~Pochemu ya?~

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Terminé de vestirme con esfuerzo, el suplicio que significaba cada movimiento me estaba matando, sentía que cualquier mínimo desajuste quebraría mis huesos sin ningún problema; por eso después de cubrirme lo mejor que pude simplemente me dejé caer encogiéndome en un vano intento por disminuir el dolor de mis entrañas. Respiraba con dificultad, la tela pesada cada vez más sobre mi cuerpo, las zonas sensibles aumentaban con cada roce. Esperé, para mí el tiempo era infinito. Frente a mis ojos se estaba llevando a cabo un desfile que ya había presenciado muchas veces antes; pasaban minutos, horas; en sus rítmicos compases marcados por el segundero del reloj que descansaba en la pared sobre la puerta, no sé cuánto duró, pero fue demasiado largo y yo sólo podía concentrarme en las graciosas figuras de letras mezcladas de todos los idiomas que conocía. 1, 2, 3, 4...Minutos u horas en las que Aki no volvió, minutos u horas en las que traté con todas mis fuerzas permanecer despierto, hasta que ya no fui consciente de mí mismo.

De nuevo el frío se colaba por mi ropa, de nuevo no estaba preparado para recibir la helada invernal que me golpeaba con sus gélidas ventiscas a través de las ramas de los árboles, no podía correr pero debía moverme, a pasos lentos, con el dolor aun recorriéndome el cuerpo entero me adentré en el bosque de coníferas que se alzaba por toda la ladera de la montaña; era el mismo bosque que había recorrido intentando escapar del ejército, era el mismo bosque por el que había abandonado mi vida entera junto a los cadáveres de mis padres.

Aquel día habría muerto de no ser porque Andrya me encontró y me sacó del bosque, al recuperar la consciencia me inquiete por saber que estaba en su casa, en su habitación. Él me había salvado, pero no podía olvidar que ese había sido el mismo chico que trato de hacerme daño de demasiadas maneras, que él había sido el que me había llevado hasta el bosque para beneficiarse a mi costa y estaba despertando después de no sé cuánto tiempo recostado en su cama. Lo que siguió fue una larga explicación de cómo me había encontrado en el bosque, la narración de cómo escuchó los disparos y vio al cuerpo militar salir de mi casa en medio de improperios, que no se atrevió a entrar pero no fue necesario cuando me vio salir cubierto de sangre y correr directo al bosque que se extendía por kilómetros a la redonda, de donde, conociéndome, no hubiese podido salir jamás. Acompañando su historia de heroísmo "desinteresado" me dio un sermón igual de largo por mi falta de cordura y descuido al entrar así entre los árboles. Yo sabía bien que era demasiado arriesgado pero en ese momento ni veía más opciones, era eso o arriesgarme a que me encontraran. Si iba a morir quería que fuera por haber intentado vivir.

Esos recuerdos eran demasiado para mi atormentada mente, creer en su palabra y aceptar su ayuda habían sido solo más errores en la interminable cadena de sucesos provocados por mi gran torpeza, solo dos pasos más hacia el precipicio que arruinó mi vida por completo.

Seguía caminando, hundiéndome en la nieve a cada paso hasta que mis dedos golpearon con algo duro, miré al piso reconociendo un bulto medio cubierto por la nieve. Un niño de no más de 12 años yacía congelado en medio de aquel maldito bosque que amenazaba con arrancar la vida a cualquier persona que se atreviera a siquiera intentar cruzarlo. La imagen sólo me recordó que pude haber sido yo, lo poco que lograba apreciar del rostro infantil se transformaba, quizá por el juego de las luces o tal vez efecto de mi afectada psique, en mi retrato de hielo, una copia exacta de lo que debí haber sido alguna vez, un recuerdo físico de una infancia que parecía demasiado lejana, una infancia a la que renuncié cuando mis ideas a aquella primera feria de ciencias.

Caí de rodillas incapaz de soportar el peso de todo, la nieve se teñía de un líquido rojo que al ser absorbido dejaba en la superficie un tono rosado que no hacía más que aumentar la presión que sentía en el pecho por la ola de recuerdos que se aferraba a arrastrarme y estrellarme contra las filosas rocas del entendimiento que no me perdonaban los errores cometidos.

Un par de voces capturó mi atención, miré alrededor pero no pude ver nada, sin embargo ahí estaban, dos voces que se acercaban rápidamente. Entonces los vi, dos soldados con el mismo uniforme de aquellos que habían asesinado a mis padres corrían con fusiles en las manos y supe que sería mi fin, cerré los ojos esperando que me arrastraran hasta donde estuviera en padre de Faddei o que me mataran ahí mismo, cosa que nunca pasó.

Las voces seguían discutiendo inentendibles para mí, los pasos se acercaban cada vez más, pero al mismo tiempo parecía que no se movían de lugar, abrí los ojos y las siluetas armadas habían desaparecido, miré el cadáver a mi lado y me asusté al notar que su expresión había cambiado, parecía que estuviera sonriendo en una mueca torcida, descompuesta por el paralizante frío.

Me estremecí ante la escena, pero mi cuerpo se negó a abandonar el pequeño cadáver, al contrario, me abracé a los fríos tejidos rígidos por el hielo que se había formado entre cada una de las células que los componían y me recosté cerrando los ojos, resignándome a que pasara lo que tuviera que pasar.

Otra punzada de dolor se apoderó de mi sistema, los quejidos salían sin permiso de mis labios, el sabor de la sangre llenaba mi paladar provocándome asco. Lo siguiente que supe fue que Aki estaba a mi lado con semblante preocupado, ¿es que no podía dejarlo tener un poco de paz en su vida?, ¿es que era tan egoísta que lo quería tener a mi lado a pesar de saber lo que eso provocaría?, ¿es qué era capaz de verlo sufrir solo para poder disfrutar un poco más de su presencia a mi alrededor?

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Hola...

A que hoy llueve...¿Por qué?...porque actualicé antes de las nueve de la noche (para México)...Ya saben que tengo esa mala costumbre de actualizar de madrugada, pero que se le va a hacer...

Un capítulo que puede contener muchas pistas de lo que sucederá...déjenme sus teorías por ahí en los comentarios, quiero ver el nivel de creatividad entre vosotros...

Este capítulo va dedicado a:

luciadayany11

Gracias por todos tus comentarios linda...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora