~Prosto pozvol' mne ostat'sya takim~

8 1 0
                                    

Me obligué a despertar por la preocupada voz de Aki fuera de mi cabeza.

― Yalek. ¡Maldita sea Yalek, despierta!

― A...Aki...

Mi voz se atoraba en mi garganta, saliendo en sonidos entrecortados que eran acompañados por el sabor a sangre que persistía en mi boca.

― ¡Yalek! Yalek, ¿qué pasó?- lo miré, su preocupación pintada en su rostro, mis ojos se cristalizaron una vez más y fui incapaz de seguir sosteniendo su mirada por más tiempo.

― No es nada, lo mismo de siempre.

― Ratoncito, mírame- su tono se volvió serio y me temí un interrogatorio más, no podía verlo; no podía dejar que viera todas las emociones y las dudas que se arremolinaban en mi cabeza, así que sólo le dirigí una mirada de soslayo que no parecía complacerle en lo más mínimo―. ¡Mírame Yalek!- me tomó el rostro y supe que ya no había escapatoria; sin embargo, sus siguientes palabras me sorprendieron más de lo que esperaba― ¿Qué tiene que ver el primer ministro?

― Yo...

No sabía cómo responder a eso, principalmente porque no sabía qué tenía que ver el primer ministro, pero no me costó nada sumar dos más dos y deducir las cosas; aun así no estaba muy seguro de cómo debería contestar la pregunta de Aki con las pocas cosas que sabía.

― Ni se te ocurra mentirme ratoncito, esta vez no podrás escapar.

Sus susurros en mi oído me desconcentraban más de lo que estaba dispuesto a admitir, haciéndome más difícil la tarea de plantear las cosas en mi cabeza.

― No sé quién es, sólo conozco su rostro- me deslicé de su agarre para mirar al piso, una vez más ocultando el rubor que comenzaba a extenderse por mis mejillas; Aki no me detuvo, sólo soltó un suspiro y se acomodó a mi lado en la cama.

― Entonces dime lo que pasó.

― Pues...- miré su rostro que conservaba algunas marcas, pasando a sus ojos que, como siempre, hervían dentro de sus orbes― yo...tengo lentes nuevos...

A pesar de mis palabras era incapaz de sentir ningún alivio, sabía que nada bueno podía venir de ellos y pensar que no habría ningún precio por sus "favores" sólo era engañarme a mí mismo.

― También lo sé- me entregó el estuche y lo puse debajo de la cama― ¿Cuál fue el trato?

― No hubo trato- las palabras de esos hombres aún resonaban en mi cabeza, combinadas con las voces de mis padres y de Faddei, causando un gran desorden con mis ideas―, sólo amenazas como siempre.

Traté de levantarme sintiéndome ansioso, si todo este tiempo había tenido cuidado con no mostrar demasiado mis sentimientos ahora debía ser simplemente impasible para que no fueran a involucrar a Aki en más problemas de los que ya tenía, no podía seguir arrastrándolo a mi infierno.

― ¿Qué amenazas?

― No lo sé- miré alrededor de la habitación, cualquier cosa que pudiera distraerme estaba bien, sólo quería olvidarme de todas esas voces. Quería desaparecer.

― Yalek- pude notar la impaciencia en su voz, no quería molestarlo, pero era realmente difícil responder que podían matarlo por mi culpa, a pesar de que sabía que se reiría y me diría que no preocupara por cosas como esa; prefería simplemente no decirle más―. Necesito que me lo digas.

― No es nada, enserio...yo...- ¿Cómo decirle que tenía dudas? ¿Cómo decirle que realmente había pensado en acabar con el mundo con tal de que me dejaran en paz? Realmente no quería explicarlo y darme cuenta de lo egoísta que estaba siendo, ¡yo lo sabía!, me lo había repetido una y otra vez, después de cada castigo, cada mañana helada en que despertaba empapado en agua, sudor y lágrimas. No quería más―. ¡Hice una promesa, así que no aceptaré!

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now