~Stena~

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Volvió a reclamar mis labios en un beso apasionado y necesitado hasta que nos quedamos sin aire.

— A...Aki...- me separé rodeándolo con mis brazos, ¿qué podía hacer yo si ese hombre era tan tierno a su manera?, simplemente me imposibilitaba la tarea de negar mis sentimientos con cada una de sus acciones, o al menos la mayoría. Sentí un leve gruñido en mi cuello donde él se recargaba, y los escalofríos de la anticipación recorrerme. Se alejó un poco con una sonrisa adornando sus labios.

Lo contemplé recorriendo lo poco que podía distinguir de sus facciones, lo suave de su piel, sus profundos ojos, que a pesar de mi poca vista eran admirable y parecían rebosantes de vida, su cuello sus músculos no demasiado marcados bajo su camisa; no pude evitar pensar que esa tela blanca me estorbaba la espléndida vista que siempre me ofrecía Aki con su anatomía.

— Si tanto te molesta quítala tú.

— Y...yo...- mi cara ardió al notar que se había percatado de mis cavilaciones, no podía sentirme más avergonzado, o tal vea sí, pero no quería descubrirlo en ese momento. Desvié la mirada tratando de despejar mi mente.

— Por sí sola no se irá- su risa y su tono burlón debían molestarme, pero no podía sentirme enfadado.

Hice caso a sus palabras y llevé mis manos hasta el primer botón, uno a uno fui liberando esos pequeños círculos plásticos que sujetaban los dos lados de la prenda. No lo miré a la cara, no quería ver su sonrisa triunfal por el cumplimiento de sus palabras; cuando termine de desabrocharla volví a subir mis manos a sus hombros deslizando la tela fuera de su cuerpo aprovechando para recorrer la piel de sus brazos con la yema de mis dedos.

— ¿Satisfecho?- alzó sus brazos dejando que la prenda callera.

— S...si...- desvié aún más la mirada sintiéndome torpe, su risa se volvió a hacer presente.

— Ojala pudiera ser tan lindo como tú- un beso fue depositado en mi mejilla de forma suave, lo miré con un poco de sorpresa pero rápidamente lo cambié por un ceño fruncido mientras le enseñaba la lengua con gesto infantil.

— Aki...está doliendo...- bajé la mirada avergonzándome por mis palabras, pero no era mentira, solo él podía ponerme en ese estado de excitación.

— ¿Qué te parece si hacemos que deje de doler?- bajó de la cama de un salto, me extrañé un poco por ello, no lo encontraba necesario, sin embargo me acerqué a la orilla mirando sus acciones— agárrate a mí- se colocó enfrente y me estiró sus brazos, lo dudé un rato pero al final opté por atender a su pedido y me sujeté a sus hombros. Me jaló agarrándome de los glúteos, obligándome a rodear su cintura con las piernas, aún no me acostumbraba a que me cargara, era una de las cosas que más detestaba desde que tenía uso de razón y dudaba mucho que eso fuera a cambiar, el miedo se apoderó de mí y me escondí en su hombro buscando sentir la protección que me brindaba. Lo sentí avanzar hasta que me bajó y me dejo de frente a una esquina de la celda dándole la espalda a él.

— ¿A...Aki?...- estaba confundido, pero la única respuesta que obtuve fueron sus brazos rodeándome, cruzados sobre mi pecho que poco a poco fueron bajando, acariciando mi piel hasta llegar al borde de mi pantalón, y ante de que pudiera procesar toda la situación me vi despojado de la prenda de un tirón— Ñya...- un estremecimiento nervioso me recorrió recibiendo a cambio una leve risa de su parte. Colocó sus manos en mi cadera, jugando con el elástico de la única cosa que me cubría.

Alcé la vista algo atemorizado, encontrándome con la pared a escasos centímetros de mi rostro; di un paso atrás inconscientemente, por alguna razón me ponía incómodo y ansioso el estar tan cerca de frente al frío concreto. Al alejarme choqué con Aki que sin perder tiempo volvió a empujarme hacia la pared dejando su juego para deshacerse de mi última prenda. Dejé de pensar en la pared y en mi posición, simplemente me invadió la vergüenza y agaché la cabeza intentando ocultar lo rojo que seguramente estaba en ese momento; podía sentir a Aki moviéndose detrás de mí, pero toda mi concentración estaba en la sensación que me dejaba el estar totalmente expuesto y vulnerable, recargué la cabeza en la pared comenzando a sentir pequeñas punzadas que viajaban a través de mis músculos.

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon