2 0

55.4K 3.3K 811
                                    

He querido distanciarme de Aiden desde que me vio entrar en crisis hace dos días

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


He querido distanciarme de Aiden desde que me vio entrar en crisis hace dos días. Ha sido imposible lograrlo. No me ha dado un respiro desde entonces. Se queda dos horas diarias en HICKS, exclusivamente en mi oficina, finge que solo quiere hablar de negocios cuando en realidad sus ojos azules me psicoanalizan en silencio.

Es un fastidio.

—Entonces... ¿es como una voz macabra? —jadeó Natalie.

Ella dio un último puñetazo al saco de box y luego se giró hacia mí, alzando sus delineadas cejas oscuras. No había ni un solo cabello negro suelto de su cola alta y las perlas de sudor que adornaban su frente la hacían merecedora de una sesión de fotos. De sus perfectos labios escapaban pequeñas exhalaciones tan femeninas que ponían celosa a Afrodita.

Se supone que venir al gimnasio a la hora de mi descanso, y golpear un saco de box era un sencillo distractor de mis problemas. Pero lo único que podía pensar era cómo Aiden me perseguía a mí, y no a alguien más como mi amiga. Él la conocía, apenas. Pero el trato entre ellos más que frío, era nulo. De parte de ambos.

No sé cómo Nat hacía para lucir apática ante alguien como Aiden, en especial cuando el Señor Sexo lograba descontrolar mi corazón estando en la misma sala. Y no solo mi ritmo cardiaco era el afectado, también mi cerebro y los murmullos que mi subconsciente decía y apagaban cualquier esperanza en mí.

Porque no lo mereces.

Tal vez tenía razón. Miré a Natalie con resignación, sacudiendo mi cabeza. Debía ser mi voz interior, diciendo que en realidad esta no era mi vida.

Porque no lo es.

—No, Nat —acepté con triste conformismo—, definitivamente no es una voz macabra...

Ella frunció el ceño, colocando sus manos enguantadas en sus magras caderas. Yo empecé a colocarme mis guantes de box azules, y Natalie se acercó para sujetar las correas a mis muñecas después de deshacerse de los suyos.

—¿No deberías tratar esto con un psicólogo?

No alcé la mirada cuando suspiré con pesadez. Solo negué de nuevo.

—No es nada —murmuré aburrida—. Ya te dije, es como cualquier cosa, nada importante.

Llevábamos veinte minutos enfrascadas en mi sincera confesión secreta.

Tenía una voz en mi cabeza.

No era nada constante, así que podía dejar de lado la esquizofrenia. Pero era molesta, y a la vez dañina con sus comentarios, lo supe cuando el ataque de pánico que ocurrió con Aiden, comenzó y la voz en mi cabeza me gritaba cosas que hasta hoy, me hacían temblar.

—Tal vez es mi subconsciente...

Me encogí de hombros, tratando de restarle importancia. Caminé hacia el saco y empecé a lanzarle puñetazos.

NO TE ENAMORES DEL SR. SEXOWhere stories live. Discover now