0 9

46.8K 3.5K 1.6K
                                    

[AIDEN]

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

[AIDEN]

Exhalé un sonoro suspiro aburrido, fijándome en la casa blanca de puerta roja. Miré a mi alrededor con total desinterés. Era un vecindario callado, con infinidad de árboles que tenían cubierto los suelos de sus estúpidas hojas de otoño. El viento sopló de nuevo, removiendo mi cabello.

—¿Puedes hablar de una puta vez? —gruñí impaciente, girándome hacia Greg— ¿Qué diablos hacemos aquí?

Él seguía con la mirada solemne, fija en la puerta de la entrada. Había metido sus manos en los bolsillos de su abrigo largo, y su expresión de incertidumbre no mudó ante mis palabras. Ni siquiera me miró cuando me habló.

—Solo cierra el pico, Aiden.

Últimamente el maldito me gruñía eso muy seguido.

—Solo respóndeme, maldita sea, ¿qué demonios hacemos en un pueblo olvidado como este?

Por primera vez, Greg se volvió a mí. Su oscura mirada, llena de mortal seriedad. Infló su pecho, y exhaló un pesado suspiro impaciente. Quizá estaba siendo un grano en el culo de mi abogado, pero me importa un cuerno.

—Tú, aparentemente, estás aquí para fastidiarme. Yo, intento ayudar.

Bufé con falsa diversión, cruzándome de brazos cuando otra corriente de aire erizó mi piel. Un oscuro abrigo me cubría de estar tiritando del frío. El norte de Inglaterra siempre fue más helado y crudo. No es que en Londres viviese feliz con la constante lluvia, pero al menos tenía días cálidos. Estaba muy seguro que aquí, no conocían el significado de esa palabra.

—¿Ayudar? —dije con disgusto— Jodidamente saboteaste mi viaje en tren. Compré tu mismo jodido boleto y mira donde estamos. Acechando una casa, y luciendo como el par de depravados locos en un vecindario desértico. ¿A quién mierdas ayudas con eso?

Greg alzó una castaña ceja, mirándome de reojo. No estaba nada impresionado con mi exabrupto.

—La próxima vez, Aiden, deberías leer las instrucciones de lo que compras.

—No necesito leer nada, para eso te pago. Para que tu culo ocioso haga un trabajo impecable, cosa que no está pasando.

Conozco a Greg desde siempre. Su padre y el mío mantienen relaciones de negocios estrechas desde antes que naciéramos. Mi amistad con él, ha sido idílica, no solo es mi amigo al que puedo tratar como una mierda y viceversa, también es mi socio y jefe de mi departamento Legal en Quest Enterprise.

—Eres un maldito hijo de perra —siseó el abogado, esperé paciente por una sonrisa testaruda, apenas una mueca para aclarar que el juego era mutuo. No obstante, Greg puso los ojos en blanco, girándose hacia la casa de nuevo—. Tienes suerte que trabaje contigo, no para ti, idiota. Y si tan aburrido te encuentras, te invito a regresar tu culo a la jodida estación de trenes, te veré ahí en tres horas.

NO TE ENAMORES DEL SR. SEXOWhere stories live. Discover now