El cazador

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Sentado frente a mi estaba el, mi antiguo amigo, el chico que quise con mis fuerzas en el pasado nuevamente frente a mis ojos. Ni siquiera parpadeaba, simplemente miraba con detalle mi rostro, no había palabra por parte de ambos. Un silencio tan incomodo intervenía en medio.
A un lado de la habitación recostado contra la pared estaba Tae. Sabía que para el esto significaba remover sentimientos que hace tiempo habían sido enterrados.
—Así que tuviste una hija y te cásate. Rompió la tensión con su voz, misma que seguía siendo dulce y tierna. Señaló mi anillo y en ese instante miré a Tae, asentí ante ambas interrogantes. Este se puso de pie. —Me alegro por ambos. Nuevamente surgió el silencio el cual no duró mucho ya que mi madre en ese momento encendió la tele mostrándonos la realidad de hay afuera.
La humanidad es un caos, el miedo ha sometido al hombre a causa de estos Titanes que emergieron de los océanos. Han destruido ciudades y todo lo que se interponga entre ellos, miles de personas han fallecido y otras permanecen desaparecidas. Nadie sabe que es lo que quieren o que buscan, lo ultimo que podemos reportar es que todos estos Titanes han comenzado a avanzar hacia una misma dirección, al parecer uno de los suyos los está llamando... las autoridades dicen que nos queda esperar lo peor. Apagan la televisión.
—¿Que es lo que quieren? Preguntó Jimin.
—Nadie lo sabe, ni siquiera nosotros, pero de saberlo que diferencia hace, no hay nada que podamos hacer, ahora sólo debemos luchar por nuestra supervivencia. Tae respondió su pregunta pero conozco a mi amigo no era algo que lo complaciera.
—¡¿así nada más?!
—Mira si tienes un plan mejor, ¡dilo cazador!, porque eso es lo que eres tú, ¡ah! Y se me olvidaba, tu amigo ahora es un "monstruo" como tú nos llamas. Tae dijo amenazantemente a lo cual Jimin no supo que responder, simplemente guardo sus palabras.
—Creo que ustedes tres deberían hablar y solucionar sus diferencias. Intervino mi madre—Tengan. Saco unas llaves de un cajón. —A dos calles de aquí tengo un departamento, lo he estado alquilando por algún tiempo, pero mis inquilinos se fueron así que el lugar está vacío, necesitan privacidad y si nosotros estamos con ustedes nunca podrán entenderse, lo más importante es que se escuchen uno al otro y así entenderán lo que cada uno piensa. Asentí, le pedí a mi madre y mis hermanos que cuidaron a mi bebé, mientras yo no estaba.
Jimin, Tae y yo nos dispusimos a ir al sitio. No tardamos mucho en llegar. Abrí la puerta y entramos. Nadie decía nada, pero luego Jimin comenzó a hablar, nos pido perdón a ambos por sus errores en el pasado, entendía que se había equivocado al ocultarnos su identidad, el linaje de su familia y el haberme hecho a un lado. Sonreí y le dije que siempre lo perdonaría, era mi amigo y eso no lo iba a cambiar. Este me abrazó y luego se dirigió a Tae, ambos se miraron fijamente.
—Está bien te perdono. También sonrió. Jimin volteo hacia mi y me tomó de la mano, me acercó a ambos, me pareció extraño, estábamos muy cerca uno del otro y de repente los labios de Jimin se conectaron con los de Tae, ambos se besaban y simplemente me sorprendí, luego me miró y me dijo que besara a mi esposo, lo hice sin titubear. Mientras yo estaba en sus labios, Jimin besaba su cuello. Nos separamos por la falta de aire.
—¿Que estamos haciendo? Pregunté en voz baja.
—Dicen que en tiempos de guerra todo se vale. Jimin nos guío a la habitación y al llegar lanzó a Tae contra la cama. Me miró y me dijo que me dejara llevar y fue extraño ya que quería hacerlo, así que lo besé mientras nos desvestíamos frente a los ojos penetrantes de Tae. Quitábamos nuestras ropa lentamente y con caricias, suspiros y gemidos agudos de por medio. Miraba de reojo a mi esposo quien mantenía su mano sobre su miembro bajo su pantalón mientras mordía su labio inferior.
Jimin y yo estábamos completamente desnudos y con sensualidad fuimos hacia Tae, ambos nos pusimos de rodillas y mientras uno desabrochaba el pantalón el otro lo bajaba. Al final dejamos su miembro endurecido al descubierto y ambos comenzamos a lamerlo e introducirlo en nuestras bocas, una vez el y otra vez yo. Tae nos tomaba del cabello y nos jalonaba, teníamos nuestras bocas húmedas, Jimin gemía y yo besaba su cuello hasta sus hombros mientras mi mano jugaba con el miembro de Tae. Este nos levantó a ambos y nos puso en cuatro sobre la cama, tenía a sus ojos la vista hacia nuestros traseros y una y otra vez deba un fuerte golpe en el glúteo de uno y finalizaba en el del otro. Sus ojos se tornaron azules y gemía fuertemente al escucharnos aclamar su nombre. De repente Jimin gimió volteando sus ojos ya que había sido penetrado, yo lo miraba y besaba sus labios. Sus manos se aferraba con fuerza a la sabana con cada envestida. Luego sentí el miembro de Tae en mi, era mi turno, se movía con fuerza y mis gemido se escuchaban en toda la habitación, Jimin sonreía y mordía su labio inferior. Los muslos de Tae chocaban con mi trasero a cada embestida y se oían con fuerza.
Minutos después salió de mi y me volteé, lo tomé de un brazo y Jimin del otro, lo acostamos en la cama y nos pusimos uno en el lado derecho y el otro en el izquierdo mientras lo besábamos frenéticamente. Yo continue en sus labios y Jimin se puso sobre el e introdujo el miembro de Tae nuevamente en el, se movía de arriba hacia abajo, rápidamente lo hacía hasta que con un gran gemido se vino sobre el pecho de Tae. Luego se recostó a su lado y siguió besándolo. Estábamos sudorosos y húmedos. Me puse sobre el y ahora era yo quien comencé a montarlo, me movía con suavidad y luego con fuerza para finalizar en círculos hasta que logre venirme de la misma forma en el pecho de mi esposo y este con un gran clamor se retorció para venirse dentro de mi. Exhausto caí al otro lado, Jimin y yo lo abrazamos y nos acurrucamos en sus costillas mientras esta acariciaba nuestras cabezas con dulzura. En segundos comenzó a reírse.
—¿Que acaba de pasar? Preguntó y al escucharlo Jimin y yo de igual forma nos comenzamos a reír.

Mermaid (Taekook)Where stories live. Discover now