A boy that is under a curse.
A ghost that will do what he needs to do in order to fullfill his mission.
An actor that is left by his lover and is now in the middle of a big mess.
They will meet under special circunstances. But... Will they be able t...
Krist se había sentado en el primer escalón de la gran escalera del teatro, con la mente en blanco y sin saber muy bien qué hacer.
Acababan de abandonarle, ¿o había sido al revés?
No estaba muy seguro pero desde luego, lo que sí le había quedado claro es que Knott había resultado ser un mentiroso que había estado saliendo con él cuando, desde un inicio, tenía una prometida oficial.
El joven no podía entender cómo no se había dado cuenta antes de que lo único que había querido Knott era pasar el rato. Ahora a su mente acudían recuerdos del joven proponiéndole, en más de una ocasión, veladas íntimas en un hotel o en su departamento de soltero...
Krist gruñó, sintiéndose el más idiota de entre los idiotas.
"Eso es lo que he sido, un perfecto imbécil..."
Estaba tan claro que sólo había sido un divertimento para el joven,alguien con el que pasar el rato hasta que llegara la hora de sentar la cabeza y pensar en el matrimonio, que lo único que era capaz de hacer ahora era recriminarse a sí mismo.
Había estado tan obsesionado con superar la maldición que.. que no se había dado cuenta de que habían estado jugando con él.
Y lo peor de todo era que no había sido la primera vez... sino la sexta.
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El joven suspiró mientras se preguntaba cómo es que siempre escogía tan mal.
- "Es como dice mi hermano... soy un idiota que no es capaz de distinguir a alguien bueno de...de esos que sólo quieren pasar un buen rato" - susurró el joven mientras tomaba una pequeña piedra del suelo y la lanzaba lejos.
El leve sonido de su choque contra el suelo llegó a los oídos de Krist que, simplemente, enterró su rostro entre sus manos.
Fue entonces cuando un fuerte viento surgió de improviso.
Krist, que no lo esperaba para nada, notó como la gorra que llevaba puesta se elevaba para caer, bruscamente, a pocos pasos de una figura que, hasta el momento, no había notado siquiera que estaba ahí.
Levantándose, se dirigió hacia el joven que, medio oculto por las sombras, estaba sentado en uno de los escalones superiores.
No había subido más de cuatro o cinco escalones cuando sintió como si hubiera tropezado con algo y, perdiendo el equilibrio, comenzó a resbalarse hacia atrás.
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Singto notó una fuerte brisa y, levantando el rostro, observó cómo una gorra caía a sus pies. Instantes después notó el leve sonido de unos pasos que se acercaban al lugar donde estaba sentado.
Con rapidez miró hacia el lugar del que provenía el leve sonido.
"Ya veo..."
El joven dueño de la gorra estaba acercándose con la clara intención de recogerla del suelo. Sin embargo, y para sorpresa del joven, el muchacho perdió el equilibrio cuando estaba a tan sólo unos escalones de distancia y comenzó a caer hacia atrás.
