A boy that is under a curse.
A ghost that will do what he needs to do in order to fullfill his mission.
An actor that is left by his lover and is now in the middle of a big mess.
They will meet under special circunstances. But... Will they be able t...
Krist bajó del taxi con una amplia sonrisa en los labios y, con pasos rápidos, se acercó para abrazar a las dos personas que le estaban esperando con los brazos abiertos.
Sus abuelos, de pie frente a la puerta de la pequeña casa de dos plantas en la que vivían, habían estado aguardando a que el joven llegara desde que éste les llamara tras llegar a la Estación Central. Así que, cuando habían visto el vehículo que traía a su nieto, no habían sido capaces de esperar por más tiempo y habían salido hasta la calle en ropa de estar en casa y zapatillas.
- " Por fin estás aquí" – dijo Emma mientras sonreía a su nieto mayor – " te hemos estado esperando".
- " Siento el retraso, pero había mucho tráfico" – comentó el joven para, tras observar a su abuelo pagar al taxista y recoger las maletas que éste había dejado sobre la acera, acercarse corriendo y agarrar el asa de una de ellas – " deja, que ya las recojo yo".
- " No es necesario" – dijo Paul mientras hacía que el joven soltara el equipaje – " no soy tan viejo"
Tras lo cual levantó en peso las dos pesadas maletas y subió los escalones como si no llevara nada.
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Ema rió mientras veía la expresión de asombro de su adorado nieto.
- " Parece que has olvidado que tu abuelo fue atleta olímpico de la categoría de levantamiento de peso"
Tras lo cual, y cogiéndole del codo, hizo que entrara por la puerta abierta mientras su marido, con una sonrisa de suficiencia, les seguía con las dos maletas.
Unos pasos por detrás del hombre, con un esmoquin manchado de sangre y una sonrisa expectante en los labios, se encontraba Fiat. El joven fantasma flotó con tranquilidad hacia la puerta ya cerrada y, sin preocuparse, la atravesó con la firme intención de conocer sus nuevos dominios.
Tras desempacar, Krist decidió dar una vuelta por el vecindario. Emma le había comentado dónde estaban las paradas de bus y de taxi y además le había indicado un pequeño centro comercial que quedaba a tan sólo quince minutos andando.
Krist se colocó bien sus gafas de sol y, con cuidado de no equivocarse, se encaminó hacia el lugar con la firme intención de comprar algunos objetos que, con las prisas, no se había acordado de empacar. Entre otras cosas necesitaba un nuevo maletín con el que ir a la escuela. Uno que no tuviera pegatinas ni chapas clavadas sobre la piel.
Finalmente, justo a los quince minutos, el joven divisó la entrada de un centro comercial con varios logotipos de tiendas y restaurantes colgados sobre la fachada.
En su interior, pudo observar varios escaparates que le llamaron la atención. Especialmente uno en el que había varios maletines y macutos que le parecieron ideales para su nueva vida como actor.
Con rapidez, entró en la pequeña tienda y se encaminó a los estantes. Tras ver los modelos, eligió un Hautton que estaba en una de las barras superiores.
