7 8

34.5K 2.4K 763
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[AIDEN]

Sus besos sabían a vida. Jamás amé tanto respirar como ahora. Mi puto corazón se detuvo. Joder. Todavía no creía haber despertado en un hospital, conectado a máquinas monitoreando mi corazón. Me pasé de ingenuo con Annette. La creí aquella niña que no rompería ni un plato. Y casi acabo muerto.

—¿Estás bien, Aiden?

Madison rompió el beso, me miró cohibida. Sus ojos violetas dudaron unos segundos, seguía triste. Noté su arrepentimiento en su gesto. Recuerdo la primera vez que confesó besar al malnacido francés, no me miró así. Porque no le importó lo que yo pensara. Esta vez fue diferente.

Ella tenía miedo de herirme. Y lo hizo, dolía como un martillo golpeándome las costillas. Madison besó a Enzo. Y a Natalie. Estoy celoso. No la quiero besando a nadie, y espero lo haya entendido porque sus promiscuos labios esta vez sí que terminaron de vagar por bocas ajenas.

Aunque lo intente, no puedo enojarme con Madison. No puedo reclamarle un desesperado impulso que obtuvo con el alcohol. Yo hice lo mismo, bajé la guardia porque estaba muy afectado con tanto licor en mi sangre. Ambos acabamos mal.

No estoy perdonándola porque considere que esto nos deja a mano. Mi desliz con Annette no equivale al suyo con Enzo y Natalie. No sé cuál de los dos crímenes pesa más. Pero la perdono porque de verdad lo lamenta. Sabe que fue un error y en lugar de ocultarlo y reclamarme como loca por encontrarme con Annette, me lo dijo, y esperó muerta de arrepentimiento que tomase una decisión.

Y decido quedarme con Madison. Esta pequeña bruja no me alejará de su lado tan fácil. Tendrá que soportarme un buen tiempo, porque no estoy renunciando a su amor. ¿Cómo viviría sin ella?

—Estoy bien... —acepté, suspirando una vez— es solo que... me he quedado pensado, que hemos sido un par de asnos ¿no te parece?

Jamás debí gastar mi saliva al dedicarle un hola a la zorra de Annette. Casi me hace perder a Madison. La habría asfixiado con mis propias manos si lo hubiese logrado.

Mi chica sonrió sin ganas, agachando su barbilla.

—Ni lo menciones —murmuró abrumada—. Quiero irme a casa, odio este sitio...

No sé si se refería al hospital, o al jodido París. ¡Ppff! "La ciudad del amor" ¡Mis bolas! Este nido de víboras solo hace que odie alejarme de Londres.

Cuando me fijé en Madison, ella estaba limpiando sus ojos con rapidez. Está algo sensible desde que me vio en la cama de hospital. Supongo que no debe tener buenos recuerdos debido a su infancia. La tomé de la cintura, y la hice pasar una pierna por encima hasta tenerla sentada a horcajadas en mi regazo.

Le sujeté la nuca con una mano, y la atraje a mi boca hasta hacerla suspirar de alivio. Necesitará el doble de besos de mi parte, solo así le borraré el jodido mal sabor de boca que le dejó su tontería con el puto hijo de perra de Enzo.

NO TE ENAMORES DEL SR. SEXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora