~Nebol'shiye travmy~

25 4 0
                                    


Desperté a la mañana siguiente y seguía acomodado en los brazos de Aki, me levante con sumo cuidado tratando de evitar que se despertase, al levantarme recordé que aún seguía sin ropa y sentí mucho frío pero prefería que él se quedara tapado; caminé hasta la silla que seguía en el centro de la habitación, me senté apoyando mis codos en mis rodillas y enterrando mi cara entre mis manos, no sabía cómo reaccionar, me sentía bien en su compañía pero tenía un miedo inmenso a que me lastimara más, no podía resistir la idea de ser nada.

Me explico, cuando comencé a sobresalir las personas comenzaron a acercarse por puro interés, yo sabía que pasaría pero no fue tan sencillo como yo esperaba, después de un tiempo me alejé de las personas, éramos mis padres y yo, si alguien quería conseguir algo de mí debía pagarme, me negué rotundamente a hacer favores, todo lo que proviniera de mi tendría un precio y así logré sacar a mi familia de la pobreza en que vivíamos. Cuando todo pasó y ellos fueron asesinados por mi culpa me derrumbé pero al mismo tiempo me prometí que no me daría por vencido, no me dejaría atrapar por los asesinos de mis padres, les demostraría que soy mucho más de lo que pensaron y hui, no me siento orgulloso por ello, debía enfrentar mi culpa pero solo huía para mantenerme con vida, llegué hasta este país donde me ofrecieron refugio, creí que podría estar a salvo al menos por un tiempo pero las personas en el poder tenían otros planes para mí, me encerraron y mantuvieron aislado hasta que casi acabé con mi vida por la desesperación, no podía seguir así, y me golpeé terminando en un hospital. Se dieron cuenta de que en cualquier momento podría volver a ese estado auto destructivo y me trajeron aquí, a esta celda donde en tres días sentí que había aun esperanza, que de alguna forma podría volver a ser feliz, las palizas dolían pero tenía un compañero, no me importaría recibir más golpes si podía saber lo que era tener a alguien a mi lado.

No sé qué me hizo este chico de ojos platinados pero estaba demasiado confundido, quería estar con él pero me aterraba el pensamiento de que en algún momento se cansase de jugar o de fingir que era alguien más y entonces simplemente me deje a un lado pero... ¿y si dijo la verdad?, y si en verdad no jugaba, sus caricias y besos me llenaban de calor y seguridad y felicidad y...pero eso no me aseguraba que fueran para mí.

Solo una vez creí enamorarme pero al final lo único que él quería era sentirse importante y me dejó muy en claro que yo no le importaba para nada, un día me pidió que lo viera, dijo que quería pedirme disculpas, que quería que todo estuviera bien entre nosotros y compensarme todo el daño que me había hecho y así que fui a su encuentro en el bosque que se abría unos cuantos kilómetros por detrás de mi casa, no estaba seguro de porqué me había citado en un lugar tan lejano de su casa e incluso de la mía pero accedí y al llegar lo vi recargado en un árbol, llevaba una chamarra algo delgada para el frío que hacía pero decidí no preguntar, me acerqué hasta él y lo saludé.

    -Hasta que llegas- comentó al verme- creí que dejarías que me congelara el trasero.-Sonreí ante su comentario y lo abracé para darle algo de calor con mi cuerpo.- ¿solo eso me darás?...yo esperaba algo más, pero no importa, deja que te haga entrar en calor- dijo y me arrojó contra el árbol donde anteriormente se encontraba recargado.

-¿Qué haces?- dije tratando de soltarme de su agarre- me lastimas...suélta...- no me dejó terminar besándome mientras sostenía mis manos contra el árbol con una sola de sus manos, abrió mi chamarra y mi camisa mientras yo forcejeaba por liberarme de él sin tener muchos resultados, las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas mientras él ponía su mano en mi pecho desnudo, el frío era muy intenso y el contacto de su mano dolía sobre mi piel, se separó y me miró con diversión en los ojos.- por favor...-solté entre sollozos- ¿por qué me haces esto?

