~Soprotivleniye~

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Frustración, eso era todo lo que sentía por tener que escuchar sus palabras, no me molestaba en sí lo que decía, me mataba el saber que tenía razón, yo no sería como mi hermano, ni siquiera lo había conocido, yo no tenía nada que ver con su mundo; ¿pero entonces por qué me sentía tan decepcionado de mí mismo?, ¿no entendían acaso? No, el que no entendía era yo. Me había comportado como un cabrón con alguien que solo estaba tratando de ayudar, lo sabía, sin embargo algo dentro de mí se negaba a aceptar que él tenía razón, simplemente no podía hacerlo.

Me levanté caminando hasta la pared donde se encontraban las botellas, tomé de la que se encontraba abierta, trago tras trago, sintiendo el ardor en mi garganta pero nada más, ni siquiera un poco de mareo por la gran cantidad de alcohol, y es justo ese el momento en que maldigo la resistencia al alcohol que siempre había tenido. Tomé la segunda botella, apenas la abrí un olor dulzón llegó a mi nariz, el vodka de ninguna manera podía oler así; sonreí preguntándome como un hombre que llevaba tanto tiempo en el negocio podía ser tan ingenuo para pensar que no me daría cuenta, aunque quizá solo fuera que la mayoría de las personas no se daría cuenta. En ese momento el hecho de que me creyera idiota era lo que menos me preocupaba, podía tener droga o veneno, si me hacía olvidarme de mí mismo era suficiente para mí, así que la pegué a mis labios y tragué, quizá tomé la mitad de la botella o tal vez más, lo único que recuerdo es que un escenario se abrió frente a mí, todo estaba listo para la obra.

Un salón de un gran teatro se elevaba frente a mis ojos, los palcos y casi todos los asientos estaba ocupados, solo había un lugar vacío justo enfrente del escenario, un asiento en primera fila para el espectáculo; pensé en salir corriendo, más un agarre en mi mano lo impidió, miré a la persona que me había sujetado encontrándome con una niña que miraba al frente. Lentamente elevó la mirada hacia mí mostrándome una sonrisa en una cara sin rostro, no había facciones, sin ojos ni boca, pero de alguna manera yo sabía que estaba sonriendo, como si la forma en que se estiraba la piel formara un perturbador esbozo de sonrisa.

Me arrastró entre los asientos, al pasar las personas nos veían con la misma inquietante sonrisa inexistente. Todas eran personas que estaba seguro de conocer, cada una de las almas dentro del teatro, como si hubiesen sido parte del paisaje que recorría una y otra vez en mis largos paseos por la heladas calles del pueblo.

Llegamos al asiento vacío y me dejó ahí, me senté con miedo y una indescriptible sensación de angustia recorriendo cada una de mis células; el barullo en la sala no me dejaba escuchar ni mis propios sentimientos, pero entonces las luces se apagaron y el silencio reinó entre los presentes. El telón se sacudió un poco anunciando su seguida apertura, dejando al descubierto un paisaje pintado al fondo, sobre un lienzo monumental que serviría de ambientación para el show.

Algunas casas y construcciones de cartón fueron arrastradas dentro del escenario, algunas personas realizando actividades comunes y un niño que lucía un poco perdido. Miraron al frente mostrando sus rostros vacíos y el auditorio entero aplaudió; mi mirada se posó en el niño, había algo en él que me atraía de forma antinatural, como si notara que trataba de decirme algo, aunque eso no tenía sentido, no había ojos ahí, ni labios que se movieran sutilmente, ni el más mínimo sonido en la inmensa sala aparte de los estruendosos aplausos que poco a poco iban disminuyendo mientras que los actores comenzaban a desplazarse por el escenario.

El niño salió corriendo solo para que segundos después saliera a escena otro niño casi idéntico al primero y se fuera a una de las casas y entrara dejando ver otro escenario totalmente diferente; la historia se desarrollaba de forma simple, una familia con una pareja y su hijo, el lugar me parecía conocido pero había algo extraño, algo sobraba en ese espacio que me gritaba hogar con cada objeto.

El niño esperó a que sus padres durmieran para salir de la casa a un campo cubierto de nieve, conforme se iba adentrando al paisaje iban apareciendo algunos árboles, hasta que fueron tantos que ya no hubo duda, estaba en un bosque. Se notaba el frío y la dificultad que estaba teniendo para avanzar, pero esas sensaciones que me dejaba la escena no se comparó a lo que sentí cuando de entre los árboles salió el otro niño; efectivamente eran casi copias exactas el uno del otro, sin embargo había algo en la sonrisa del recién aparecido y el chico que estaba cerca de estar congelado mostraba un miedo atroz a la figura frente a él, miedo que se volvió comprensible en el momento en que se lanzó contra él abriendo su cuello de una mordida como si se tratara de un animal salvaje.

La sangre lo cubría por completo, salpicando sus ropas y la blanca nieve, la escena debía resultar perturbadora, aun así el auditorio permanecía en completa calma, atentos a lo que se desarrollaba sobre el escenario, incluso yo era incapaz de sentirme completamente afectado, en lugar de miedo u horror mi pecho comenzaba a inundarse con una incomprensible tristeza.

La escena se siguió desarrollando de vuelta en la pequeña casa, lucía más deteriorada y vieja, pero la pareja seguía durmiendo de la misma forma, abrazados sobre un futon. La criatura que ya no podía considerar un niño se acercó acurrucándose a su lado, fue envuelto entre ambos como si se tratara de su propio hijo; parecía que la tranquilidad volvería a pesar del terrible acto cometido en el bosque y la sangre que cubría el pequeño cuerpo por completo, ellos lo recibieron de forma cariñosa, pero al salir el sol esas personas que ya habían perdido a su hijo fueron asesinadas de la misma manera y sin poner resistencia, casi parecía que fueran felices por poder morir de esa forma.

Después de eso la obra se volvió caótica, la criatura se encargó de terminar con todos los actores sin discriminar a ninguno y luego se volvió hacia el público con la misma sonrisa torcida que yo había estado viendo en ese rostro vacío desde el primer momento. El auditorio completo se cubrió del espeso líquido rojo, sin importar todos mis esfuerzos era incapaz de moverme de mi asiento, parecía estar pegado a la tela y la criatura se acercaba cada vez más a mí.

Justo cuando estuvo frente a mí se detuvo, me miró, o al menos así lo sentía yo; y entonces me di cuenta, no estuvo riendo, nunca hubo una sonrisa en su rostro; la creatura estaba llorando, las lágrimas caían incontrolables por sus mejillas, pero no eran sus mejillas, lo que estaba viendo frente a mí era a mí mismo. Un espejo de carne y hueso me mostraba mi propia naturaleza y dolor, pero detrás de él se alzaba una sombra, una figura difusa de un gigante en pie.

La silueta se fue acercando hasta que fue más claro, lo que había pensado era un gigante en realidad era Takeshi y en brazos traía un cuerpo que bien podía estar completamente muerto y no habría diferencia, no podía moverme siquiera, tenía que seguir soñando, no podía estar pasando eso. Y de mis labios solo salió una palabra débilmente.

― Aki...


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Hola...

Tarde como siempre, pero aquí les traigo el nuevo capítulo...Quisiera conocer sus teorías...déjenlas en los comentarios por favor...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora