CAPITULO 80

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La estancia en el hostal fue un gran alivio para Scott, aunque no podía controlar del todo la preocupación de Oliver. El beta solo lo había llamado un par de veces para saber cómo se encontraba y para recordarle que tomará su medicación. Las conversaciones siempre terminaban con un "te amo" y con un que otro "ten cuidado".

Scott se sentía bien al lado de Nevan, el cual se había quedado con él, ya que Emily había insistido en cuidar a su tío. Celia estaba casi siempre cerca de él, pero era menos pesada que Oliver. Scott intentaba ignorar la preocupación que sentían todos por, incluso Silver le preparó un plato específico para él, con las indicaciones que le había dado Oliver.

Lily también se había puesto en contacto con él para preguntarle cómo se encontraba, se veía que no tenía ni idea de que se estaba quedando en el hostal. Oliver no le había contado nada a su hermana.

Los dos días fueron tranquilos para él, de vez en cuando Emily le llamaba para jugar con él a las cartas, o para dibujar. La princesa se estaba portando bastante bien con él, ya que no le pedía grandes cosas.

-Este es para ti. – le dio un zumo de manzana al beta. – Y este es para mí. – sonrió. – El señor Silver me dio estás galletitas para los dos.

Emily le contaba con emoción como habían sido sus días en la escuela infantil, había hecho varios amigos, entre ellos uno que según ella se encontraba un niño que le gustaban los aviones. Scott le hizo varios dibujos de aviones para que ella pintara mientras la escuchaba. Nevan revisaba que estaban bien cada diez minutos, aunque muy pocas veces se acercaba a ellos. Celia en cambio se quedaba mirándolos un rato hasta asegurarse que estaba bien.

-Le estoy enseñando a jugar al dominó. – le señalo las piezas que había sobre la mesa. – Estoy bien.

-¿Quieres algo para beber o comer? – negó con la cabeza. – Has tomado tus medicinas ¿verdad?

-Después de comer, no te preocupes. – Emily estaba construyendo un pequeño muro con las piezas de ajedrez. – Dile que estoy bien. – señalo su móvil. – Oli, sé que estás hablando con ella.

Celia hizo una media sonrisa mientras escuchaba a Oliver decir que él no era quien estaba en la llamada. Emily lo llamó para decirle que era lo que estaban haciendo juntos, quería que él también fuera a jugar al dominó.

-Otro día, princesa... - ella asistió no muy convencida. – El tío Oli tiene que ir a trabajar de nuevo, puedo pedirte un favor. – Emily sonrió orgullosa. – Cuida del tío Scott, dale muchos mimos.

-El tío Scott me está enseñando a hacer trampas en el domino. – Celia comenzó a reírse. – Para poder ganar a papá.

-Scotty no le enseñes travesuras a la princesa. – el beta no le respondió. – Nos vemos mañana, duerme bien, mi amor.

Emily cambiaba continuamente de juego cuando se aburría, así que Scott tenía que esperar a que eligiera el siguiente para intentar enseñarle como jugar. Celia había preparado un pequeño baúl con juegos de mesa para los dos. Algunos los había reciclado de Joe, que se los dio cuando sus hijos crecieron. A Emily le gustaba jugar al del cocodrilo.

-Quiero ser el amarillo. – sonrió enseñándole el hueco que le había dejado el diente a caerse. - ¡Uno, dos, tres! ¡Vamos, tío Scott!

Celia les tomaba fotos escondida para enviárselas a Oliver, el beta quería saber como se encontraba Scott en todo momento, no tardaba más de un par de segundos en responderle a los mensajes.

"Está tomando una siesta con la princesa." – le avisó.

"Te avisaré cuando despierte."

Hasta el final del caminoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz