedes ir al piso de abajo, dos puertas a la izquierda del ascensor se encuentra la casa de un gran amigo mío, llamado Luke. – los ojos de Celia se iluminaron al hablar con él. – Normalmente se encuentra en casa junto a su esposo, o alguno de sus hijos.

Hasta el final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora