19 (SPANISH)

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El reloj sonó a las ocho en punto.

Krist giró la cabeza hacia el sonido mientras dejaba escapar un leve gruñido de desagrado. Sin embargo pronto notó que no se encontraba en su cuarto, ni siquiera en una cama. 

"No de nuevo...", se dijo mientras giraba su rostro para posar su mirada en el joven que, con la cabeza sobre sus piernas y el resto del cuerpo apretujado en el sofá, dormía con expresión inocente y un ligero reguero de saliva que iba desde sus labios hasta sus ropas.

Krist sonrió mientras intentaba no acariciar con sus manos los suaves cabellos que estaban a tan poca distancia de su rostro. Sus dedos incluso hormigueaban por la necesidad que estaba sintiendo pero.. finalmente, logró separar su mirada de Singto y observar la sala en la que se habían quedado dormidos la pasada noche.

Sin embargo, en cuanto sus ojos repararon en el reloj de pared, comenzó a fruncir el ceño. Y es que quedaba poco menos de hora y media para que comenzaran las clases y, aunque lo último que deseaba era despertar al muchacho que apenas había logrado dormirse a las cuatro de la mañana, no podía hacer otra cosa si querían llegar a tiempo.

- "Sing.." - susurró mientras rozaba con un dedo la mejilla del joven aún dormido.

- "Hmm... cinco minutos más" - musitó éste mientras enterraba su rostro en el estómago de Krist. Lo que hizo que el joven comenzara a ruborizarse levemente.

"Ni se te ocurra... ¡NI se te ocurra!", exclamó Krist para sí mismo al darse cuenta de que una pequeña parte de él estaba comenzando a desperar en el lugar del joven que seguía durmiendo felizmente.

Maldición...

- "Singto, es hora de levantarse" - trató de nuevo, después de controlarse, unos minutos más tarde.

Éste frunció el ceño para, justo después, abrir levemente los ojos. 

Unos segundos después se había incorporado con las mejillas levemente rojas y una sonrisa avergonzada en el rostro.

- "Siento haberte usado de almohada" - musitó Singto mientras se pasaba una mano por sus cabellos, revolviéndolos aún más de lo que ya estaban.

Krist volvió a sentir la necesidad de pasar sus dedos entre los mechones oscuros del joven para colocarlos en su lugar. Con rapidez giró la cabeza hacia el otro lado de la sala.

- "No pasa nada, yo también me dormí".

Singto sonrió para, tras mirar el reloj, dejar escapar un leve grito, levantarse y ofrecerle una mano.

- "Será mejor que corramos o llegaremos tarde".

Krist asintió y, con una leve sonrisa, posó su mano en la del joven y dejó que éste tirara de él hacia el pasillo donde estaban los dormitorios.




MEDIA HORA MÁS TARDE, EN LA CAFETERÍA DE LA ESQUINA...

- " Busca una mesa libre" - dijo Singto, nada más entrar por la puerta del establecimiento - "yo voy a pedir nuestro desayuno..."

- "Ok" 

Krist miró hacia el interior del local y, tras unos segundos, sonrió viendo una mesa vacía que estaba cerca de los amplios ventanales que daban a la calle.

"Perfecto", se dijo mientras comenzaba a caminar hacia ella. Sin embargo, antes de que pudiera dar más de un par de pasos en su dirección, una mano le agarró del brazo obligándolo a que se detuviera.

SMILING PINK MILKSHAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora