~Locura o desesperación~

62 13 0
                                    


Había pasado mucho tiempo desde mi intento de huida fallido, mejoraron la seguridad, y eran tres los hombres que me acompañaban a todos lados y pasaba mucho más tiempo dentro de la habitación.

No me habían vuelto a llevar a la sala del escritorio pero siempre a la misma hora iba el hombre hasta mi habitación y a través de la puerta me hacía la misma oferta de siempre y mi respuesta no cambió en lo absoluto, en parte lo agradezco ya que así no tenía que ver su sonrisa socarrona por mi imagen deteriorada, parecía un muerto, pero lo había notado algo preocupado por mi estado mental creo y entiendo el por qué, si me cerebro se distorsionaba ya no les sería de utilidad y de forma fácil sin remordimientos hubieran podido matarme pero ya no podría nunca hacer lo que llevaban pidiendo meses y eso no les convenía así que trataron de darme distracciones, cada tercer día me llevaban una vela y me dejaban pedir un libro, se sientía muy bien volver a estudiar después de tanto tiempo, yo mismo estaba temiendo que mi cerebro se hubiera hecho papilla luego de ese lapso en la oscuridad pero eso no evitaba que me sientiera infeliz todo el rato.

En algún momento trate de socializar con los guardias que me custodiaban, si no me dejarían ir hasta que aceptara y yo no piensaba aceptar supuse que me haría bien conversar con alguien, pero ellos solo respondieron de forma hostil gritando que me callara y escupiéndome a la cara uno incluso me remato con su mano hasta la pared así que luego de eso ni siquiera se me pasaba por la cabeza, necesitaba compañía pero no una que me fuera a matar solo por respirar muy fuerte, además nunca se me dio bien eso de socializar y después de recibir esos tratos lo menos que quería era tratar con ninguna persona y luego pensé que si hubiera logrado sentar amistad con alguno y comenzara a tomarle cariño para después enterarme de que algo le había pasado por esa razón no lo soportaría, a veces aún soñaba con el asesinato de mis padres y la muerte de Faddei; más que un sueño era una pesadilla que me atormentaba cubriéndome los ojos aún dormido pero por alguna razón no podía despertar de ese sueño hasta que llegaba el guardia en turno arrojándome el balde de agua que borraba cualquier rastro del sueño de mi cara, no entendía por qué no me dejan dormir si realmente no tenía nada mejor que hacer en ese lugar.

En cuanto me comenzaron a prestar las velas para leer noté que el cuarto en realidad era mucho más pequeño de lo que pensaba y la primera vez inspeccioné todos los rincones para buscar ese "punto débil" que yo juraba que tenía que estar ahí pero me llevé una horrible decepción al ver que era de granito sólido y eso mismo es lo que lo hacía tan frio.

Al final me di cuenta de que ya estaba resignado a pasar toda mi vida entre esas cuatro paredes, en realidad no sabía muy bien lo que estaba pensando cuando pensé que podría escapar y volver a Europa; de seguro allá también me estarían buscando y también había personas que me querían en américa y demás países, no había forma de evitar que quien fuera me encontrara y me quisiera obligar, tal vez de peores maneras, a que trabajara para ellos y bueno el caso de Europa era especial por lo que la idea de regresar a los bosques congelados que tanto añoraba era casi un sueño imposible a menos que quisiera que me fusilaran por traición.

Paso un tiempo en que pensaba mucho en ello y en como las cosas hubieran sido muy diferentes si hubiera escuchado a mi padre y no hubiera desatado todo mi potencial a la corta edad de 9 años pero en ese entonces yo solo quería destacar de entre los demás y si tenía que demostrar que no era un chico común para lograrlo lo haría y con esas ideas dando vueltas por mi cabeza hice lo que mis padres prohibieron desde que era solo un crío, comencé a realizar proyectos y todos y cada uno salían bien, gane ferias de ciencias, conseguí becas; terminé la universidad a los 14 años y con cada uno de mis logros mis padres parecían más decepcionados de mí, nada parecía ir mal, hasta eso...

Ya no soportaba más esa culpa, no quería seguir así, no merecía vivir cuando tantas personas habían sufrido por culpa mía. La desesperación hizo que comenzara a golpearme contra la pared, no sentía el dolor y no me importa la sangre que después de un rato comienzó a escurrir por mi sien; deseaba que entrara alguno de esos hombres que me custodia y me mataran de una vez por todas. Escuché la puerta abrirse y unas manos me sujetarón de los brazos y me tiraron al suelo, acto seguido sentí como una aguja se introducía en mi brazo y mi cerebro se apagó; todo quedó a oscuras pero esa sensación no duró mucho.

La sangre volvía a caer sobre mí, no era mi sangre, era la de mi padre y esta vez podía ver su ojo a través de la rendija y comencé a llorar sin remedio, pero no era capaz de emitir sonido alguno, si me encontraban todo habría sido en vano y yo no lo permitiría; solo podía ver como las lágrimas corrían por mis mejillas y mi cuello, algunas se metían en mis oídos y de pronto escuché un zumbido que a poco se fue haciendo más claro.

    -No puede seguir así- la voz me sonaba familiar pero no podía saber de quién era.

    -¿Y qué sugieres?, ¿que lo deje libre?- dijo otra voz que no había oido antes -Sabes que no podemos hacer eso...es demasiado valiosa la ayuda de ellos como para arriesgarnos a que vuelva a escapar...no podemos perder unos aliados así y tampoco el poder que el mocoso puede darnos...

    -¿Y prefieres arriesgarte a que muera ahí encerrado?- La voz sonaba enojada

    -Muy bien, tu ganas...lo hablare con el consejo...pero lo más que te prometo es moverlo a la prisión de máxima seguridad para que no esté tan solo...-suelto un gruñido resignado- pero me voy a hacer cargo de que acepte la oferta pronto...comienzan a desesperarse.

Ambas voces se alejan y todo vuelve a quedar negro y en silencio.



No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now