Furia de Titanes

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Ya en el palacio pensaba muy bien en las palabras que usaría para hablar con Jimin, lo amaba pero el beso de Tae me hizo entender el tipo de afecto que siento por ambos y la diferencia que hay, no voy a jugar más con el, no me perdonaría si algo malo llega a pasar por mi culpa. Fui hasta la habitación pero no estaba, baje las escaleras y todo estaba muy silencioso, así que salí de nuevo, Tae venía tras de mi. Era extraño porque cuando entramos todo parecía normal, pero ahora se sentía algo muy extraño. Salí del palacio y ahí estaba Jimin con su capa de piel blanca y gruesa y su armadura recibiendo los vientos helados en su cuerpo, me acerqué a él y en ese mismo instante mis hijos aparecieron, estaban a nuestro costado, llegue hasta el y volteó a mirarme, sus ojos estaban humedecidos, pero no dijo nada sólo sostuvo mis manos. ¡Jimin! Debo hablar contigo... Este asintió y justo cuando iba a empezar a hablar un poderoso rugido por parte de Hera interrumpió mis palabras, un rugido que hizo estremecer la tierra, un rugido que realmente me lleno de miedo, la mirada de los dragones iba hacia el océano, Jimin y yo volteamos y lo que vi me dejó perplejo, eran ellos de nuevo, aquel ejército de cadaveres marinos, pero esta vez venían con lanzas, catapultas que emergían de lo profundo del mar, estaban en la arena y en el agua a pies de mi Castillo. En ese instante Jimin soltó mi mano de un golpe y llamo a uno de sus generales quien con prisa llegó.
—Prepara a nuestro ejército, ¡Ahora!
—¡Si mi señor! El hombre bajo con velocidad a la ciudad. De repente vi cómo se quitó su capa de piel, misma que cayó en la nieve, presionó sus puños, cerros sus ojos y al abrirlos de nuevo estos estaban tornados como los de una águila, su poder estaba emergiendo. —¿Que vas a hacer? Pregunté y este me miró diciendo: defender nuestro reino. Su mirada volvió hacia la costa donde nuestro ejército avanzaba en armas hacia el bando enemigo, Jimin miró a mis hijos y estos con un gran rugido en unísono respondieron atacando, velozmente comenzaron a bajar de la montaña y enseguida Jimin se lanzó del precipicio levantándose en vuelo como la gigantesca águila, este volaba cerca de mis hijos, tenía miedo verlos ir hacia la batalla pero Tae estaba a mi lado y tomó mi mano.

