~Novyye linzy~

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― Yo también te extrañé; y por cierto, te ves muy lindo.

― Gra...gracias...a...aunque en realidad fue Rune...- no estaba muy seguro de lo que tenía puesto, era incómodo y me dificultaba moverme, pero era suficiente si a él le gustaba.

― Sí, lo supuse.

Me acerqué a la cama recargándome en mis brazos, se veía especialmente tranquilo; una sonrisa estiró mis labios dejándome imaginar lo que podría pasar si todos los días pudieran ser así, verlo tan tranquilo y feliz sin tener que preocuparnos por lo que pasara alrededor. Sin embargo esa no era mi vida.

Mi realidad era que no podía tener un rato de paz, a cada instante habría alguien que estuviera dispuesto a entrar por esa puerta, sin importar lo que pasara o cómo pudiera reaccionar Aki, y me arrastrarían a cualquier lado para probar nuevas formas de obligarme a hacer lo que ellos quisieran. Esa era mi vida, una que había elegido sin saberlo hace muchos años. Así como Fred trataba cada vez de arrastrarme a su línea de pensamiento usando un tono grasoso que resultaba terriblemente disgustante; no lo conocía lo suficiente y no tenía idea de hasta dónde sería capaz de llegar, pero no quería siquiera tenerlo cerca.

Supongo que mis pensamientos se reflejaron en mi cara, porque Aki me miró de forma indescifrable y sólo pude ocultarme con mis mangas para no ser presa de los nervios frente a él.

― ¿Qué tienes ratoncito?

― Na...nada...yo...- sonrió con su mirada de "no te atrevas a mentirme" y me tomó de las mejillas―...sólo me preguntaba...por...por Fred...

― ¿Fred?- su tono y su expresión cambiaron inmediatamente― ¿Qué pasa con ese bastardo? Le arrancaré la cabeza.

― N...no...yo sólo...no entiendo cuál es su problema contigo...- me dejé caer de entre sus manos hasta quedar sentado en mis talones, girando para recargarme en la cama y no ver más las emociones mezcladas en su gesto.

― ¿Problema?

― Bu...bueno...yo...parece muy empeñado en molestarte...

― Tiende a hacerlo, pero lleva años así- pronto sus brazos rodearon mis hombros y sentí el peso de su cabeza sobre la mía, haciéndome sonreír y suspirar secretamente de alivio.

― De acuerdo.

Dejé que su calor me envolviera, sintiéndome más tranquilo y nos hundimos en un silencio tranquilo, pero después de un rato comencé a jugar con mi boca haciendo ruiditos, era un juego que me había enseñado mi madre, y comencé a formar una canción ficticia con los pequeños sonidos.

― ¿Qué coño?

― Lo...lo siento...- me sentí muy avergonzado y sólo formé un puchero volviendo a escuchar su tenue respiración.

― No te disculpes, es lindo.

― Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?

― Claro- mis ojos volaron hasta aquella esquina donde el moreno me había tenido arrinconado antes, recordando como el humo del cigarro se colaba por la pared como si desapareciera en el aire.

― ¿Qué hay detrás de esa pared?

― ¿Esa pared?- podía sentir la risa en su voz mientras hacía un pequeño movimiento en la dirección de mi mirada con su cabeza aún sobre la mía―. Sólo un conducto secreto que nos sacará de aquí en unos cuántos minutos. ¿Quieres venir conmigo?

― ¿Es enserio?- abrí mis ojos un poco incrédulo de sus palabras, no me imaginaba que en verdad pudiera existir algo así dentro de una prisión como esa, pero ciertamente ese muro no era una pared cualquiera y Aki tampoco era un preso cualquiera― ¿Enserio podría salir de aquí?

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora