~Kakoy ukol?~

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Mientras corría por el complejo solo una frase existía en mi cabeza, "confía en mí".

Llegué a donde recordaba que estaba la enfermería, mi cuerpo dolía por haber corrido la distancia que separaba la celda de la pequeña habitación blanca donde una chica me miraba con gesto preocupado, quizá por mi expresión de angustia, o por las lágrimas que seguían saliendo de mis ojos.

Se levantó dirigiéndose inmediatamente hacia mí.

   ― ¿Te encuentras bien?, ¿qué te paso?, ven, deja que te revise- lucía preocupada, pero más allá de eso no esperaba encontrarme con una chica en la enfermería, no recordaba ninguna enfermera de la vez que estuve en ese lugar― Vamos, solo veré que no estés muy lastimado.

― ¡No!, yo solo...- mi voz se negaba a salir de forma adecuada, mezclado con los sollozos del llanto que no dejaba de salir por mis ojos y mis nervios por tener que explicarle algo a ella para que me dejara sacar lo que necesitaba; iba a enloquecer― medicinas...

   ― Sí, quizá necesites medicina, pero no te preocupes, casi todas son pastillas, solo necesito saber qué te pasó para saber qué debo darte-. Definitivamente ella no comprendía lo que trataba de decirle con eso, la única idea que se me cruzó fue comenzar a enumerar las medicinas que necesitaba para Aki.

― Alcohol, Ampicilina, Mepivacaína, Acetaminofén, Fexofenadina- con eso debía ser suficiente, hubiese sentido un poco de alivio de no ser porque la chica en lugar de darme lo que pedía se quedó pasmada mirándome como si no entendiera ni una de las palabras que le había dicho, se suponía que era enfermera, al menos debía conocer los nombres de las sustancias―. Por favor, lo...lo necesito...

   ― No puedo darte las cosas así, qué, ¿cómo sabes que eso necesitas?- seguía sin moverse, pude notar que estaba ansiosa, lo menos que necesitaba en ese momento era un guardia que me viera fuera de la celda, debía lograr que confiara en mí.

― Yo...- tomé aire tratando de tranquilizarme para poder explicarle antes de que entrara en pánico― los necesito para Akihiko Takame- me miró aún más sorprendida que antes para después esbozar una sonrisa.

   ― Eres el chico de Aki, he escuchado de ti, los gemelos no paran de preguntar sobre tu estado.

― Yo...eh...- genial, todo el valor reunido se va a la mierda por unas cuantas palabras― so...soy...

   ― Tranquilo- se acercó a una gaveta sacando unas cuantas cajas― ¿estás seguro de que quieres la Mepivacaína?, es un poco peligrosa.

― Sí...- tragué mi nerviosismo― es...- busco las palabras, odio que se atoren todas en mi garganta― lo necesito.

   ― Entiendo- asiente con un suave rubor― espero que se mejore- me tiende las cajas sujetas por un lazo color crema― vuelve si necesitan otra cosa.

― Gracias.

Sin decir nada más eché a correr de vuelta a la celda, solo podía pensar en el tiempo que perdí en poder conseguir las cosas, Aki no debía sentirse nada bien y yo sentía mis piernas cada vez más pesadas «Tu condición cada vez da más lástima» y no lo iba a negar cuando me encontraba en las rejas recargado en mis rodillas tratando de recuperar el aire después de haber corrido solo unos cuantos metros.

     ― Mierda.

Lo miré preocupado, estaba pálido e incluso siendo yo podía notar lo alta que tenía la fiebre. Sin importar lo débil que me sentía fui hasta la silla rociándola con alcohol, no era lo más higiénico pero no tenía muchas opciones. Una vez tuve el área "limpia" me dispuse a triturar las pastillas en las cantidades adecuadas para que bajaran todos los síntomas, para que se curara agregué dos pastillas del antibiótico a mi preparación y lo volví una pasta con un poco de alcohol, solo debía ser un poco o podría reaccionar mal con algún compuesto, me acerqué a él con mi mezcla en el empaque de una de las pastillas.

― Abre...- lo levanté suavemente para que pudiera tragar― no te curará del todo, pero te quitará las molestias.

     ― ¿Seguro que sabes lo que haces?- ¿qué era eso en su voz?, estaba dudando de mí y no podía culparlo, yo también dudaba de mí, pero sabía lo que hacía, podía estar seguro de que lo que había hecho era correcto y no ocurriría nada.

― Si...- no había errores esta vez, todo era correcto, el único detalle era que...no estaba seguro― entiendo si no confías en mi...solo quiero ayudar...- Sentí un jalón en mi mano que ahora se encontraba baja sin que me hubiese dado cuenta, para después ver cómo Aki tomaba la pasta con una ligera mueca.

     ― Confío en ti.

Una sonrisa y yo estaba de rodillas en el piso sujetando su mano, no tenía palabras para expresarme, no podía abrazarle ni desmoronarme frente a él, por esa razón sólo había atinado a tomar su mano y arrodillarme a su lado a esperar que la mezcla tuviera algún efecto. O al menos ese era el plan.

   ― ¿Qué pedo wey?- la reja se abrió dando paso a una de las tantas personas que prefería no ver en un momento así, para colmo de mis males sostenía dos botellas en su mano― ya valiste verga- se cruzó de brazos recargado en la reja con una mirada que parecía indicar que sentía lástima de lo que veía― ah, y hola pendejo.

No podía más con eso, me levanté dirigiéndole una mirada de advertencia mientras me dirigía a la pared del fondo donde me senté ocultándome en mis rodillas, solo deseaba liberar todas las emociones que seguían agolpándose en mi interior.

― Ah, mierda- no debía preocuparme tanto, el moreno no podía ser tan tonto como para ponerlo en riesgo en su estado, eso quería creer.

   ― Al que madruga Hernández le ayuda- alcé la vista encontrándome con algo que no era bueno, Aki no debía tomar con lo que le había dado, simplemente no debía.

― Kakoy ukol?- mi molestia hizo que las palabras fueran medio retenidas por mis dientes apretados, en verdad no creía que pudiera ser tan idiota― ¿Qué mierda haces?

   ― Tranquilo wey, aquí hay otra si quieres- me tendió la otra botella que llevaba dándole un trago antes, mientras Aki abría la que tenía en la mano entre risas, creo que no exageraría si dijera que llegué de un salto desde donde yo estaba hasta su posición para evitar que ingiriera el líquido cristalino.

― No lo hagas por favor...- tenía miedo, pero rogaba porque no me ignorara esta vez, no me lo perdonaría― n...no...- bajé la mirada, solo hacía tonterías, lo conocía y aun así le había dado algo que podría hacerle daño si tomaba, de cualquier manera no solté la botella, evitaría que le pasara cualquier cosa.

     ― Esta bien, ¿pero ni siquiera un poco?- suspiró haciendo un puchero, que lo hizo volver a estornudar, yo...solo pude negar.

― Por favor...

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Hola...

Ya sé, es tarde...PERO...adoro a Hernández aunque a veces lo quiera matar...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now