A boy that is under a curse.
A ghost that will do what he needs to do in order to fullfill his mission.
An actor that is left by his lover and is now in the middle of a big mess.
They will meet under special circunstances. But... Will they be able t...
Krist cerró la puerta de su dormitorio y, dejando el maletín sobre el escritorio, se tumbó sobre la cama.
Sus ojos se posaron en la lámpara que iluminaba el cuarto pero la verdad era que su mente estaba muy lejos de allí... y es que no podía dejar de pensar en todo lo que había ocurrido en las últimas veinticuatro horas. Especialmente en si había tomado las decisiones acertadas o si, por el contrario, sólo se había complicado la vida.
Entrevistas...
Salidas programadas...
Besos frente a fans...
"No se si pueda...", se dijo Krist mientras sentía cómo sus mejillas se teñían de rojo.
Singto le había dicho que no se preocupara.. que pensara que sólo era una actuación más...
- " ¿O es que no vas a besar a tus compañeros de reparto cuando tengas que hacerlo?" - le había preguntado con una sonrisa irónica.
Lo cierto era que Krist nunca lo había pensado antes... pero Singto tenía razón. Era una tontería preocuparse por eso cuando había cosas mucho más complicadas en ese descabellado plan... como decirle a sus padres y hermano que había estado saliendo con alguien a espaldas de ellos.
"Me van a matar..."
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- " Pero ya no puedes echarte para atrás" – murmuró el joven mientras se levantaba quedando sentado sobre el colchón – " es demasiado tarde para eso".
Y, sin querer seguir pensando por más tiempo en Singto y en su disparatado plan, se dirigió hacia la mesa y abrió su maletín sacando de su interior la máscara que le había regalado su maestra.
Krist sonrió mientras pensaba que, al final, no todo había ido tan mal. Tenía una beca en una de las escuelas más importantes de actuación del país, si no la mejor.
Sus padres sin duda iban a estar muy contentos porque, aunque no habían hablado del asunto, el joven sabía que el dinero había sido uno de los principales escollos que sus padres estudiaron cuando les pidió permiso para inscribirse.
Un escollo que, sin esperarlo, había desaparecido de su vida...
Con una sonrisa marcó el número de su casa, dispuesto a informarles de la buena noticia.
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Mientras tanto, en un departamento de lujo de una de las zonas residenciales de la ciudad, un joven estaba sentado frente a una mesa en la que tenía tres importantes documentos. Tres libretos que correspondían a tres musicales que estaban haciendo furor en Europa y que, para la versión que estaban desarrollando para Asia, deseaban contar con él en el papel protagonista.
