27 (SPANISH)

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Singto abrió los ojos sintiéndose desorientado. Por unos segundos se preguntó qué hacía tendido sobre el sofá del salón, sin embargo casi inmediatamente, los recuerdos volvieron a su mente haciendo que el joven se incorporara de manera brusca. Sus ojos recorrieron con aprensión la sala de estar para finalmente, y con un suspiro de alivio al ver que estaba completamente solo, dejarse caer nuevamente sobre los mullidos almohadones.

"Menuda pesadilla", se dijo mientras fijaba la mirada en el techo y, concretamente, en las pequeñas bombillas que cubrían en forma de malla la mayor parte  de éste.

- " ¿Estás bien?" -preguntó Krist mientras salía por la puerta de la cocina con un par de latas de cerveza en la mano.

- " Si, no pasa nada" - respondió Singto mientras se incorporaba, quedando sentado sobre el sofá - " tan sólo he tenido una pesadilla un tanto rara".

Krist frunció el ceño. Unos segundos después comenzó a acariciar su nuca. Sus ojos, que hasta ese momento habían estado fijos en su rostro, bajaron hasta las latas que aún tenía entre sus manos. 

- " No... no estabas soñando" 

- "¿Qué..?" - preguntó Singto 

Krist suspiró y, mordiéndose el labio inferior, señaló con la cabeza hacia una de las esquinas de la sala. La que quedaba justo a su espalda.

Singto palideció. Sus labios se abrieron, sin embargo ningún sonido salió de su boca. El joven estaba completamente paralizado.

- " No te tienes que preocupar" - dijo inmediatamente Krist mientras levantaba una mano para dar énfasis a sus palabras - " es un viejo amigo mío... que estaba muerto y que ahora ha venido a visitarme...".

- " Oh...Por favor" - dijo entonces una voz a su espalda - "Será mejor que me lo dejes a mí, o va a acabar pensando que estás loco.. o peor... que ambos lo estáis".

Fiat dio un par de pasos hasta quedar frente a ambos jóvenes. 

La luz de la sala iluminó su rostro macilento y pálido a la vez que resaltaba las manchas de sangre que llevaba en la camisa blanca. Su chaqueta, de un tejido evidentemente costoso, se encontraba rasgada y completamente empapada. De hecho, varias gotas de agua caían lentamente sobre el suelo de madera del apartamento. 

Singto, con un tono de piel grisáceo, miró hacia el suelo de madera. Fue entonces cuando notó cómo las pequeñas gotas que se desprendían de las ropas del joven no parecían hacerle nada al suelo... es más, parecían desaparecer justo en el mismo instante en el que iban a hacer contacto con las tablas de madera. Los pies descalzos de Fiat, sin embargo, dejaban leves huellas mojadas que desaparecían unos segundos después.

Singto levantó la mirada de los dedos de tono azulado para posarlos en el rostro de Fiat. Una nuevo mareo se apoderó de él, haciendo que acabara teniendo que echarse sobre los cojines que tenía a su espalda.

Y ese chico... ese... ese fantasma, según Krist, era su mejor amigo.

Con un brazo echado sobre sus ojos, Singto provó a dejar escapar varias bocanadas de aire, intentando así calmarse lo suficiente como para poder pensar. Y cuando pudo, sólo un pensamiento cruzó por su mente... 

Y es que...¿qué le podría haber pasado a ese tal Fiat para acabar así?.

- " Me llamo Fiat. Krist y yo hemos sido amigos desde que íbamos a la guardería" - comenzó a decir el fantasma mientras le observaba fijamente - "desgraciadamente hace tres años ocurrió algo que ...".

Singto, sin embargo, apenas si le escuchaba. Sus ojos observaban cómo los labios del joven se movían pero, sin embargo, su mente estaba bloqueada en un pensamiento que había surgido por sorpresa.

SMILING PINK MILKSHAKEWhere stories live. Discover now