Mermaid (Taekook)

La división de los Dioses

Al día siguiente fui al salón principal, el lugar estaba frío y vacío por lo temprano que era, tomé mi lugar en mi trono de piedra y cuando di un suspiro todos aparecieron en la sala con expresiones serias y de incomodidad, no sabía lo que ocurría pero pronto iba a averiguarlo, el consejo comenzó, era momento de escuchar lo que cada uno tenía que decir. No dije nada sólo guarde silencio y esperé la voz de alguno y fue entonces cuando Tae dio un paso al frente y dijo que abandonaría la caza Gorgón para regresar a su reino en las profundidades del océano. Cuando le escuché no pude creerlo mi expresión cambio por completo, estaba confundido y no sabía que pensar.
—Lo lamentó "mi rey" pero usted mismo lo dijo yo tengo un reino, yo también soy un rey y no le debo devoción a usted ni a nadie más, tomaré mi lugar en mi casa, la casa Tridente, como el único en mi raza debo honrar los espíritus de mi pueblo y no la suya. Jimin volteó a verme sabía que no estaba bien y lo único que quería era asegurarse de que no me desplomara en ese instante. Y entonces Hoseok se puso al lado de Tae diciendo que al igual que el pertenece al océano así que volvería junto a él a su reino.
—Ya que todos están interviniendo sus puntos de vista, yo no creo que usted sea un buen rey ni tampoco quiero rendir devoción a la casa Tridente, así que yo también fundaré mi casa, la casa De los árboles de Roble de los bosques. Dijo RM quien se le unía Jin. En ese instante me levanté con coraje diciéndoles que eran mis hermanos, pero respondieron que eran los hermanos que sus madres nunca quisieron ya que yo había opacado todo y que ahora que tenían poderes que los distinguían ya no tenían que vivir bajo las sombras de un rey que no querían como rey, no sabía a que se debía todo eso, realmente no entendía. Y ahora fue cuando Jimin rompió con furia diciendo que todos eran traidores que no merecían mi perdón.
—Ustedes dos son sus hermanos y tú eres su gran amor y todos tienen la osadía de pagarle con esta acción.
—El amor ya se extinguió, no hay relación que nos una ahora, el es un rey y es muy poderoso no necesita a nadie más junto a él, créeme ya no soy de utilidad, además mi hija viene conmigo. Mis ojos se tornaron naranjas como el fuego al oír todo lo que decían y como balas que cayeron del cielo mis hijos rompieron el cristal del techo con sus cabezas, rugidos y mostraban sus grandes colmillos, sentían mi molestia y sabían de dónde provenía. Mi hija apareció y sin verme se acercó a su padre y tomó su mano, sin decir nada se voltearon para salir del lugar al igual que RM y Jin. Mis hijos trataron de atacarlos pero los detuve, si querían irse no podía impedirlo, solo Jimin quedó a mi lado, sentía que las piernas temblaban así que me senté en mi trono nuevamente y respiraba una y otra vez.
—¿Que acaba de ocurrir? Preguntó Jimin con una voz quebradiza.
—No lo sé...No lo sé...