~Raskayaniya~

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— La...la llevé a una feria de ciencias, ahí solo había universitarios y se rieron de mí cuando dije que quería entrar- apreté los puños recordando la clara burla en las expresiones de todos los estudiantes, maestros y doctores ante un niño que llegaba diciendo tener un proyecto— pero al final me dejaron participar diciendo que era bueno que "un niño se interesara tanto por la ciencia". Cuando vieron lo que llevaba se tuvieron que tragar sus palabras- me sentía enojado, esa era una de las cosas que más me molestaban y por las que seguía aborreciendo que me trataran como un niño, siempre se subestima la capacidad de alguien por su aspecto. El rubio comenzó a acariciar mi mejilla y de nuevo logró tranquilizarme con solo unos cuantos toques, comenzaba a pensar que no era nada bueno que tuviese ese poder sobre mí.

» Ahora desearía que no me hubieran dejado entrar- las lágrimas se volvieron a aglomerar, tenía sentimientos encontrados con todo lo que significaba ese momento de mi vida, todo lo consecuente; no me arrepentiría de nada si no hubiese cometido más errores después— ahí fue cuando todo cambió.

» Entré a la universidad poco tiempo después, pero ahí me aburría, no es que no fuese interesante pero iba demasiado lento para mi gusto, así que en menos de 2 años yo ya me había graduado de dos carreras y tenía mi propio laboratorio...- busqué el contacto de su mano en mi rostro—. Durante ese tiempo realicé algunos proyectos, sobre todo para poder defenderme, ya que seguía siendo el niño raro después de todo...Cada cosa que hacía salía bien y así surgieron cuatro de los químicos que me quitaste...- lo miré esperando alguna reacción de su parte, pero solo me sonrió para después mostrarme su lengua infantilmente.

— Lo siento cariño, pero ahora son míos- paso sus uñas suavemente por mi piel haciéndome cosquillas.

— Lo noté...me has dejado indefenso...

— No necesitas defenderte- besó mi coronilla— siempre me ha gustado proteger a las personas que amo- dio otro beso en mi frente, que juntó con la suya haciéndome sonreír.

— Comencé a trabajar y vender mis proyectos- continué— todos me buscaban y todos se sorprendían la primera vez que me veían; muchos incluso se reían pensando que mi presencia en la sala de juntas o un despacho importante era una broma y eso me molestaba mucho, pero era lo que hacía, así que tenía que mantenerme callado soportando sus risas hasta que se detuvieran y estuvieran dispuestos a escuchar aunque no entendieran ni la mitad de lo que les decía. Para entonces ya les había comprado la casa a mis padres, mi vida casi se había convertido en una rutina.

» Yo trabajaba en los proyectos que me pedían y por los cuales me pagaban bastante dinero, eso me permitía trabajar en mis propios proyectos. Recuerdo que en algún momento trabajé con mutación celular, pero no estoy seguro de qué pasó con eso o cuándo fue con exactitud- pensé en eso, era muy extraño que no recordara nada en relación a ello, como si ese momento de mi vida hubiese sido borrado de mi memoria—. En una de las ocasiones que me encontraba en casa del presidente Dmitri Ilich una sirvienta irrumpió con gesto preocupado en la habitación diciendo que el hijo de mi anfitrión se había puesto mal, él inmediatamente salió corriendo del despacho por los pasillos. Indignado me dirigí a la salida, sólo tenía 14 años, pero odiaba que me siguieran menospreciando por ello, como si mi opinión no tuviese valor fuera de mi trabajo.

» Justo antes de que pudiese poner un pie fuera de la residencia la voz del hombre me detuvo, casi me rogaba que viera a su hijo e hiciera algo para que mejorara, le repetí hasta el cansancio que yo no era médico, pero insistió tanto que al final acepté y fui conducido a una habitación donde un chico de mi edad se retorcía de dolor en la cama...me acerqué a revisarlo y luego pasé de él, yendo hasta la mesa que tenía encima frascos y más frascos con medicamentos; leí cada una de las sustancias que ahí se encontraban y me di cuenta de que ninguna servía verdaderamente para el dolor del chico, así que tomé unos cuantos frascos, mezclando las sustancias activas y haciéndolas reaccionar para hacer algo que sí le ayudara...- mi voz salía tan tranquila como hubiese podido ser en esa situación, pero mi mente me llevaba de regreso a ese momento, junto con las ganas de querer tirar todos esos frascos a la basura y gritarle que siguiera llevando a sus médicos de pacotilla para ver cuánto tiempo duraba su hijo soportando ese dolor—. Le di el líquido al chico que se quejó por el sabor, pero que a los pocos minutos dormía plácidamente, le entregué el resto de la sustancia al padre y salí de ahí muy enojado. Ese día vi por primera vez a Faddei- mi voz se quebró y sentí mi cuerpo muy débil.

No soy nadie [BL] (EDICIÓN)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن