~Vernut'sya k igre~

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Miré alrededor por si seguía ahí, pero el paisaje que me rodeaba comenzaba a desaparecer al igual que él, siendo suplantado por un extraño olor que inundó mis fosas nasales.

Abrí los ojos un poco aturdido por el olor que iba reconociendo poco a poco, me incorporé como pude en la cama sintiendo como el dolor había disminuido a pesar de aún ser intenso, me miré y efectivamente mis heridas habían sanado bastante. Me pregunté cuánto tiempo pasé inconsciente, pero no pude seguir con mis cavilaciones al ver a los dos chicos que estaban sentados en el piso en medio de la celda. Carlos se giró a mirarme seguido por Aki que se mecía levemente en su lugar, sonrió de forma extraña y entonces noté los frascos con tapas de colores en medio de ambos.

― ¿Qué?- me levanté con algún esfuerzo y caminé hasta ellos― ¿De dónde sacaron eso?- me maldije internamente por no haber escondido mejor los frascos. Ambos se quedaron callados con pequeñas sonrisas en sus labios. Noté que el frasco rojo estaba casi vacío y de inmediato entendí la situación, el olor extraño tan característico de la burundanga y que no se movieran, seguirían así hasta que se les ordenara lo contrario, casi no había usado ese químico, era demasiado efectivo y luego debía pasar horas dando indicaciones a las personas para que no les pasara nada hasta que terminara el efecto; sin embargo, tenían algo más en su sistema, porque mi polvo no afectaba en absoluto la personalidad y estaban raros, sobretodo Hernández. Golpeé mi frente sin poder creerme del todo la situación―. Aki respóndeme- no me agradaba usar tono de mando con nadie, mucho menos con el rubio, pero era necesario para que obedecieran.

     ― No lo sé Yalek- me miró como si fuera un cachorro regañado, estuve a punto de ir y abrazarlo pero no debía hacerlo, estaba molesto y me sentía un poco decepcionado, Aki sabía que esas cosas no era "buenas" y aun así las consumieron sin saber lo que podía suceder, más que nada estaba terriblemente preocupado.

― Dime de dónde los sacaron Hernández- me gire a el moreno para dejar de ver a Aki sintiéndome mala persona por dejarlo con su expresión de arrepentimiento.

   ― Estaban "ocultos" junto al reloj, pss, estaba buscando algo y pues los encontré y a la verga- se encogió de hombros para volver a su posición anterior. Solté un suspiro maldiciendo mi suerte.

― Dénmelos- estiré mi mano en su dirección y casi inmediatamente cada uno depositó dos frascos en mi palma extendida, pero me faltaba uno― también el que tienes tú Aki.

Lo miré a los ojos pero él desvió su mirada directo a los de su amigo, se acercó a él susurrando algo a su oído, recibió una negación de parte del moreno y regresó a su sitio con la mirada gacha.

     ― Eh, Yalek...creo que lo he perdido- volví a golpear mi frente y suspiré cansado, no podía permitir que algo como eso estuviera regado por cualquier lado, era demasiado peligroso.

― Aki, recuerda dónde está y dámelo- un poco de desesperación se coló en mi voz, pero me resistí a dejar el tono de orden. Aki se frotó la nuca arrugando el entrecejo y de repente abrió los ojos con una gran sonrisa.

     ― ¡Ya sé dónde está...!- su tono cambió al igual que su expresión, lucía preocupado― Yalek, ¿prometes no enfadarte?- retiré la mano que permanecía cubriendo mi rostro para que no notaran mi angustia, estaba confundido y preocupado, ¿qué podían haber hecho con el frasco?

― ¿Dónde está Aki?

     ― Creo que- se notaba demasiado nervioso para ser él y Hernández se encogió en su lugar, no podían ser buenas noticias, absolutamente no― creo que se lo...- tragó saliva evitando mi mirada, a cada segundo que pasaba me sentía más preocupado y ellos no ayudaban― se lo dimos a Soo Choihyung...

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora