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Cerré mis ojos después de colocarme un par de audífonos en mis oídos

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Cerré mis ojos después de colocarme un par de audífonos en mis oídos. Dejé que Jarryd James me arrullase con su sexy voz y sus suaves canciones en el viaje en tren. Definitivamente lo agregaba a la futura lista de sexo musical con Aiden.

Pronto me quedé dormida, no supe de mí hasta que la lista de reproducción se detuvo y ni siquiera estaba segura hace cuánto llevaba apagada. No quise abrir los ojos, en especial cuando sentía el brazo protector de Aiden rodeando mis hombros, estaba acurrucada contra su pecho y su aroma anestesiaba mis ganas de levantarme.

Se sintió un poquito como mi paraíso sin problemas. Si tan solo no estuviese sentada en un tren de camino a casa de mis padres, esto sería perfecto. Quería a Aiden cerca, pero esto era demasiado para dejar mis sentimientos de lado.

Entonces entre mi nube de pereza, se coló la conversación acalorada de mis amigos.

—No puedo creer que no quieras reconocerlo, Aiden.

—Nina, ya deja de joder ¿Quieres? —gruñó Aiden, fastidiado.

—Aiden... —le reprochó Greg, sonaba cansado, como si estuviese lidiando con esta pelea desde hace un buen rato.

¿Qué demonios pasaba entre ellos? Decidí no abrir mis ojos, y permanecer lo más relajada posible para no alertar a Aiden que yo ya estaba despierta. Pero era difícil, en especial cuando escuchaba el rugir de su corazón en mi oído, batiendo con fuerza totalmente enojado.

—No, jódete Greg nada de "Aiden". Ambos váyanse al carajo. Lo que pase entre Madison y yo, es nuestro asunto, no se entrometan.

—La estás dañando, tonto. ¿No te das cuenta? —se quejó mi amiga, pude escuchar el siseo furioso con que intentaba mantener un tono bajo.

Sentí a Aiden tensarse, su brazo me apretó con suavidad, como si dudase que fuese a escaparme en ese instante. Entonces tomó una bocanada de aire, relajando su temple.

—¿Cómo? —inquirió aburrido, sin inflexión en su voz— Oh, por favor, dime, ¿Cómo infiernos crees que le hago daño?

Casi abro los ojos para saber qué estaba pasando. Yo también quería saber cómo Nina pensaba que Aiden me dañaba. Esto era todavía muy reciente. Un par de semanas a lo mucho. Nos reuníamos. Nos besábamos. Teníamos sexo. Hablábamos un poco. Y luego nos separábamos. ¿Dónde estaba el daño?

—Se está transformando en una persona que no es —murmuró Nina, sonando consternada—. Al principio pensé que le brindabas la seguridad que le faltaba, pero me equivoqué, la estás volviendo igual a ti. Alguien que no le importa los sentimientos ajenos.

Estás matando a Lily. ¿No lo notas?

Dejé de respirar por un instante. Pero Aiden solo se encogió de hombros con suavidad.

—¿Y es eso malo? Porque a mí me sonó como un cumplido, Nina.

—¿Ves? justo eso es a lo que me refiero. Eres un arrogante hijo de perra y la estás arrastrando a tu mismo hoyo negro de indiferencia.

NO TE ENAMORES DEL SR. SEXOWhere stories live. Discover now