Madison tiene problemas de sobrepeso debido a su pasado. Perdió a su gemela idéntica de adolescente, y desde entonces, el sentimiento de culpa no le permite ser ella misma. Hasta que un mal encuentro laboral con su amor platónico, arranca la venda d...
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¿Suena a traición sonreír cuando Ethan camina por la pasarela? Porque cada vez que aparece vestido en uno de esos trajes de Hugo Boss, me saca una sonrisa. Estoy orgullosa de él, y de sus serias miradas que han despertado suspiros entre las mujeres a mi alrededor.
—Es bueno verte de nuevo, Maddie.
Nat chocó su hombro con el mío. Me recosté en la silla, y dejé de prestarle atención a otros modelos para ver a la belleza americana. No había cambiado en nada. Seguía siendo la misma chica delgada, de mirada profunda y sonrisa traviesa.
—Lo mismo digo, Nat. Gracias por invitarme, aunque me encantaría que Nina también estuviese aquí.
—Lo sé, yo también —se quejó ella, desganada.
Rodeé sus hombros con un brazo, mientras ella mantenía los suyos cruzados. Nina tenía asuntos pendientes por su cuenta, no siempre podía estar disponible para la primera locura que se nos viniera a la cabeza. Sé cuánto desea empezar a formar un hogar con Greg, es obvio que sus prioridades cambiarán un poco de ahora en adelante.
—Descuida, Nat, ella prometió compensártelo.
Los serios ojos de Natalie me observaron con cero emoción.
—Me voy a Nueva York la próxima semana, Maddie. No estaré aquí hasta dentro de tres meses.
Me encogí de hombros.
—Tal vez ella tenga planes de viajar a América también. Recuerda que está muy ansiosa, planeando su luna de miel con Greg...
Eso pareció relajar a la tejana, hizo un bonito puchero antes de emocionarse cuando Ethan apareció de nuevo. Demonios. El hombre sabía caminar con estilo, lucía indomable, el todopoderoso Ethan James, con un traje en negro, incluyendo la corbata y su camisa de vestir. Cuando se detuvo al extremo de la pasarela, esbozó una infame media sonrisa, que aseguraba lo peligroso que él podía llegar a ser, volvió locos los flashes de las cámaras, y a la gente...
—Vamos a tener que celebrar esto, Nat.
La chica me sonrió, cabeceando con fervor.
—¡Lo sé! Por cierto, espero no te moleste, pero ya invité a alguien más para que nos acompañe...
Fruncí el ceño, mirando a mi amiga con recelo. Esa expresión de disculpa, no me dio buena espina.
—¿A quién invitaste, Natalie? —le reproché con desconfianza.
La gente empezó a irrumpir en aplausos, poniéndose en pie cuando el resto de modelos le hizo compañía a Ethan. Natalie se inclinó hacia mi oído, tratando de hablarme sobre el ruido de la muchedumbre.
—No te asustes, es Enzo. Ustedes dos ya son amigos, y pues nos hemos vuelto algo cercanos desde que coincidimos en un evento social...
Mis pulmones se detuvieron una fracción de segundo. Oh esto iba a ser malo. Cuando Aiden se entere, es posible que se vuelva loco...
