~YA lyublyu tebya~

12 3 0
                                    

     — Joder Yalek, lo siento- me estrechó entre sus brazos, durante toda mi narración me había escuchado dando suaves caricias que me tranquilizaban.

— No debes sentirlo...- correspondí a su abrazo, me sentía mucho más tranquilo después de haberle contado todo, seguía a mi lado, no podía sentirme más feliz— no fue tu culpa...fue mía, tú me has ayudado...

     — No digas eso ratoncito, no he hecho lo suficiente- me estrechó un poco más, sus palabras me conmovían y alegraban a pesar de todo lo que acababa de recordar.

— Pero es la verdad...has hecho mucho, te has quedado conmigo a pesar de todo, a pesar de que solo lastimo a las personas que quiero...- enterré mi rostro en su pecho— más bien...las destruyo...- esa verdad me dolía más de lo que me gustaría admitir, pero lo hecho, hecho estaba, no podía cambiar el pasado.

     — Por alguna razón todas las personas que he querido han terminado bajo tierra- acarició mi cabello— no quiero que eso te pase a ti Yalek- su agarre me apretó un poco más, a poco de fundirnos por el estrecho abrazo.

— Yo tampoco quiero que eso te pase a ti Aki...las tres personas que me importaban murieron por mi culpa...- me encogí aferrándome a él— no quiero perderte a ti también...

     — No dejaré que nada te pase Yalek, y sé que nada de esto fue tu culpa.

— ¿De quién más sino?...- forcé una sonrisa a pesar de saber que él no la vería, sus intentos por consolarme me aliviaban mucho, pero eso no cambiaría la verdad.

     — A veces es mejor pensar que es culpa de nadie y no torturarse uno mismo- escuché un suspiro— lo digo por experiencia.

El dolor físico en todo mi cuerpo se volvió a hacer presente obligándome a encogerme en mí mismo, ligeros quejidos eran contenidos en mi garganta resultando en sonidos cortados, ¿por qué debía pasar eso cuando estaba tan bien?, «porque es tu karma, no mereces tranquilidad, ¿lo sabes no?». Nunca había creído en tal cosa como el karma, pero las molestias aquejándome eran una clara muestra de que debía pagar por lo que había hecho.

     — Tranquilo, no sé por qué, pero sé que te duele, solo intenta relajarte cariño- más caricias en mi espalda, el tacto de su mano parecía una corriente eléctrica que se expandía por toda mi espina dorsal, me enrollé a su alrededor, tratando de ignorar las punzadas de dolor— tranquilo cariño, solo...abrázate a mí.

Podía notar la preocupación en su voz, pero ninguno de los dos sabíamos que hacer, y realmente prefería permanecer así a que tuviera que volver a dejarme inconsciente. Unos minutos después el dolor disminuyó un poco y me separé para poder observarlo hincado frente a él, cubrí mi boca con mi mano y tosí, manchando también mi rostro y extremidad de la sangre tibia y espesa. Aki tomó mi muñeca llamando mi atención, guio mi mano hasta su mejilla y dejando la marca carmesí de mi palma en su piel, me iba a retirar, sin embargo me mostró la lengua. No podía con alguien tan bueno, dejé que la risa saliera de mis labios; mala idea, un nuevo ataque de tos comprimió mis huesos, era tan fuerte que no me di cuenta del momento en que me levantó dejándome sobre sus piernas, dejando que me escondiera en su cuello.

— YA lyublyu tebya (te quiero)- mi voz se negaba a salir de mi garganta así que opté por repetir mis palabras escribiendo en el piso utilizando mi propia sangre como tinta.

     — Yalek- hice un movimiento de cabeza indicando que lo escuchaba— Te amo.

No supe si en verdad lo escuché o fue la respuesta que mi mente creó para mi absurda acción, lo siguiente que supe fue que estaba en la cabaña en donde había vuelto a ver a Faddei, frente al fuego.

   — ¡Yalek!- mi amigo corrió a abrazarme tirándome de lleno al piso en su arranque de efusión— regresaste, creí que no te dejaría regresar, pero aquí estás y entonces te dejó, o quizá no puede controlar tanto como creé y...

— ¿De qué estás hablando?- lo interrumpí haciéndolo callar en seco, de pronto su expresión se había transformado, lucía triste y repentinamente desanimado.

   — No importa, solo estoy muy feliz de que estés aquí- su sonrisa volvió a estirar sus labios.

— Siempre que te veo estamos aquí, pero ¿dónde estamos exactamente?

   — Es la cabaña de mi familia- miró alrededor como si acabara de notar el sitio donde nos encontrábamos— aquí vivo, porque aquí me enterraron. Ven-. Antes de que pudiera decir cualquier cosa o siquiera procesar la información que me acababa de dar ya estaba siendo arrastrado por él hacia afuera de la construcción, iba tan rápido que apenas y sentía el piso bajo mis pies descalzos; no nos detuvimos hasta que estuvimos frente al gran árbol al que había subido la primera vez que había soñado con ese lugar, solo que estaba muriendo, las hojas cubrían el terreno alrededor de todo el grueso tronco, aún había algo de follaje en las ramas, pero había disminuido considerablemente a comparación de mi recuerdo—. Esta es- ignoró el manto de hojas que cubría el suelo y se hincó a un lado de la mole de madera— aquí descanso, es muy pacífico; ¿verdad que es bonito?- se giró a mirarme con los ojos brillantes, como un niño que acaba de encontrar algún tesoro.

— S...sí...- no tenía palabras, la presión de la culpa seguía instalada en mi pecho y el árbol despertaba demasiada curiosidad en mí.

   — Siempre quise ir contigo cuando paseabas por el bosque, pero nunca me dejaron.

— Podrías haberte hecho daño- hizo un puchero por mis palabras, pero solo eran la preocupación que había sentido tantas veces por él.

   — Pero ahora ya no puedo hacerme daño- se levantó tomándome de la muñeca— quédate conmigo, vuelve a ser mi mejor amigo.

— No puedo quedarme yo...

   — No hay razón para que vuelvas- me interrumpió con evidente molestia— solo sufrirás, aquí nadie te hará daño, aquí él no tiene ningún poder sobre ti, por favor.

— Explícame de qué hablas Faddei- comenzaba a molestarme, no entendía lo que decía, no comprendía lo que ocurría y la imagen del árbol se había grabado en mi memoria, todo cubierto de hojas caídas, pero yo no había visto ni una sola caer; levanté la vista y sólo entonces noté que ya no estábamos en el mismo lugar, ya ni siquiera era un lugar en específico.

   — ¡No!- se cubrió los oídos— sólo tienes que hacerme caso, sólo tienes que quedarte- me miró con lágrimas en los ojos— Él no es bueno, ninguno lo es, tú eres mi amigo, quédate.

Negué con la cabeza, sentía miedo del chico al que tanto había querido, la confusión no me dejaba pensar, la luz blanca me segaba y los gritos no me dejaban escuchar. Caí a la nieve empapando mis ropas, no me importó y seguí corriendo hasta que el olor tan familiar de Aki inundó mis fosas y me obligué a abrir los ojos.

__________________________________________________

Hola...

Quiero mucho a Faddei, pero creo que me desesperaría bastante si tuviera que convivir con él más de unas cuantas horas seguidas...

¿Ustedes qué creen?...¿De quién habla Faddei?...¿Qué pasaría si Yalek decide quedarse con Faddei?...Déjenme sus teorías en los comentarios...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...


No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now