~YA zasluzhivayu nakazaniya~

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Cuando al fin desperté mis oídos zumbaban y sentía que mi cabeza estaba a punto de explotar por toda la presión que sentía en ella, pero lo peor de todo definitivamente era el ardor candente en mi brazo, intenté incorporarme sin lograr nada ya que la mínima presión en mi brazo provocó que volviera a sangrar, solo pude quedarme viendo la luz blanca sobre mi cabeza.

-Tranquilo wey, que te metiste un buen vergazo, no intentes hacer esfuerzo- alguien puso su mano sobre mi hombro pero no terminaba de reconocer la voz que me hablaba.

-¿Q...qué pasó...?

    -No sé wey, la verdad es que no tengo ninguna idea, sólo sé que casi te mueres y si tú te mueres el jefazo me mete un buen madrazo, pero bonito.

-¿Q...qué?- el dolor en mi cabeza aumento y me impedía recordar todo lo que había pasado después de que me metieran en esa habitación oscura y fría- ¿D...dónde estoy?

    -En la enfermería cabrón, ahora quédese quieto.

Volví a mirar al techo, poco a poco había podido identificar a el moreno como la persona que me estaba hablando, pero seguía sin entender como era que había terminado en ese lugar, mis recuerdos comenzaron a llegar pero se acababan en el momento en que trataba de alejarme de la celda de Aki y los niños me sujetaban.

    -¡Wey!- le arrojó una bolita de papel al chico que dormía junto con su hermana hasta que despertó y casi la tira.

    -¿Qué pasa?, ¿qué pasa?

    -Ve a la oficina de tu jefe y saca al güero que está ahí, dile que su puta está en la enfermería- el chico salió corriendo por la puerta sin decir palabra.

-¿Cu...cuanto tiempo pasó?...-pregunté e voz baja.

    -Que te calles pendejo- suspiró- y pasaron, desde que te vi- pareció pensarlo por un momento- 23 horas y 53 minutos.

Imité al otro soltando un largo suspiro para luego cerrar los ojos, suponía que había pasado mucho más tiempo que eso, sin embargo no tenía humor para estar aguantando los gritos y regaños del moreno, así que opte por mantenerme en silencio, concentrado en la imagen de Aki que mi mente guardaba como un tesoro, solo podía pensar en él, en dónde estaría en ese momento, en si estaba preocupado o simplemente había pasado de mi existencia sintiéndose libre; recordé las palabras del moreno pero no estaba seguro de que estuviera hablando del rubio, aunque parecía bastante obvio.

La puerta se abrió de golpe y entró un chico alto y totalmente sucio, abrí los ojos al verlo, le había extrañado demasiado.

-A...Aki...- volví a tratar de levantarme pero me fue simplemente imposible, no dijo palabra, simplemente se acercó a mí y me envolvió en sus brazos como si temiera que fuera a desaparecer en cualquier momento- Aki...

Contuve un quejido de dolor correspondiendo su abrazo con mi extremidad sana mientras mis ojos comenzaban a cristalizarse, me tomó en brazos sacándome de la habitación ignorando las miradas de todos los presentes que se encontraban posadas en nosotros; me escondí en su pecho conteniendo las ganas de quejarme y suplicar que me bajara que se apoderaban de mí, le había extrañado demasiado y no me sentía capaz de sostenerme por mí mismo. Llegamos a la celda y me dejó suavemente en la cama, lo observé mientras se dirigía de nuevo a la puerta temiendo que me dejara solo pero en lugar de salir simplemente cerró las rejas y colocó un seguro interior que yo no había notado antes, regresó a mi lado y volvió a apresarme con un cálido abrazo.

Sentía que nada podría arruinar el momento en el que volvía a encontrarme pegado a su pecho y respirando su aroma, pero las palabras que el chico me había dicho mientras moría del miedo golpearon mi memoria colándose en mi momento feliz; no me importó el dolor y me abracé a él con fuerza dejando que las lágrimas corrieran por mis mejillas una vez más.

      -Tengo miedo de saber qué pasó estos cuatro días- así que habían sido cuatro días, demasiado tiempo.

