CAPITULO 87

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Sabía que estaba rompiendo las normas, y que su padre se iba a enfadar con él cuando los encontraran. Pero quería alejar a Scott del peligro, no le gustaba para nada que tuvieran que hacerle daño para curarlo. Oliver lo abrazo cuando lo tuvo a su lado, era la primera vez que lo hacía desde que lo conocía, estaba emocionado por poder jugar de nuevo con él.

-¿Dónde podemos escondernos? – Scott se encogió de hombros confundido. – Vamos, tú conoces mucho este lugar.

-No salgo apenas de mi habitación. – dijo con tristeza. – Puedo escuchar a muchos niños riéndose fuera, pero mi mamá dice que yo no puede salir. – Oliver estaba muy enfadado con la señora Taylor. – Los hombres de blanco vienen a veces para pincharme, duele mucho.

-No dejaré que te lo vuelvan a hacer, Scotty. – el beta sonrió con ternura al escucharlo. – Yo te protegeré de los hombres malos.

Oliver pensó en salir por la misma puerta por la que había entrado, pero sabía que su padre y los de Scott se encontraban allí. Sería demasiado sospechoso que saliera cubierto por una manta. Scott estaba escondido detrás de él, apoyándose en su espalda, sus manos se sentían frías y temblorosas, pero no le importó. Debía rescatar a su amigo, como fuera posible.

-No digas nada, vamos a jugar al escondite. – asintió. – Vamos a escondernos ahí, hasta que ellos entren, cuando lo hagan saldremos corriendo muy rápido para ir a casa. – Scott no estaba muy convencido. – Me lo prometes.

-Mamá se pondrá muy triste si lo hago. – confesó. – Papá también.

-¿Quieres que te hagan daño de nuevo? – pregunto serio. – Los hombres de blanco te pincharan en el trasero ¿lo sabes? – Scott parecía aterrado. – A mi mamá le pincharon en trasero, yo lo vi. Mamá lloro mucho, nunca la había visto lloran tanto.

Scott acarició su trasero aterrado, no veía posible que eso pasará, no quería que pase mejor dicho. Ya le dolía demasiado cuando le pinchaban en el brazo, no quería que lo hicieran también en su trasero. Oliver apoyo sus manos sobre los hombros de Scott y sonrió, para darle confianza.

-No te preocupes, yo estaré a tu lado. – Scott se sonrojo al escucharlo. – Te protegeré porque eres mi mejor amigo, no el de Liliana. – continuo algo rencoroso. – Recuerda, yo soy tu mejor amigo.

-Mi mejor amigo... - asintió orgulloso al escucharlo. – Oli, es mi mejor amigo. – saber eso se sentía demasiado bien.

-Siempre te protegeré, Scotty, incluso cuando me hagan tan grande como mi papá y más fuerte que mi abuelito. – le prometió, estaba hablando enserio. – Seré tu mejor amigo, por siempre.

Sus padres entraron unos minutos después, alarmados por no haber escuchado a los niños. La madre Scott empezó a llamarlo desesperada cuando no lo vio en la camilla, su padre, junto al padre de Scott los buscaron por la habitación, sin éxito. Incluso entraron los hombres de blanco de los que había hablado Scott.

-Estás a salvo conmigo, Scotty. – dijo para tranquilizarlo, su mejor amigo estaba muy asustado. – No tengas miedo, te protegeré de los hombres malos.

Ninguno respondió cuando sus padres los llamaron, incluso cuando su padre lo llamó por su apellido también. Estaba muy enfadado con los adultos, no iba a hacerles caso. Scott estaba pegado a él, el armario donde se habían escondido era demasiado pequeño, así que debían estar muy juntos.

-Tengo pipi. – Scott se mostraba incómodo. – Tengo que hacer pipi, Oli... - el beta negó con la cabeza. – No puedo aguatar, el pipi está saliendo, tengo mucho...

-Si te haces pipi, no podré ayudarte. – el beta le hizo una mueca de tristeza. – Nos encontraran, debes aguantar.

-No puedo... - lloriqueo. – Tengo mucho, Oli...

Hasta el final del caminoWhere stories live. Discover now