~Vy dazhe ne blizki~

12 1 7
                                    

Sus palabras me habían llegado a lo más profundo de mi ser. La razón, yo sentía exactamente lo mismo, en cualquier momento podría morir por culpa de mis acciones.

― No Aki...e...eso...eso no ocurrirá...y...yo...yo sé que no lo harás...

     ― Si no te irás, ven aquí-. Extendió sus brazos y no dudé un segundo en levantarme y abrazarlo por el cuello.

― Aki...- me sujeto por la cintura permitiendo que me aferrara a él, estaba conteniendo mis lágrimas pero era cada vez más difícil, yo siempre había sido muy expresivo, por eso detestaba tener que presentarme a un despacho importante y tener que contener todas mis expresiones, me estaba ocurriendo lo mismo, trataba de ser fuerte, pero me sentía desmoronar por dentro, no lo soportaría por mucho.

     ― Quiero que te largues, pero a la vez no quiero alejarme de ti.

― No me iré...- me atrajo más a su cuerpo, faltaba poco para que nuestras pieles se fundieran como si de cera caliente se trataran; eso no le impidió ocultar su rostro en mi cuello permitiendo que acariciara sus cabellos de forma suave.

     ― No quiero perder a alguien más, no lo soportaría.

― Y...yo tampoco quiero perderte Aki...eres lo único que tengo...

   ― ¡Afuera, ahora mismo!- la voz autoritaria del director quebró la atmósfera como una tormenta, era curioso, Shima significa isla, cuando pensaba en una isla a mi mente venían imágenes de un mar lleno de tranquilidad, un lugar donde todo el ambiente grita paz, pero ese hombre era un huracán eterno, una isla que se había quedado perdida en el monzón.

― No Aki...por favor...no me dejes...-mis susurros quebrados eran casi una súplica, a pesar de saber que sería imposible detenerlo no podía dejar de rogarle que no me dejara.

     ― Lo siento cariño, es lo mejor.

Un último beso en mi frente, una última sonrisa y me dejó con la imagen de su espalda mientras se dirigía al imponente hombre que se hallaba en la puerta y se iban por el pasillo. En mi pecho se acomodó una sensación de abandono total junto con una presentimiento, él miedo que se había comenzado a difuminar con el paso del tiempo a su lado se hizo presente con toda su fuerza, el miedo que sentí mientras corría por el bosque helado en busca de mi propia libertad, pero entonces temía por mí, y ahora temía por él. Ya no me importaba lo que me pasará, no quería que él sufriera por culpa mía, todos los males del mundo los enfrentaría con tal de verlo sano y salvo.

No sé cuánto tiempo pasó, el tiempo mismo dejó de tener sentido para mí, luego de ser uno de los fenómenos más fascinantes de mi vida se había convertido en el verdugo que se encargaba de atormentar mi mente con cada pulso, segundo y movimiento en el reloj eran un golpe contundente a mis entrañas; lo único que supe fue que el reloj que veía atormentarme solo estaba en mi mente.

   ― Wey, wey, wey- un grito de la voz más que conocida para mí me sobresalto, al parecer me había quedado dormido en una posición precaria a la orilla de la cama, ya que lo siguiente que supe es que estaba de cara en el piso.

― Ahh... ¿Qué quieres?- mi cuerpo parecía no reaccionar, no sabía si era por el golpe o solo estaba entumido por la mala posición.

   ― Wey, si te puedo ver la pinche jeta mejor- lo vi parado en la puerta junto con un chico pelirrojo algo más alto que él, el chico reía tímidamente como si fuera muy graciosa la situación, aunque seguramente para ellos lo era.

― ¿Qué quieres?- terminé de caer al piso sobándome el golpe.

   ― Pos la neta ni yo chingados sé- rodeó los hombros del otro con un brazo, verlos juntos me hacía sentir celos, yo solo quería poder estar así con Aki sin miedo a que alguien nos separara a golpes.

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)Where stories live. Discover now