~YA doveryayu tebe~

23 5 0
                                    


      -No estaba diciendo que fueras tú idiota, te estoy preguntando dónde está; debes saber dónde está tu hermano, qui...quién es, ¿quién eres tú?, ahora, en este momento explícame que mierda está pasando aquí- noté que estaba agitado pero yo estaba tan confundido como él.

-Y...yo...no sé nada...-sin querer había dejado que el miedo hablara por mí haciendo temblar mi voz con cada palabra-...estoy tan confundido como tú...n...no sé de qué me hablas... solo... yo... aaaahh...-solté un grito haciéndome bolita, volvía a llorar tirado en el piso. Lo escuche reír de forma nerviosa, casi histérica, alcé la vista con preocupación, temía que se desmayara de nuevo o enloqueciera en cualquier momento pero se calmó un poco; lo suficiente para hablar.

      -E...explícamelo...-no había parado de reír.

-¿Qué cosa?...-me limpié las lágrimas con la manga y me acerqué lentamente a él.

      -¿Quién eres tú? ¿Quién fue él?, y ¿quién...qué...qué soy yo?- se sentó en la orilla de la cama con la mirada gacha, recargando sus codos en sus rodillas, me mataba verlo así y aún más el hecho de no entender de qué me hablaba, me había tomado por sorpresa, ¿un hermano?, nunca había oído nada parecido, solo mis padres y yo, siempre, los tres solos contra el mundo.

-A...aki...ahh...y...yo soy Yalek Smirnov Vasíliev, un chico ruso que lo perdió todo por desobedecer, y...-hice una pausa, no me sentía capaz de decir todo lo que había pasado desde que había ganado esa feria de ciencias así que después de meditarlo un poco decidí omitirlo- no tengo idea de quién es él...no...no lo sé...ni siquiera creo tener un hermano...yo...no sé...nada de él...y tú...eres lo único que tengo...- susurré lo último arrodillándome frente a él, buscando su mirada.

      -Alvareik Smirnov Vasíliev, cabello castaño oscuro, ojos como esmeraldas, la piel más blanca que eh visto en el mundo, 1.76 m, delgado pero muy fuerte, manejo impecable de las armas, un experto en espionaje; tenía 20 años a la fecha de su muerte, actualmente 30, de nacionalidad rusa; terminó en Japón a los 12 años, tras huir de casa, le conocí dos años después. Él me hizo quien soy ahora y yo, lo único que hice fue asesinarle. Él es Alva, ¿Quién eres tú?- hablaba con lentitud.

-Ahh...Aki...yo...solo soy un chico ruso demasiado estúpido, todos dicen que no hay nadie tan inteligente como yo...pero...la verdad...soy la persona más torpe que puedas conocer...nací el 2 de diciembre de 1998 y desde que tengo memoria solo fuimos mis padres y yo, a los 9 años...-tragué saliva, me dolía demasiado recordar, vivía cada segundo de mi existencia odiándome por todo lo que pasó-...a los 9 años gané una feria de ciencias y eso fue el fin de mí vida...yo...puedo hacer cosas...diferentes...y muchos quieren aprovecharse de eso...por eso estoy aquí...y...si hubiera tenido a alguien conmigo antes...no habría sido tan idiota...pero...-otro suspiro salió de mis labios- no sé qué quieres saber de mí...si realmente no soy nada...

Había vuelto a bajar la mirada, los recuerdos regresaron a mi mente en oleadas que me iba arrastrando al mar del misterio que siempre me llevaba a la misma pregunta, ¿Por qué? No había cabida para nada más en mi mente; solo para esa pregunta que me cuestionaba la existencia misma.

      -Ven aquí Yalek- abrió los brazos y yo me acerqué de rodillas hasta poder recargarme en su pecho, escuchando su respiración irregular.

-A...aki...

Me estrecho con cariño entre sus brazos, me apegaba a sí lo más posible y yo no tenía intención de impedírselo, me gustaba demasiado estar ahí.

      -Yalek, yo te...protegeré

-Lo...lo sé Aki...-sentí una pequeña punzada en el pecho pero tenía que aceptar la realidad, yo era más como una mascota para él, pero eso debía bastarme, al final de cuentas no tenía nada más que a ese chico de ojos platinados.

      -¿Confías en mí?

-S...si...-me separé un poco para poder mirarlo a los ojos- confío en ti Aki...-me dedicó una sonrisa para luego besarme mientras seguía estrechándome entre sus brazos, le correspondí el beso, y entonces tuve miedo, no quería que nada le pasara a él por mi culpa, sin embargo no podía resistirme a esos labios que me acariciaban con dulzura, nos separamos por falta de aire- Aki...yo...tengo miedo...

      -¿De qué?- me miró a los ojos.

-No quiero que nada te pase...- esquivé su mirada- no me lo perdonaría...

      -¿Qué podría pasarme?- me dirigió otra sonrisa, una tranquilizadora pero a pesar de ello no pude calmar mis nervios.

-N...no lo sé...p...por eso tengo tanto miedo...

      -Eh sobrevivido a más cosas de las que quisiera recordar.

-Pero...ese no es el punto...es que...si...si algo te pasa...yo...-debía controlarme o comenzaría a escupir palabras sin coherencia y hablar demasiado rápido; por suerte Aki me hizo callar colocando su dedo en mi boca.

      -Shh, te prometo que nada te pasará y si eso te tranquiliza, nada me pasará a mí.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?- mis ojos se habían cristalizado; él solo volvió a besarme, los sentimientos me inundaron por completo dándome seguridad y cariño.

      -Solo debes confiar en mí...

-E...está bien...- rodeé su cuello con mis brazos, en ese momento la puerta sonó y arrojaron dentro mis ropas limpias. Miré hacia donde estaba el montón de prendas y me levanté para recogerlas.- eh...creo que debo devolverte tu ropa...-le di la espalda y comencé a quitarme la playera; casi de inmediato me abrazó por la cintura jalándome hacia él, colocando su boca muy cerca de mi oído.

      -Deja que te ayude con eso- susurro causándome un escalofrío.

-¿Eh...?- comencé a ruborizarme sintiéndolo muy cerca de mí -...n...no es...necesario...-estaba nervioso y se notaba en mi voz.

       -No, pero yo quiero hacerlo- habló más bajo que antes y beso mi cuello lentamente, temblé y dejé que me estrechara con más fuerza.

Bajó su abrazó llegando a la orilla del pantalón y desabrochando el cinturón que lo sujetaba, abriéndolo lentamente con su vista fija en mí, lo dejó caer al piso posando sus manos en mis caderas.

-A...aki...-me sentía totalmente nervioso por estar descubierto ante él.

      -¿Qué pasa?- usó un tono inocente.

-Por favor...-susurré- debes creer que soy patético- realmente no podía dejar de preguntarme como alguien como él podía fijarse siquiera en alguien como yo, era demasiado delgado y débil, estaba pálido por el encierro haciendo que mi piel se viera amarilla y ceniza, era inexplicable el que pudiera gustarle a ese chico tan atractivo, que pudiese elegirme a mí cuando podría tener a quien él quisiera con solo mover un dedo.

      -Lo que creo...-hizo una pausa besando mi mejilla- es que eres hermoso.

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now