-Yo también...tú no deberías estar cubierto de sangre...

      -Casi nada es mía, no te preocupes- me sonrió, y guarde esa sonrisa en mi memoria, sin embargo sus palabras no lograron tranquilizar mis miedos, al contrario, me sentía más preocupado que antes.

-Aun así...-bajé la mirada para que no pudiera leer mis pensamientos en mis ojos, detestaba verlo así, no podía sentirme más culpable en ese momento, si algo le pasaba sería por causa mía; lo sabía y no me lo perdonaría.

      -Sólo sé que estás conmigo y ahora podré dormir- sonaba alegre, me sentí más tranquilo y decidí que no lo evitaría, lo había necesitado demasiado mientras estaba allá abajo, en la oscuridad.

-S...si...- lo abracé con fuerza ya sin importarme lo más mínimo la herida en mi brazo, solo podía pensar en cuanto le quería, en lo feliz que me hacía, en cuanto le necesitaba siempre, temía que fuera solo un sueño y que despertaría solo para darme cuenta de que seguía en un cuarto oscuro rodeado por nada más que la piedra sólida asfixiándome.

Me acomodó sobre sus piernas, yo solo me dejaba hacer por esas manos que me tomaban firmes pero con cariño en cada uno de sus movimientos, me regaló una hermosa sonrisa y se acercó posando sus labios sobre los míos, quería corresponder, quería perderme en su tacto y olvidarme de todo lo que había pasado, pero algo en mi interior me gritaba que no lo merecía, que lo había traicionado por mi debilidad, inevitablemente volví a llorar cuando se separó de mi bruscamente.

      -¿Qu...qué fue lo que paso?

-Perdón...-sollocé dejándome caer de sus piernas para arrodillarme frente a él, solo por ese chico era capaz de perder la poca dignidad que me quedaba al pedirle, rogarle perdón de rodillas.- perdón...lo siento...

      -¿Qué fue lo que pasó?- sonaba enfadado y no era para menos, no terminaba de entender la razón de que se hubiese enojado sin conocer la razón de mis lágrimas pero algo me decía que si lo sabía o al menos tenía una idea de lo que había ocurrido.

-F...fue...fue mi culpa...no pude...no pude detenerlo...perdón...-seguí sollozando bajando la cabeza para evitar mirarlo- debí...debí salir...debí...-los sollozos se tragaron mis palabras. Se puso en pie pasando por mi lado, pensé que se iría, que me dejaría solo de nuevo y solo esperé el sonido de la puerta cerrándose pero este nunca llegó, en su lugar sentí sus brazos rodeándome desde la espalda.

      -Lo lamento.

-Perdón...-me doble hacia el frente sintiéndome aun peor porque en lugar de odiarme de recriminarme y dejarme estaba aferrándose a mí tratando de consolarme.

      -¿Olvidémoslo vale?

Traté de tranquilizarme y dejar que su abrazo me arrancara todo el dolor, el miedo y la incertidumbre de los últimos días pero el dolor de mi brazo que era acompañado por la sangre que volvía a escaparse de mi cuerpo me impedía olvidarlo. Me sorprendió un toque suave sobre la herida, demasiado suave; noté que era Aki que se dedicaba a recorrer la zona con su lengua logrando que mi sistema entero se tranquilizara, llegó hasta mi muñeca y sus dientes se hundieron en mi piel sacándome un quejido de dolor. Se separó para luego besar mi mejilla, sin embargo se alejó rápidamente frunciendo el ceño.

      -Lo siento.- bajé la cabeza por su expresión de desagrado, definitivamente merecía cualquier cosa que quisiera hacerme en ese momento, todos los castigos que se le pudieran ocurrir serían poco para remediar el daño que había causado con mi debilidad.

-Lo...lo siento...-traté de levantarme- pu...puedes...puedes castigarme...lo merezco...perdón...

      -Mejor hagamos esto- me giró acorralándome contra el suelo volviendo a besarme- hagamos que ese asqueroso sabor se quite, ya que tú eres mío...

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Hola...

No tengo mucho que decir...así que pasaré a lo de siempre...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now