~Proshloye~

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— No lo sé...- volví a centrar mi vista en la tabla sobre mi cabeza, pensando en sus palabras— creo que fue en gran parte mi culpa...podría haber cambiado las cosas...

     — Si las cosas hubieran cambiado nunca te hubiera conocido- lo abracé olvidando esos pensamientos, era suficiente nostalgia en muy poco tiempo, quería un poco de tranquilidad a su lado, pero también había algo que me pedía sacar todo eso que llevaba guardando por más de dos años.

— Aki...

      — ¿Qué pasa?- por su tono supe que había tenido un momento en el que lo había perdido, eso no tenía que pasar, no más.

— ¿Qué es lo que sabes sobre mí?- la pregunta se deslizó de forma casi automática por mis labios, y de inmediato sentí que en cualquier momento me arrepentiría de no haberla guardado un poco más.

     — Más de lo que quisieras, menos de lo que quisiera yo- su respuesta junto con la sonrisa que se dibujó en sus labios solo me dieron aún más curiosidad por saber qué tanto me conocía en realidad.

— ¿Pero qué es?

     — Ya lo sabrás ratoncito, ya lo sabrás.

— Dímelo- sabía que aún debía tener residuos de la sustancia que había ingerido en su sistema, por lo que no debía poder negarse a una orden sencilla, en teoría- por favor...

     — No puedo decirte, tendrás que descubrirlo por ti mismo Yalek-. Me resigné, algo había fallado pero no tenía idea de lo que podía haber sido, fuera como fuera ya no tenía control sobre él. Escuché su risa acompañada de unas cuantas caricias— ¿Por qué te interesa qué es lo que sé de ti?

— Para saber qué es lo que debo decirte...- no sabía cómo reaccionaría a mi confesión, pero era la verdad, necesitaba estar seguro de lo que quería, y lo que quería era poder confiar plenamente en él.

     — Ya te dije que no me debes decir nada si no quieres ratoncito.

— Si te lo estoy diciendo es porque quiero, ¿no?- agradecía su comprensión, pero en ese momento no me ayudaba en lo absoluto a sentirme seguro con mis decisiones.

     — Eres tierno sin querer, según tú- pensé un poco el sentido de sus palabras y me di cuenta de que mi reclamo había sonado más a berrinche, mis mejillas se tornaron rojas y solo quería poder desaparecer en ese momento.

— Eso...eso...- no encontraba las palabras, todas se habían desvanecido de mi mente— es diferente...no...no me doy cuenta...

     — Supongamos que te creo, y realmente tengo datos al azar, pero no una historia ni una secuencia-. Suspiré de nuevo, sacando todo el aire que contenían mis pulmones, si decía la verdad entonces debía contarle mucho más de lo que había esperado.

— Entonces... ¿Qué quieres saber?...

     — ¿Cómo fue tu infancia?- me sorprendió un poco la pregunta, supuse que preguntaría algo más "importante" pero en el fondo le agradecía, ya que eso había permitido que mi cuerpo entero se relajara un poco.

— Bueno...fue...normal creo...ya te he dicho que la casa era pequeña y solía pasar mucho tiempo en el bosque cercano, me encantaba subir a los árboles y sentir que el viento me mecía, y cuando encontraba algún animal quería acercarme a él; más de una vez lo conseguí- sentí un tirón en mis comisuras mientras que en mi pecho la nostalgia comenzaba a pesar.

     — Eso suena lindo, ¿qué pasó después?- se había puesto serio, pero sabía que era demasiado tarde para retractarme.

— Sí, era lindo...- ya sentía que mi voz se quebraba a pesar de que acababa de comenzar con los recuerdos, me obligué a pasar el nudo que sentía y continué— bueno...un día, mis padres notaron que estaba haciendo cosas e...extrañas...digo, para la edad que tenía...- pasé saliva— me hicieron algunos estudios y confirmaron sus sospechas. Yo no socializaba y me desesperaba mucho con la mayoría de las personas, pero hasta ese momento entendieron el por qué- me detuve, las lágrimas amenazaban con inundar mis ojos y yo no planeaba seguir siendo débil, así que en un intento por contenerlas apreté mis parpados y respiré de forma pausada, cuando me sentí más tranquilo continué—. Nunca sería normal y ellos estaban muy preocupados por ello; así que me prohibieron hacer cosas..."especiales"...querían que fuera como los demás, lo deseaban con sus vidas...- un nuevo nudo se tragó mis palabras, controlar mis sollozos estaba siendo mucho más difícil de lo que había esperado.

     — Continua- pequeños tirones en mi cabello me regresaron a la realidad en la que los brazos de Aki me envolvían con pequeñas caricias conciliatorias, devolviéndome algo de tranquilidad.

— Intenté hablar con otros niños, pero siempre terminaba desesperado y aburrido, mis paseos por la nieve se hicieron cada vez más extensos, al grado de que solía regresar a mi casa hasta la madrugada; yo quería hacer otras cosas, cada pequeño detalle a mi alrededor llamaba más mi atención de los juegos, pero también hubo un momento en el que ya no quería estar solo; me educaron tan fervientemente para que me integrara con los demás que se volvió una necesidad para mí, quería y necesitaba que alguien notara mi existencia...o algo así...- en retrospectiva, no tenía ni idea de la razón que me había llevado a actuar como lo hice, no había motivo alguno para hacerlo, y eso me convertía en el mayor idiota del mundo— así que a los nueve años hice...- Me detuve, ¿en verdad le iba a decir a Aki la cosa que me había llevado a ganarle a muchos chicos universitarios siendo un crío?

     — ¿Estás bien?- su voz me saco de mis pensamientos dándome la respuesta a mi pregunta. No había razón para guardar información, ya no tenía nada que perder. Asentí y proseguí.

— Hi...hice un material nuevo con el que se podía detener cualquier cosa, era como un escudo...- hablar de mis proyectos significaba una mezcla de emoción, orgullo, nostalgia y arrepentimiento que al final terminaría volviéndome loco— era mi escudo...; se...se veía como una pelota pero había una forma de estirarla formando una lámina indestructible...- me tallé la cara con la manga de mi suéter tratando de concentrarme en Aki y así no perderme en el desierto de recuerdos que se abría ante mis ojos.

     — Te harás daño ratoncito- tomó mi mano impidiendo que siguiera, pero su contacto tenía un efecto aún mejor sobre mí.

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Hola...

Bueno, ahora saben cómo fue la infancia del pequeño Yalek...se los dejo en la multimedia...(morí de amor con esa imagen)...Ahora también saben cuál fue su primer proyecto y a qué se dedicaba antes de ser atrapado...

Preparense para el próximo capítulo, será largo...bastante, bastante largo...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora