~Rasseyannyye kristally~

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—Aki...-Corrí hasta él tomándolo de los brazos de Takeshi y cerrando la reja tras de mí—Aki...-como pude lo llevé hasta la cama, recostándolo con cuidado— Espera aquí- salí corriendo de la celda, sabía que eso me acarrearía un castigo pero quería saber qué le había pasado, sólo se me ocurría una persona que podría saberlo. Seguí el camino que recordaba a la celda del llamado Carlos golpeando los barrotes al llegar.

    —¿Qué pedo?, ¿qué verga está pasando?- el moreno sobresaltado se puso en pie torpemente tirando de la cama al chico pelirrojo que dormía a su lado.

—Her...Hernández...- le llamé tratando de regular mi respiración.

    —Espérate wey y voltéate- me quedé quieto mientras se agachaba con una manta arropando y levantando al chico tendido para subirlo a la cama de nuevo y besar su mejilla— ¿qué pedo?, ¿qué pasa?- cuando se acercó pude notar que estaba desnudo, la vergüenza no tardó en aparecer tiñendo mis mejillas de rojo y haciéndome desviar la mirada.

—¿Qué...qué le pasó a Aki?...- evitaba a toda costa mirarlo, cada vez más incómodo por su falta de vestimenta.

    —A la madre, espérate- se alejó de la puerta para luego regresar con sólo unos bóxer cubriéndolo— ya voltéate. No sé, salió de aquí y luego se topó con un guardia que no conozco, pero wey, está pedo, no lo dejes sólo.

—¿Q...qué?...-volví a correr de regreso a mi celda, no sabía si la impresión era porque seguramente Takeshi había golpeado a Aki o por mi descuido al dejarlo sólo en un impulso de no sé qué cosa.

    —De nada cabrón- escuché gritar al moreno cuando ya iba llegando a las escaleras.

—Aki- llegué jadeante a la cama y se veía totalmente perdido— ¿Aki...?- le llamé tratando de que reaccionara al menos, estaba sentado en su cama con una botella de sake casi vacía en la mano, dándole pequeños tragos ajeno a todo lo demás. Traté de quitársela pero antes de que siquiera la tocara dio el último trago y la arrojó a la esquina de la celda llenando el piso de pequeños y filosos fragmentos de vidrio—. Aki-repetí con reproche— vamos, recuéstate...

Le empujé suavemente de los hombros para que se estirara en la cama, comenzó a susurrar cosas que no pude entender, el idioma había cambiado, las palabras que usaba me eran extrañas; suspiré resignado observándolo abrazarse a un montón de ropa que tenía al lado.

—Aki...lo lamento...

Se veía indefenso, me dolía verlo así, seguía inmóvil e indiferente a cualquier cosa fuera del pequeño mundo en que se encontraba sumergido. Recargué mis codos y barbilla en la orilla de su cama, me encontraba parado en la mía velando su crisis, pendiente de cualquier movimiento que realizara hasta que se giró y me levantó como si no tuviera peso alguno, lo cual realmente no me hubiera sorprendido; me colocó sobre su pecho dejándome ver la penosa imagen de sus ojos enrojecidos que se negaban a liberar las lágrimas. Le abracé con fuerza tratando de transmitirle algo de la seguridad y cariño que él me daba cada día.

—¿Qué tienes Aki?...-susurré en su cuello.

      —Calla.

Me pegó más a su cuerpo dejándome sentir los pequeños temblores que lo recorrían, obedecí abrazándolo preocupado. Después de un rato me levanté con prudencia de no despertar al chico que se había quedado dormido, giré sin darme cuenta de que había llegado al borde de la cama y sin recordar que era la cama de Aki, caí directo al suelo de espaldas, ahogando un grito de dolor al sentir mi piel ser atravesada por los fragmentos de la botella regados por el piso; traté de levantarme pero el dolor se hizo más intenso imposibilitando mi movimiento. Momentos después Aki saltó desde su cama encajándose vidrios en la planta de los pies.