    -No es nada personal, no te preocupes, pero eres un buen empuje para que todos se fijen en mí, cogerme al cerebrito más importante del siglo, ¿no te suena a una buena historia para contar?, una gran velada romántica en el bosque a la luz de la luna...suena encantador y por si no me creen- siguió bajando con sus dedos hasta el borde de mi pantalón y las lágrimas comenzaron a caer más fuerte.

En ese momento tomé valor estrellando mi rodilla en su nariz haciendo que un chorro de sangre manchara la blanca nieve, en ese momento más chicos salieron de entre los árboles, traían cámaras o celulares; dos de los chicos se dirigieron rápidamente a ayudar al que se encontraba en el piso sujetando con fuerza su nariz mientras otros dos chicos se acercaban a mí con gesto amenazante, eché a correr lo más rápido que me lo permitían mis piernas sintiendo como los dos chicos que me perseguían estaban cada vez más cerca, termine por tropezar con una rama y me alcanzaron golpeándome en la piel que aún seguía descubierta, a los pocos minutos se les unieron los otros dos chicos seguidos de "mi novio" que los detuvo y se acercó a mí.

    -¿Esa es forma de pagarme por tratar de ser bueno contigo?...bicho raro nadie quiere estar contigo, deberías sentirte afortunado de que te haya hablado en lugar de escapar de mí haciéndome daño...-dijo lo último con un tono de niño pequeño antes de comenzar a reír cínicamente, yo aproveché ese momento para sacar un frasco que siempre guardaba en mi bolsillo, contenía un químico que los dejaría aturdidos y desorientados por 30 minutos pero debía correr muy rápido para no ser presa también del efecto- ¿Qué es lo que tienes ahí rarito?-sople la sustancia en su cara provocándole tos y permitiéndome salir corriendo mientras ellos respiraban la nube que se había formado.

A los pocos minutos noté que no sabía dónde estaba y pensé que de seguro había inhalado un poco de aquella sustancia porque comenzaba a tambalearme a cada paso, traté de seguir y la verdad no esperaba llegar tan lejos cuando al fin vi las luces de mi hogar, tenía rasguños y moretones, la ropa desgarrada y estaba bajo el efecto del químico que me aturdía pero no podía quedarme afuera o seguro moriría congelado; caminé como pude hasta mi casa y al entrar a la cocina y ver la cara de angustia de mi madre me desplomé; había creído que él era bueno y había caído en una trampa como un animal desamparado, maldije y me insulte pero nada quitó el dolor que sentía clavarse en mí como cuchillas afiladas.

A partir de entonces fue cuando decidí alejarme de las personas, solo trataba con los interesados en mi trabajo y eran tratos formales y exclusivamente de negocios, exceptuando al débil y enfermizo hijo del presidente, por alguna razón no pude dejarlo solo después de conocerlo y ver todo el sufrimiento que pasaba; el plan era continuar así pero mi estupidez arruinó todos mis planes obligándome a huir de nuevo y caer en manos de los que ahora querían controlar cada minuto de mis días.

El aislamiento me afectó, eso lo tengo por seguro pero la actitud de todos los que se han encargado de mí también ha contribuido a mi inseguridad, y Aki, parecía tan bueno tan diferente y traté de no encariñarme con él, pero era lo único que tenía y cada vez que me miraba con esos ojos me hacía caer más en su poder, me llevaba a un lugar lejos de toda esta porquería, me daba seguridad, me daba calor; pero ahora no sé qué pensar.

Levanté la cara y vi como Aki dormía recargado en la pared se veía tan perfecto, este hombre despertó en mí tanto cariño y admiración que...ahh...no puedo negar que me produce algo, algo fuerte y aunque no quiero volver a sentirme traicionado no me imagino como sería este encierro sin él a mi lado, pero primero debo hacerme a la idea de que cada caricia y cada mirada pueden estar llenas de nada, al menos nada para mí, si puedo aceptar eso no importa nada más, podré estar con él y hacerle feliz y eso es todo lo que me importa.

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now