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—Debo ir

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—Debo ir. Le dije.
—¡No! Debes esperar, sólo con tus serpientes bastarán para destruirlos. Seguí mirando con nerviosismo y vi cómo mi ejército llegó al enemigo y cómo todos luchaban con fuerza. Mis tres hijos se abrían espacio tomando a aquellos cuerpos y devorándolos enteros o sujetándolos con su fauces lanzándolos lejos con ferocidad, al igual que Jimin quien con sus alas como cuchillas los partía en dos o los tomaba con sus garras hasta las
altura para luego dejarlos caer, pero algo no andaba bien, estaban muriendo muchos de mis hombres y aquellas catapultas lanzaban rocas a la cima de lo montaña donde se encontraba Tae y yo, pero que cambio cundo Hoseok y mi hija llegaron al lugar con temor.
Más hombres morían los estaban masacrando y todo empeoró cuando las catapultas ahora apuntaban a mis hijos, las rocas daban en su cuerpos, mi quijada temblaba y solté el agarre de Tae, miraba con pánico. Estaba muriendo mi gente, debía hacer algo... de repente escuché el alarido más doloroso que mis oídos pudieron oír, estaban tirando lanzas del tamaño perfecto para hacerle daño a mis serpientes, dos de esas habían sido dirigidas hacia Nervem queen distraída en el caos no pudo esquivar las lanzas, mismas que dieron en su cabeza, sus rugidos al verla caer hacia el suelo mientras sus hermanos trataban de ayudarla me destrozaron, le habían roto el cráneo y el dolor continuaba. Jimin bajo en picada a luchar y se levantaba en los aires hasta las alturas para destruyendo así los cuerpos pero en una de esas subidas una lanza apunto hacia el.
—¡Jimin! Grite. Todo pareció en cámara lenta, la lanza fue soltada y esta dio en una de sus alas dejándolo caer entre aquel sonido del águila imperial que con dolor sentía que oía su voz en el, cayo hacia la arena de un golpe y fue cuando mi cuerpo se transformó en mi forma de Gorgona, mis ojos enardecidos como llamas flamantes, mi cabello lleno de serpientes hasta mis hombros y una cola en vez de piernas, bajé con rapidez por la montaña hasta la batalla, me arrastraba y con un grito que aturdía los sentidos comencé a alejar a todos de ahí, mi furia era tanta que arrancaba cabezas, convertía en piedra o gritaba cerca del rostro para simplemente romper sus cráneos con la agudeza y fuerza de este, comenzaron a retroceder regresando al océano, pero note algo, el general de los muertos, un cuerpo putrefacto lleno de coral y algas en su piel miraba hacia mi palacio y específicamente hacia Tae, Hoseok y Denali, luego de me observo y por su misma cuenta volvió a las aguas.
La arena estaba  llena de cuerpos, algunos heridos, los que sobrevivieron ayudaban a quienes lo requerían, regrese a mi forma humana y vi a mi hija tirada contra el suelo con Hera a su lado, me abalance en llanto hacia ella, la menor de mis cuatro hijos había sido asesinada. ¡¡¡¡¡Noooooo!!!!!! Grite fuerte cayendo en mis rodillas para luego recostar mi cabeza contra su cuerpo. Unos segundos después sentí algo cerca de mi, al ver hacia mi lado Gorgon bajo su hocico a mi nivel poniendo el cuerpo desnudo de Jimin frente a mi.
—-¡¿Jimin?! Estaba con vida pero tenía una gran herida por sus costillas que no dejaba sangrar, estaba pálido y sudoroso, a duras penas podía verme, el dolor lo estaba matando. Gorgon tenía una conexión muy especial con el así que le pedí que lo llevara al palacio, mis damas lo debían atender, este me obedeció, yo por ahora debía despedirme de mi hija junto a Hera quien con su expresión sabía que lloraba la muerte de su hermana. —¡Perdóname! Mis lagrimas no dejaban de caer.
Uno de mis generales se acercó a mi, le pedí que trajera una estaca con fuego y mucho aceite, esté asintió, minutos después llegó con las mismas cosas, con mi corazón destrozado y con mi llanto a flor de piel comencé a derramar el aceite en su piel.
—Ya puedes unirte a tu hermano. Al finalizar lance la estaca encendida y el cuerpo de Nervem ardió en el fuego, me quede ahí hasta que su cuerpo se convirtió en cenizas y tal como lo hice con JawZhar tomé en mis manos un poco de las mismas y las lancé en mi rostro y cabello, mi ritual para despedir sus cuerpos. Con mi mirada perdida, mis ojos hinchados, mi nariz enrojecida, subí al lomo de Hera y sin decir nada esta me llevo de regreso al palacio. Me baje y me esperaba Tae a sus puertas, este se acercó a mi pero lo freno la cabeza de Hera quien se colocó a mi lado y a su un costado Gorgon de igual forma se contenía de no atacar a Hoseok, Denali y el, caminé hacia dentro del palacio con Tae tras de mi, en seguida una de mis damas corrió hacia mi y enseguida mi expresión cambió de seria a preocupación.
—¡Mi lord!
—¿Como está?
—Ha pedido mucha sangre, ya hemos llamado a un médico y está en camino. Corrí hasta nuestra habitación y al entrar lo vi sobre ella cubierto con una cobija ya que no paraba de temblar, me senté a su lado y puse mi mano en su frente estaba hirviendo en fiebre, tan pálido como una hoja de papel. Tomé su mano y este abrió sus ojos con dificultad y me miró.
—¿Kook?
—¡Shhhh! no te esfuerces, te vas a poner bien, eres mi guerrero. Con mi mano libre secaba mis lagrimas. —Hera, Gorgon y Nervem, ¿están bien? Hablaba con mucha dificultad.
—Lo están, ahora descansa por favor, ya viene el médico. En es momento el doctor entró a la habitación, le di el espacio para que pudiese atenderlo, comenzó a atender su herida, debí cerrarla así que primero la limpió y enseguida comenzó a cocerla, en el momento en que la aguja atravesó su piel sus gritos no se hicieron esperar, me sacaron del cuarto para que no presenciara lo crudo de la escena. Afuera aún podía escucharle, lo que me dolía en el alma, lo único que quería era que no sufriera un daño y ahora está en esta situación, que si le llegase a ocurrir algo jamás me lo perdonaría.
Quería hablar con Tae así que fui hasta su habitación, al llegar escuché voces, la puerta estaba entre abierta, así que con cautela y silencio me puse a su lado para poder escuchar la conversación, parecía que discutía con mi hija.
—No era el momento, ¿como pudiste alertarlos? Yo quería hacer las cosas bien para mi familia y mira lo que paso. No podía respirar tras oír esas palabras, ellos sabían durante todo este tiempo que esto pasaría, sabían del ataque...


Hera
(Alpha)
Estado: con vida

Hera(Alpha)Estado: con vida

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Gorgon
Estado: con vida

GorgonEstado: con vida

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Nervem
Estado: muerta

JawzharEstado: muerto

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Jawzhar
Estado: muerto

JawzharEstado: muerto

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Snake Dragons by Kerembeyit on DeviantArt

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Mermaid (Taekook)Where stories live. Discover now