      —Yalek, ¿qué leñes pasó?- me tomó en brazos con cuidado— Joder, eres un idiota, ahora estás sangrando- levantó un pie mirando su planta— y yo también-. Me dejó en la cama de nuevo— No te muevas- bajó y al poco tiempo me colocó una pequeña caja oxidada sobre la cama.

—Lo lamento Aki...no quería despertarte...en verdad lo siento...- escuche un suspiro pesado.

      —Lo siento yo también-. Me empujó por la cama hasta que choqué con la pared, los vidrios se movieron y se enterraron más en mi piel sacándome varios quejidos mientras apretaba los puños y la quijada. Subió a la cama y se hincó a mi lado— lo siento, ponte boca abajo.

Con bastante denuedo logré girarme para luego mirarlo detenidamente.

—Aki...tu herida...está sangrando...-me preocupé al ver su camisa manchada de sangre— hay que revisarla...

      —Tú, tú calla, esto dolerá un poco; lo siento-. El ardor se hizo presente mientras se dedicaba a sacar los trozos de vidrio de mi piel con sus dedos, estrujando y jalando, me mordí el labio evitando soltar demasiados quejidos. Al terminar con mi espalda prosiguió con su propio pie; traté de levantarme para poder revisar la herida de Aki que me estaba angustiando mucho— No- me empujó volviendo a hundir mi cabeza en la cama— ahora es mi turno.

—A...Aki...¿de qué hablas?...- sentía una extraña mezcla de confusión, curiosidad y aprehensión— vamos...déjame revisarte...

      —Que te calles- me quedé quieto mordiéndome la lengua; sentí como me envolvía con una venda levantándome suavemente y abarcando una extensión muy amplia de piel; cuando terminó recorrí con la vista lo que pude de mi cuerpo cubierto con la venda dándome la apariencia de una momia, no pude impedir que una risa saliera de mis labios.

—Gracias Aki- le sonreí— ahora déjame revisarte...por favor...

      —No pequeña momia, tú te quedas aquí- me abrazó contra su pecho.

—Por favor...-formé un pequeño puchero con mis labios abriendo mis ojos, suplicante.

      —Hoy no.

—Anda...-seguí rogando y una idea descabellada cruzó por mi mente— haré lo que tú quieras si me dejas revisarte...por favor...

      —¿Lo que yo quiera?- su mirada cambió provocando que un escalofrío bajara por mi espalda.

—Eh...s...si...lo que tú quieras...-sabía que me arrepentiría luego, pero su herida me preocupaba demasiado.

      —Está bien- bajó enterrándose más cristales en el pie— mierda- murmuró para luego estirarme sus brazos y ayudarme a bajar de la cama.

—Gracias...

Lo hice acostarse en la cama de abajo descubriendo la herida que efectivamente se había abierto, suspiré y tomé lo necesario para suturar de nuevo. Repetí el procedimiento y al finalizar me dirigí a sus pies, retirando los cristales y desinfectando las heridas para terminar colocando una venda alrededor.

      —¿De dónde lo sabes?

—Etho...yo...pues...dela universidad...- respondí sin tomarle mucha importancia.

      —¿No eres un poco menor para haber estado en la universidad?

—¿Eh?...-mierda, me maldije internamente por haber hablado sin pensar dándome cuenta del gran error que había cometido, lo que no quería era involucrarlo con lo que me mantenía en ese lugar y era justo lo que había hecho justo con esas palabras— bueno...si...un poco...supongo...- me tallé la nuca nervioso.

      —Yalek, sube- su tono se volvió frío y tajante.

—Pe...pero haz dicho que...

      —Haz dicho que ibas a hacer lo que yo quisiera.

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Hola...

Ni qué decir...Yalek es medio subnormal...pero así se le quiere...

Dejen en los comentarios qué les va pareciendo la historia...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...



No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now