~Ty menya bespokoil~

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-¿Qué?...-intenté separarme- ¿de qué hablas?...Aki...yo no tengo hermanos...-sonreí de forma nerviosa, tal vez solo me estaba confundiendo o algo así.

      -Ahora lo entiendo todo, las cartas, las notas, el por qué se fue; su hermano, eres tú...ahh...enserio, no puede ser, después de tanto tiempo ambos terminaron en mis brazos, es demasiado improbable, hay todo un mundo entre nosotros pero es...eres tú, tú eres él.-se detuvo sujetándose la cabeza, lo miré con preocupación.

-¿Estás bien?...-acerqué mi mano a su cabeza y acaricié su cabello.

      -Sí, es solo que no lo puedo creer- cayó desmayado golpeando su cabeza fuertemente.

-Aki...-grité y me apresuré a revisar que se encontrara bien, palpé su cabeza y medí su pulso y respiración, al estar seguro de que no tenía nada grave seguí acariciando su cabello, estaba muy confundido, ¿Qué podía haber puesto a Aki en ese estado?, mi preocupación no era para menos, sabía que no le pasaría nada grave pero aun así no era normal que un hombre como él se desmayara de la nada, no entendía nada de lo que acababa de pasar- Aki...-susurré y seguí velándolo

No dormí, no me moví de su lado toda la noche, solo seguí cuidándolo, observándolo dormir, se veía tan pacífico tan hermoso, mis sentimientos con él eran un desastre, no lograba decidirme entre quererle y detestarle, a veces era muy cruel con sus acciones y lo peor era que parecía ni siquiera darse cuenta de ello pero la mayor parte del tiempo era tan tierno conmigo y realmente parecía preocuparse por mí. Mi mente siguió vagando sin control mientras contemplaba la maravillosa escena que resultaba ver al chico dormido en mis piernas, llegó la mañana y seguía sin despertar, en algún momento paso un guardia y me arrojo algo de comida, se la di a Aki haciendo que tragara la espesa sustancia con la que me alimentaban.

-Sé qué es horrible...pero necesitas comer algo...necesito que despiertes Aki...-le hablaba en susurros mientras seguía introduciendo el alimento a su sistema. Mi preocupación iba en aumento cuando volvió a llegar la noche y él seguía inconsciente, para ese punto me sentía muy débil y cansado pero me negué a dejar de cuidarlo, debía mantenerme despierto para que no fuese a pasarle algo.

Sentía los parpados pesados y a ratos notaba mis cabeceos fugaces, la luz de día se volvió a hacer presente y a cada instante sentía más miedo de que no despertara o que le hubiera pasado algo grave, volví a revisarlo pero seguía sin encontrar nada que explicara su ausencia tan prolongada, de nuevo me llevaron la papilla extraña y me obligué a comer para poder seguir cuidando de él, así que engullí la mitad del plato y lo demás se lo di a Aki; podía notar sus expresiones de desagrado con cada bocado, sabía que era algo horrible en todos sentidos pero no tenía más para darle, todo el día paso sin cambios y al llegar la noche yo estaba a punto de darme por vencido, pero no, lo había decidido, cuidaría de él y no descansaría sino hasta que volviera en sí y estuviera seguro que estaba bien, en la mañana sentía que ya no podría moverme me dolía el cuerpo por haber estado tanto tiempo en la posición y sentía que en cualquier momento caería desmayado al lado del chico que reposaba en mis piernas. Cuando mi agotamiento estaba en su punto cúspide comenzó a moverse y abrir los ojos.

-Aki...despertaste- casi grito de felicidad, había estado tan preocupado todo este tiempo y con ese pequeño movimiento todo eso, el miedo, el dolor, el agotamiento y todo lo demás habían desaparecido; estaba muy feliz de que despertara. Me abalancé sobre él quedando sobre su pecho- me preocupaste mucho...-las lágrimas volvían a aparecer en mis ojos, podía sentirlas amenazando con salir.

      -¿E...eh?, Yalek, ¿qué? ¿Qué te pasa?- me lo preguntó como si mi reacción fuera totalmente ilógica.

-¿Cómo que qué me pasa?- lo miré con reproche- me preocupaste...estuviste inconsciente más de dos días.

      -¿Eh?, no, eso no puede ser, ¿dos días?, eso es demasiado, que, ¿qué hora es?

-Eh...mmm...son...las cinco...-miré el pequeño reloj de pared que tenía Aki sobre la puerta.

      -Ahh...-suspiró- ¿Alva?-ahí iba mi corazón otra vez, arrojado contra una esfera de cristales rotos que se encajaban haciéndolo sangrar a mares, descuartizándolo sin piedad.

-¿Qué?... ¿siempre fue él verdad?...no Aki...-me levante dejando su cabeza cuidadosamente en el piso- no soy Alva...lo lamento...ni siquiera sé quién es...

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora