3 3

43.8K 2.9K 672
                                    

En el instante que lo toqué, lo supe

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En el instante que lo toqué, lo supe. Aiden estaba logrando derribar cada muralla de mí. Me hacía ceder ante él. Hacía cosas que no debía, que en mi cabeza sonaban a una chica fácil, pero cuando lo miraba a los ojos, ese azul eléctrico incendiaba mi alma, no había prejuicio de mis acciones.

Aiden Quest me miraba maravillado.

—La respuesta es sí —murmuró muy serio después que le mencionase que deseaba algo a cambio, lo observé con recelo mientras esa sonrisa lasciva crecía en su sexy boca— te daré sexo oral como recompensa. Siempre quise tener sexo en mi oficina. Esto será asombroso.

Estalló mi risa con facilidad. Siempre pasaba con él. No había reído tanto en años como lo había hecho desde que el Señor Sexo me tenía en su red de seducción.

—¿Qué? No. No quiero eso —me reí, él alzó una leonada ceja y reconsideré mi posición—. Bueno sí, tal vez si lo quiero, pero no me refería a ese intercambio.

No sabía cómo demonios las mujeres negociaban sexo por obtener cosas. Era muy duro, tener que mirarlo a los ojos y exigir mi demanda como si un orgasmo pudiese compensar lo que deseaba.

Aiden no dejó de apretarme en sus brazos, pero retractó su cuello, luciendo completamente cauteloso.

—¿Qué quieres, Madison? ¿A qué has venido?

¿Hasta ahora él recordaba que venía a algo? ¡Cristo! Él era peor que yo. No había una sola duda, su caliente bulto apretando contra mi vientre seguía duro y muy despierto. Tampoco era muy fácil hablar de negocios cuando mi cerebro estaba ocupado, enviando ideas de deseo al sur de mi cuerpo.

Tragué seco y sacudí la cabeza con suavidad. Tenía que despertar del trance embriagador que resultaba estar en el espacio personal de Aiden Quest. Él olía a sexo, a picante y seductor almizcle que me hacía temblar cada vez que el aroma acariciaba mi nariz.

—Yo... —murmuré desconcentrada, alzando la barbilla después de recomponerme— Necesito que adelantemos el tiempo del contrato. Al menos tu parte. Sé que prometimos esperar seis meses antes de pedirles ayuda, pero no tengo ese tiempo. Quiero que envíes uno de tus ingenieros a HICKS lo más pronto posible, esta semana.

No creo que lo haya dejado pasmado, pero sí sorprendido. Aiden vaciló un cabeceo, antes de abrir y cerrar la boca un par de veces.

—Oh, ¿solo eso? —dijo el muy cínico— ¿No quieres que de paso llame a la Reina para confirmar nuestro té de la tarde?

Entrecerré mis ojos, mirándolo con amenaza.

—Si no puedo usar un tono sarcástico contigo, te prohíbo lo mismo, Aiden.

El ingrato suspiró con pesadez, soltándome.

—¿Es una broma, pequeña bruja? No puedo darte a nadie al menos en los próximos tres meses —respondió hastiado, rodeando su escritorio—. Tengo a cada uno de mis ingenieros mortalmente ocupados. En seis meses podría enviarte un practicante, lo suficiente desesperado que haría cualquier cosa por un puesto de trabajo. Ahora... no tengo a nadie.

NO TE ENAMORES DEL SR. SEXOWhere stories live. Discover now