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Un poco más de cuatro semanas, y Lily cumpliría años

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Un poco más de cuatro semanas, y Lily cumpliría años. Hablé con papá, la situación apenas iba mejorando con mamá, pero todavía no tenía luz verde de su terapeuta para una visita. Decidí no mortificarme por ahora y enfocarme en mi trabajo. Acepté la primera invitación del señor Montsalve para verlo en París.

Un viaje pagado por la fundación, ahora entendía por qué Cressida adoraba los proyectos fuera de Inglaterra. HICKS tenía el dinero para un hospedaje en el Ritz, para tres días, en una buena suite, que me dejó boquiabierta cuando noté que todo ese espacio era mío.

Me sentía de la clase imperial en la Francia renacentista, con los altos techos rasos, y las paredes blancas. Los muebles clásicos, y con estampados chic, que las ex reinas de la patria liberal usarían en su época. Era hermoso, y sofisticado.

A eso de las cinco de la tarde, me llegó la invitación que tanto ansiaba, el señor Pierre Montsalve, me esperaba en el restaurante del hotel para una cena de negocios.

Este era el punto decisivo.

Tienes que lucir más que extraordinaria, Madisonme advirtió Nina, frunciéndome en el ceño a través de la pantalla de mi móvil—. No uses nada escandaloso, así que olvídate de los vestidos strapless...

Hice una mueca de desagrado, dejando sobre la cama el vestido negro que había traído de Londres.

—Pues acabas de ver mi último recurso, amiga, me quedé sin ropa.

Era una video llamada, así que le mostré la pila de prendas que Nat y yo habíamos empacado, y que ahora no servían de nada. Ser mujer no es fácil.

Maldita sea. ¿Cuánto tiempo tienes?

—La reunión es a las nueve —le informé alterada.

Ella exhaló, y la vi asentir lentamente. De pronto sus ojos se iluminaron, lanzándome esa expresión de que acababa de tener una idea.

¡Maddie! Estás en la ciudad de la moda, con una tarjeta de crédito ilimitada. Yo sugiero que te vayas de compras, y de paso arréglate el cabello.

Le lancé una expresión de hastío.

—Que la fundación me pague el hotel es una cosa, Nina. No te pases...

—No. La que se va a pasar de informal, eres tú, si no buscas lo mejor de lo mejor. Recuerda, estás ahí para impresionar a Pierre. En un buen vestido, el hombre te regalaría su compañía, créeme.

Su pícara sonrisa, no me hizo sentir mejor. Me alejé hacia los ventanales, mirando los transeúntes desde lo alto, ignorantes de mis banales problemas.

¿Quieres conseguir al 22? ¿Sí o no? —me provocó la rubia.

¿Acaso necesitaba al magnate número veintidós de la lista para saciar mi necesidad compulsiva de completar la tarea? Dejé escapar un gemido desganado cuando la respuesta se respondió sola en mi interior.

NO TE ENAMORES DEL SR. SEXOWhere stories live. Discover now