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Pasé los siguientes tres días en Francia

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Pasé los siguientes tres días en Francia. Este año definitivamente había empezado con el pie correcto. Seguía siendo Madison solo que sin malas decisiones de por medio. Se sentía bien, esta versión de mí no tenía tantas ganas de ocultarse.

Incluso estaba aprendiendo a lidiar con la voz en mi cabeza que quería ver el mundo arder. Ya no era tan constante como antes. Lo cual era bueno. Sin embargo, aún necesitaba obligarla a desaparecer.

Por lo que intentaría mantener el ritmo una vez regresara a Londres. Ser yo de nuevo sería mi nueva meta ya que hasta ahora, no tenía ni una estúpida idea de quién era Madison.

Quería ser mejor que mi yo adolescente, pero todavía no descubría cómo. Así que estaba dejándome llevar por los demás, justo como antes, solo que esta vez estaba rodeada de personas correctas que no buscaban hundirme en vicios.

Podía respirar con alivio.

Mi último día en París, Enzo me invitó a salir en compañía de Anaïs y Michael. Recorrimos el centro de la ciudad en bicicleta y al terminar, descansamos a orillas del río Sena. El medio hermano de Aiden no hizo nada que prendiera alarmas en mi cabeza.

Creo que me agradaba más Michael. Él no tenía ninguna fijación con llamarme "amor" y ocasionar infartos a mi corazón. Principalmente, el hombre era un pan de Dios, con un leve semblante al hijo del diablo en Londres. No entendía cómo es que ellos podían ser parientes. Creo Michael tampoco lo comprendía.

Anaïs y Enzo llevaban unos minutos extraviados, fueron a buscar algo qué comer, mientras dejaban a los dos extranjeros mirando los botes navegar por el río con la torre Eiffel, como paisaje. Michael señaló una banca de madera y caminamos despacio hasta ella.

—Debes de conocer bien a Aiden, ¿no? —murmuró, aliviado cuando al fin se dejó caer en el asiento.

Fruncí mi ceño, guardando mis manos en los bolsillos de mi abrigo. Me senté a su lado con cautela.

—¿Por qué lo dices?

Michael volvió su rostro a mí, el azul de sus ojos no se encendía como el de su hermano. Además de eso, y su mismo apellido, las similitudes entre ellos eran casi inexistentes. Él sonrió con escepticismo, dándome esa mirada de no-finjas-que-no-sabes.

—Bueno, Madison, él no suele mencionarme muy seguido, así que debes ser alguien cercana para que Aiden se atreva a mencionar al innombrable. Y lo entiendo, me refiero que... él tampoco es mi persona favorita en el mundo.

Encogió sus hombros, despectivo, regresando su atención al río. El viento sopló removiendo su cabello negro. Cuando Michael fruncía el ceño, no importaba cuánto aborreciera a Aiden, ese gesto y otros más los detectaba como familiares.

—Pero ustedes son hermanos... —me atreví a decir, confundida.

Jamás podría decir que Lily no era mi persona favorita en el mundo. Incluso sin ella aquí, yo todavía la extrañaba. Me dolía ver en el semblante serio de Michael, que no existía un atisbo de sentimientos hacia su hermano.

NO TE ENAMORES DEL SR. SEXOWhere stories live. Discover now