Nacimiento

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Ya habían pasado unos meses y durante las últimas semanas ya no podía caminar, sólo me mantenía recostado en mi cama día y noche, era una tortura el no poder moverme, deseaba tanto salir y tomar aire fresco pero era imposible. Mi abdomen estaba casi púrpura como un gran moretón, era perturbador el verle pero trataba de no hacerlo ya que me asustaba mucho.
Mis madres se comunicaban conmigo mediante Hera y mis hermanos se mantenían al pendiente de mi en casa junto a Tae quien estaba temeroso y nervioso por lo que sus ojos estaban viendo los últimos días. Subía cada 5 minutos a verme, se quedaba dormido en el sofá a un lado de la habitación o a mi lado mientras su brazo me rodeaba. Traía comida y té hasta mi cama, no dejaba que nada me faltara, si tenía frío me arropaba y si tenía calor abría la ventana. Masajeaba mis pes y mis piernas para calmar mis dolencias, ha sido un gran apoyo en estos momentos tan difíciles.
La lluvia caía fuertemente, una gran tormenta con relámpagos en los cielos, hacía frío ya que la ventana estaba levemente abierta y el agua se estaba metiendo por la misma mojando el piso, no quise llamar a Tae, quería sentirme útil así que me levante con dificultad, traté de ponerme en pie y al hacerlo sentía como si me clavaran agujas en estos, respire profundo y comencé a caminar cerca de la pared para darme apoyo, cada paso era doloroso pero al mismo tiempo era una alivio salir de la cama, llegue hasta la ventana y la cerré, en ese mismo instante la puerta de mi habitación fue abierta y Tae entro con una taza de Té, sorprendido corrió a poner la misma en la mesa de noche a un lado de la cama y fue hasta mi postura para tomarme del brazo no sin antes reprenderme por haber desobedecido sus órdenes. Me llevo nuevamente a recostarme.
—¿Que hacías de pie? Dijo asustado y molesto al mismo tiempo.
—Tenía frío y la lluvia estaba mojando el piso, por eso fui a cerrar la ventana.
—Llámame la próxima vez, no quiero que te resbales o que algo malo te suceda ¿entendiste?
Asentí con una sonrisa. Puso la taza en mis manos y estaba cálida, el olor era tan dulce y sentir el sabor en mi boca me relajaba tanto, sobretodo en un día de lluvia como lo era este. Bebí todo y me acosté, Tae se acobijo a mi lado y me rodeo con su brazo. Ambos cerramos nuestros ojos. Pasaron horas donde los relámpagos rompían con fuerza y la lluvia se intensificaba. Abrí mis ojos por un gran trueno. Al voltear Tae estaba profundamente dormido, acobijado casi hasta la cabeza, en un capullo, parecía un bebé.
No me empecé a sentir bien, tenía mareos y fuertes dolores en el abdomen, traté de volver a dormirme pero no podía, comencé a sudar y de repente sentía como mi bebé se retorcía dentro de mi. Grite y el grito alertó a Tae, se levantó y preguntó que me ocurría, le dije que algo malo sucedía ya que no podía ni tan siquiera respirar del dolor. Corrió hasta la puerta y llamó a Jin y RM, estos no tardaron en subir y ver que estaba ocurriendo. Jin se acercó a mi y inmediatamente supo que mi bebé iba a nacer, no era tiempo pero ya no soportaba más estar dentro de mi. No tenían con que atenderme así que abrieron el portal y me llevaron con mis madres, Tae me cargo en sus brazos, al llegar al templo estás ya sabían lo que ocurría, sin necesidad de contarles lo habían visto a través de los ojos de Hera. Me pusieron sobre el suelo y Medusa inmediatamente les ordenó salir a todos a excepción de sus hermanas, mis madres de igual forma. Tae no quería hacerlo pero casi en susurro se lo pedí. Esté beso mi frente y me dijo que todo estaría bien.
Una vez todos fuera comencé a perder la conciencia sólo podía escuchar ya que mi vista se tornó borrosa, escuchaba a Medusa decirle a Euríale que adormeciera mi cuerpo manipulando mi mente, Esteno con su daga abrió mi abdomen, sentí un pequeño dolor ya todo parecía un sueño y de repente escuché un llanto, pude escuchar las risas de felicidad de mis madres: Es una niña... dijeron en unísono. Medusa utilizó sus dones curativos para cerrar mi herida mientras Esteno cargaba a la criatura. Mi rostro estaba pálido y no podía hablar, me sentía débil. Trajeron unas mantas y las pusieron sobre mi cuerpo. Escuche la voz de Tae, los llantos hicieron que no pensara dos veces en entrar, mi vista se aclaró y cargaba a mi bebé en sus brazos. Sus lágrimas brotaron junto a una gran sonrisa. Se acercó a mi y se puso de rodillas para poderla poner en mis brazos, al verla era realmente hermosa y parecía ser una niña normal.
—Es nuestra hija. Tae no podía contener su gran felicidad de ser padre, yo tampoco podía hacerlo. Rompí en llanto, la sensación de tenerla conmigo era indescriptible. Su rostro era precioso y al abrir sus ojos y verlos, había algo único en ellos. Uno de sus ojos era azul, sin un iris, parecía un diamante como los de sus padre y el otro era de una tonalidad miel pero su iris era como los de una serpiente.
—Son muy bellos, solo el tiempo dirá que dones poseerá. Dijo Medusa. —¿cómo la llamaras?
—Su nombre es Denali... sonreí.

Mermaid (Taekook)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora