29 (SPANISH)

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Krist, mientras seguía la dirección que estaba señalando Singto, miró hacia Fiat con una expresión de curiosidad en su rostro.

¿Pendiente?

¿Qué pendiente?

Que él supiera Fiat no usaba pendientes... de hecho una vez habían intentado hacer que se hiciera un agujero en una de sus orejas y el joven había acabado huyendo del local nada más ver la aguja.  Sin embargo, segundos después, su mirada se posó en el pequeño símbolo del zodiaco que Fiat llevaba puesto en una de sus orejas.

"Ahhh..., ese pendiente"

-"Ese dije..., ¿Cómo es que lo tienes tú?" - preguntó Singto haciendo que Krist volteara hacia él. 

Fiat por su parte se llevó la mano hacia la oreja que le estaba señalando Singto mientras mostraba una expresión de desconcierto en su bello rostro.

- " Pues... no lo sé" - musitó finalmente con el ceño fruncido.

Krist se acercó y, tras observar el pequeño pendiente por unos segundos, se volvió hacia Singto con curiosidad.

- "¿Qué ocurre? ¿Por qué reaccionas así?" 

Singto se volvió hacia él con una mirada cargada de preguntas. Por unos minutos se quedaron completamente en silencio, tan sólo mirándose a los ojos como  si, de esa forma, pudieran comprender lo que estaba ocurriendo.   No fue hasta que Fiat carraspeó, que ambos jóvenes apartaron sus miradas del otro. 

Instantes después, y sin decir nada, Singto se encaminó hacia el aparador de la sala y, abriendo uno de los cajones, sacó un álbum de fotos. 

- " ¿Queréis saber por qué me ha sorprendido ver ese pendiente?" - comentó mientras volvía y se sentaba en el sofá de tres plazas. 

Con un gesto señaló los dos huecos libres que habían quedado a su lado y que fueron ocupados por un joven y un fantasma que, con miradas de curiosidad, ojeaban las tapas blancas del grueso álbum que Singto tenía sobre sus piernas.

Krist observó cómo el joven suspiraba para, con una expresión de tristeza, abrir el álbum por la primera de las páginas.

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Singto observó la fotografía que ocupaba el centro de la página y en la que cuatro personas sonreían hacia la cámara mientras posaban en una de las calles más populares de Roma.

- "Un anciano tuvo la amabilidad de sacarnos la foto durante uno de nuestros viajes. De hecho fue el último que hicimos todos juntos, antes de que Gun falleciera".

Singto sonrió con tristeza sin notar la expresión estupefacta de Krist que, sentado a su izquierda, no podía apartar la mirada de la fotografía.

- "E..este chi... este chico, ¿es Gun?" - preguntó Krist sin poder creer lo que estaba viendo ante sus ojos - "¿estás seguro?"

Singto se volvió hacia él con el ceño fruncido.

- "¡¿Cómo no estarlo?!" - exclamó mientras le miraba fijamente a los ojos - " concocía a Gun desde pequeños. Sus padres eran los mejores amigos de los míos, de hecho Gun pasaba más tiempo en mi casa que en la suya.."

Krist tragó saliva mientras no dejaba de observar fijamente el rostro del joven que aparecía en la fotografía.

- "¿Y sus padres?"

- "Fallecieron hace ocho años" - comentó Singto con un suspiro - "fue entonces cuando Gun se vino a vivir a mi casa".

Krist asintió finalmente para, unos segundos después, mirar hacia el joven fantasma que estaba sentado en el otro extremo del sofá.

- "Supongo que ese pendiente, es de Gun..." - terminó diciendo tras compartir una mirada con Fiat.

Singto miró a ambos sin entender qué estaba pasando. Por unos minutos pensó en negarse a responder a nada más hasta que le explicaran qué ocurría sin embargo, unos instantes después, decidió esperar y ver hacia dónde iban encaminadas esas preguntas.

- " Pues sí. Off se los regaló por su cumpleaños" - respondió mientras pasaba varias hojas hasta encontrar una foto en la que Gun aparecía con el pendiente y un colgante a juego - "los mandó hacer especialmente para él. No hay dos iguales".

Krist palideció. Unos segundos después se levantó y se dirigió hacia su maletín, del interior recogió su billetera y volvió sobre sus pasos.

Cuando hubo vuelto a sentarse se volvió hacia Fiat y sonrió melancólicamente.

- "Ese pendiente te lo puso mi madre antes de que te incineraran" - dijo finalmente, haciendo que Singto y Fiat fijaran sus miradas estupefactas en su rostro.

- "Pero, ¿cómo...?" 

- "Fue una petición de Win" - comenzó a decir el joven mientras bajaba la mirada hacia el suelo - "Quería darte algo como agradecimiento...Él siempre se sintió culpable".

- " Pero no fue su culpa" - musitó Fiat mientras fruncía el ceño - "sino de esa persona..."

¿Persona?

Singto miraba alternativamente a Krist y al joven fantasma sin entender de qué estaban hablando. 

- "¡¿Se puede saber qué tiene ésto que ver con Gun y con su pendiente?!" - exclamó finalmente Singto sin poder aguantarse por más tiempo - "no entiendo nada...".

Krist suspiró y, abriendo su billetera, sacó una fotografía algo gastada por el paso del tiempo.

- "Ésta es una foto de mi hermano Win y mía" - dijo mientras se la pasaba a Singto - "es de hace dos años".

Singto, con el ceño fruncido, dirigió su mirada hacia la gastada foto que tenía en su mano. Allí se encontraba Krist, mucho más joven, que con una sonrisa en su rostro abrazaba a un muchacho que hacía una pose bastante cómica.

Los boca de Singto se abrió a causa de la sorpresa. 

- "¿E... Éste es Win?" - preguntó, instantes después, con un hilo de voz mientras las lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas.

- " Si. Mi hermano pequeño..." - musitó Krist mientras observaba fijamente el rostro de Singto.

"No puede ser", se dijo Singto una y otra vez, "no puede ser verdad".

Sin embargo tenía la prueba delante. 

En sus manos.

Y es que el hermano de Krist, el joven Win del que tanto le había hablado su novio, tenía el mismo rostro de Gun.

Y es que el hermano de Krist, el joven Win del que tanto le había hablado su novio, tenía el mismo rostro de Gun

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Se parecían muchísimo.... de hecho, parecían la misma persona.



SMILING PINK MILKSHAKEWhere stories live. Discover now